DE LO QUE LLEGA EN FEBRERO.

Andaba yo, mi buen amigo, algo anodino y meditabundo, buscando en mis archivos musicales algo que llevarme al oído y así levantar un poco el ánimo mañanero, que en estas frías mañanas del norte se vuelve lento y apagado como sol de Enero, cuando fui a dar con unos cuantos títulos que cambiaron mi semblante.
Una sonrisa se dibujó en mis labios y como eco lejano resonó en mi cabeza, volando por el etéreo mundo de la imaginación, un repiqueteo de caja, son de guitarra y el toque inconfundible del pito carnavalero.
Pero si es verdad compadre, que ya huele a carnaval, que ya llegan las murgas y las comparsas, los colores de serpentinas y papelillos, disfraces de ilusión, luces, risas y cantos. Que ya se levanta un pueblo a ritmo de “cuplesitos” y tangos, de pasodobles y chirigotas.
“Ohú, que arte quillo”, que ya estoy deseando ver las agrupaciones y sus letrillas. A ver este año a qué le pegan, que éste ha sido “pa sacá” un montón de buenas letras y el bueno de Pol lo va a tener fácil.
¡Ea!, “po” habrá que ir “pan ca´ el Pavía” a tomarnos un refrescativo, a ver quién se ve pasar por allí adelantando algo y así nos vamos preparando.
Y también el pasacalles, que cada año va mejor, con más disfraces, sonrisas e ilusiones. Que la “hente” de Morón sabe poner buena cara al mal tiempo y convierte al pueblo en estos días en jardines de alegría. Pero gracias a los “güenos moroneros”, que se enteren los de Morilla, que si fuera por ellos… Vaya tela de cuadrilla.
Pues lo dicho compadre. A meterse de lleno en nuestro carnaval, a disfrutar y ser feliz, que yo seguiré aquí, en las tierras del norte y gracias a mi amigo Internet, estaré al día de lo que pase en el carnaval de Morón, con su “hente güena” y con la mala también, que no se pasen un pelo.

FELIZ CARNAVAL!!!!!

ARRIEROS DEL SIGLO XX

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Quisiera en el día de hoy rendir pleitesía a los arriba mostrados como aquellos arrieros modernos que, con sus Barreiros, Avias, Pegasos, Doges y demás artilugios de carga, ayudaron a que nuestros productos se pasearan por los lares españoles, contribuyendo a que la cal de "los Cantipla" se esparciera más rápida por España, las aceitunas de Camacho llegaran a los madriles, la cantarería de Fajardo pudiese llevar tubos y cañerías allá donde se necesitase,la harina de los Garamazó sirviera para hacer los mejores panes del Jerte, los yesos de los Caslancos se utilizaran para hacer mil y una obras en Barbate y, de igual forma, el carbón extremeño se trajera para calentar las copas moronenses, las brecas gaditanas fueran vendidas por los Candones y mi abuela conociera a los 35 años un plátano canario.

Por todo ello rindo homenaje, desde este rinconcillo de la memoria, a aquellos jornaleros del volante.

Atentamente;


El niño Gilena

CORTIJEANDO

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Me encanta por los eneros rabaneros, siempre que la tarde lo permite, acercarme a algún carrilillo cercano y poder oler los recién paridos brotes verdosos del trigo, la cebada y demás florecillas que luchan encaramándose al aire por acercarse a la estufa de los cielos para robarle un poco de su rescoldo eterno. Disfruto como nadie parándome en una linde y, entre los mares de olivares, observar esos barcos antiguos embreados de cal, con altos techos entejados, rejas sin florituras y portones de dos varas de donde, en su tiempo, partían reatas y yuntas al quehacer jornalero. Juego con la imaginación a trasladarme a aquellos días de gañanías, a aquellas comidas de "cuchará y paso atrás", a las charlas de candela con un liadillo de picadura en la comisura de los labios, a las alegrías de los dias de "vestía" y, cómo no, a los sinsabores de jornadas eternas marcadas por el reloj de luz y el permitir de las nubes. Por todo ello, espero que siempre que mi imaginación quiera fluir hacia aquellos años, esos cortijos morunos sigan mirándome desde sus lindes mientras yo descubro en sus miradas los quehaceres de otros tiempos.

Arenales, Malas Huertas, Las Bridas
y La Encarnación, El Puntal y Peluchena,
El Parroso y La Reunión.

Las Monjas con El Ciprés,
La Rana, Mancera y Barros,
Las Gordillas y San José,
La Florida y Los Carros.

Barbuan y La Higuera,
Maria Sata alta y baja,
Pavo Reondo, El Salao
con Canilla y La Mata.

Alcabalas, El Cigarrón,
Los Tres Pozos y Las Rozas,
Herre y Mazarrón,
El Piojo y La Alcoba.


Atentamente;

El niño Gilena

SACABO ER FUMA

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Supongo que ya te habrás enterao que queda prohibido, por orden gubernamental, el fumeteo de tabacos en colmaos, tabernas y casas de comidas. Y digo "de tabacos" porque otras cositas que también echan humos ya estaban prohibidas desde hace tiempo.
¡Que manía con esto de prohibir tenemos los humanos! Y no, no me entiendas mal, no lo digo porque me hayan quitado el cigarrito del café sino por no darnos cuenta, en estos quinientos años de largar humos por la boca, que lo que a algunos nos gusta molesta a otros y nos tengamos que apalear nosotros mismos para dejar de joder a los que llevamos haciendo la estancia imposible en lugares de ocio casi toda la vida.
Pero bueno, la letra con sangre entra, que se decía de antiguo, y cómo no, otro cartelito con el que empapelar la tasca, aunque pensándolo bien supongo que hará menos daño este que el de "se prohibe escupir en el suelo" o el que tanto daño hizo al arte de "se prohibe el cante". En fin, que habrá que cambiar hábitos y ser más consciente de los demás y de uno mismo, por eso si te digo que si alguna vez estás en alguna terraza donde todavía se permita el persegido y odiado gusto por la nicotina tabacorun, echa una miradita por si hay algún chiquillo o alguien comiendo que pueda molestarle, aprendamos de nuestros errores y reciclemonos como ya lo ha hecho nuestro amigo "el canario", que ahora en vez de entrar en la taberna Retamares pidiendo a pulmón vivo un cigarrito con la consavida canciencilla de "garro, garro", ahora la ha cambiado por "tie pistolines, tie pistolines"...

PD; ESO SI EL DIA QUE PROHIBAN EL TINTO ME HAGO FRANCES.

Atentamente;

El niño Gilena

DE LA CABALGATA DE REYES

Acabo de leer la carta de my buen amigo, el Niño Gilena, sobre la cabalgata de SSMM los Reyes de Oriente y no salgo de mi asombro. ¿Qué los Reyes ya no tiran caramelos?. ¿Qué lo que tiran son artículos del chino?. Hombre, no me jodas, pero que es esto. Me lo cuentan y no me lo creo. Aunque igual, viniendo de mi querido amigo, lo que hay es mucha guasa, que ya sabemos que este las tira envenenadas.
En fin, que no me imagino a los papás de turno, dándose de codazos para coger un par de “Taper Wares” y una bombilla de bajo consumo, pero oye, peores cosas hemos visto, que cuando se trata de atrapar de “pescue” lo que sea, que como es gratis, como si quieren tirar bosta de elefante.
Lo de usar un paraguas para coger los caramelos, ya lo hacían cuando yo era pequeño, que siempre había quien se iba a casa con bolsas y bolsas.
Yo la verdad nunca solía recoger muchos, pues nunca fui muy de caramelos ni dulzainas, ni nunca estuve por la labor de pelearme con las viejas por un puñetero caramelo. Por otra parte, mi madre que era quien nos llevaba a la cabalgata, no era muy amiga de bullas ni codazos y ni falta que le hacía y mi padre prefería esperar en el bar más cercano a que pasara la comitiva real. Creo que por casa aún debe de haber alguna pequeña bolsa con caramelos de la cabalgata de 1980 y seguramente allí se quedarán un par de décadas más.
Es por eso, por lo que no puedo ponerme en la piel de esos que tienen que atrapar todo lo que vuela desde las carrozas o desde donde sea, mientras que no lo tengan que pagar y en cima se creen que son el no va más por pelearse por un jodido caramelo o una puñetera gamuza limpia cristales.
Pero bueno, amigo mío, como ya sabemos “hay gente pa to”, que se le va a hacer y ya sabemos que a veces los padres son los peores a la hora de comportarse en estas ocasiones que por otra parte debería ser ocasión sólo para los niños.

QUERIDOS REYES MAGOS

Estimados Reyes Magos de Occidente, por más señas, moroneros:

Espero que al recibir la presente habréis dejado atrás las consabidas agujetas adquiridas del mucho tirar, que no repartir, cosas y caramelos.

Quisiera poner en vuestro conocimiento lo que desde hace algunos años llevo observando y que en esta última presencia de sus majestades por las calles de nuestro pueblo, he podido comprobar. Resulta que, estando yo encaramado al presidencial balcón de la Peña Bética en el mismísimo corazón del pueblo mientras esperaba la llegada del alegre cortejo, empecé a darme cuenta de la poca presencia de infantes y mozalbetes entre la bulla que se formaba a los pies del reloj consistorial. Por contra-partida, proliferaban por acá y acuyá padres, madres, abuelas y abuelos, armados hasta los dientes con paraguas abiertos, bolsas de gran calibre y hasta algún carrito de la compra. Extrañado en suma, seguí observando y fumándome mi cigarrito en el único habitáculo donde todavía me dejan matarme despacito. Cuando la banda cornetera que hace de preludio a la alegre procesión nos regalaba con sus fanfarrias un marchoso “Paquito el chocolatero”, pude vislumbrar cómo entre empujones, manoseos y pisotones del 45, todos los anteriormente mentados preparaban sus pertrechos para recoger el maná con el que las carrozas estaban dispuestas a regarlos. Imaginaos cuál fue mi sorpresa a la llegada de los andantes tronos, al ver que, en vez del riego costumbristas de caramelos, empezaron a llover babuchas de pañeta, balletas de cocina, discos del año “la juana” y toda la tramoya cumplida del bazar de un asiático. Pero ahí no quedó la cosa, la gente allí congregada eferbecía ante el aluvión de mierdeces con los que los duchaban mientras que los pocos niños allí arrimados, escondían sus cuerpecillos por no ser chocados ante la entifada de “todo a 100” que se le venía encima. Arto del esperpento del San Quintín monárquico, decidí ir a regarme con zumos tintos del Duero a la bodega Retamares por calentarme por dentro, ya que la noche venia de Rebequita. En fin, que en estando allí, ante el tercero de la tarde y sin darme cuenta, de nuevo las fanfarrias tronaron el anuncio de la algarabía de la cabalgata. Me asomé a la puerta de la taberna más por tradición que por gusto y ahí fue donde ya me quedé helado, pues desde los tronos altos de Don Melchor se estaban tirando, cual honderos baleares, pelotas de baloncesto hinchadas hasta las trancas, supongo que sería para rematar la faena, vaya a ser que alguno quedase por llevarse un leñazo entre tabletazos de chocolates y pastillas para el lavaplato.

Todo esto que os cuento es para haceros reflexionar si no sería mejor en vez de hacer la gran machada de gastarse hasta diez mil monedas en tonterías para que los mas lerdos del lugar se den de tortas en recoger fruslerías, volver a la antigua lluvia de caramelillos con la que los niños disfruten de su recogida y hagan corro entre las carrozas y dejar el dinerillo que sobra para hacerle regalos a los que en estos años de pocos dineros no pueden regalar a sus hijos más que cariño y una sonrisa.

Atentamente:

El niño Gilena.