18 abril 2015

DICEN QUE LA DISTANCIA ES EL OLVIDO






Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien, yo bien, gracias a Dios.

Hay frases que por mucho que la tecnología avance siguen teniendo vigencia actual o, inclusive, se potencian en este mundo de prisas, donde el tiempo ha alcanzado un valor astronómico, aunque con él solo juguemos a un póker de cartas marcadas al que nunca se le puede ganar.

Y es que comentando los quehaceres de mi secretario Carlitos, que en estos tiempos cumple su penitencia de realizar los doce trabajos de Hércules en reparto de cartas y misivas en la vecina localidad de La Puebla, vínome a la memoria aquellos momentos donde un sobrecargado cartero con mochilón de cuero y gorra de visera venía a traerte las buenas nuevas de aquellos amigos que, por gusto o necesidad, se desperriaban por las Españas o por lugares lejanos donde ganaban sustento para las entendederas, o aquellas viejas pesetas que servirían para aliviar los paseos de la feria.

A la memoria me vienen los olores a tinta de bic y a papel de cuartilla barata donde tras un rato de lectura el escribiente en cuestión te narraba cómo, cual Rinconete o Cortadillo, había hecho para encontrar un trabajo sin apenas saber decir dos palabras en la lengua del país de acogida, o cuan cansados eran los jornales entre pucheros en las lejanas tierras baleares.

En dos cuartillas volvías a estar cerca de ese amigo al que echabas de menos, sabiendo que mientras leías, la distancia se acortaba y hacías tuyos los sinsabores y las alegrías.

Hoy, por el contrario, todo se arregla con un mensajito, con un “luego te llamo” o con un frio coloquio por wasap con palabras abreviadas. Desde luego, tendremos que cambiar esa frase de “dicen que la distancia es el olvido “ por esa otra de “dicen que la tecnología es el olvido”, o si no cuenta cuántos medios inmediatos disponemos en nuestros hogares para dar a conocer a los nuestros de cómo nos va la vida y recapacitemos cuánto tiempo dedicamos a mantener esa cercanía.

Lo dicho, sigo echando de menos a ese acalorado cartero que en el zaguán de mi casa gritaba: … CORRREOS.

He dicho.


El niño gilena

13 abril 2015

Terrible visión de Semana Santa



Cavilaciones en mi azotea

Una terrible visión de Semana Santa

Este año me he perdido casi toda la Semana Santa de Morón, pues llegué el sábado por la tarde y a esas alturas de la historia poca cosa queda que ver, pero bueno siempre se le puede sacar su jugo. A tiempo llegué pues para ver el Santo Entierro, que aunque estábamos cansados de tan largo viaje, pensé que a mis pequeños les gustaría ver la puesta en escena de tan lúgubre procesión.
Así que ahí estaba yo, en la esquina de la librería con mi churumbel pequeño y mi parienta. A  mi hija mayor la tuve que dejar en casa, que aunque pequeña ya se cosca de las cosas y el sequito le dio “jindama”. Pues como decía, ahí estábamos viendo pasar la procesión cuando al ver lo que se aproximaba me quedé de piedra. La verdad es que no me podía creer lo que veía. Sacudí la cabeza, me froté los ojos y le dije a mi mujer que me pellizcara por si estaba soñando.  Pero no, aquello era real y estaba sucediendo de verdad. ¿No sería que habíamos saltado en el tiempo y yo no me había dado cuenta? ¿Habríamos vuelto al Morón de los años cuarenta o de principios del siglo XX o incluso antes? Que va, estábamos bien situados, lo anacrónico era el espectáculo que se presentaba ante nosotros y no me refiero al Santo Entierro, si no a los que iban delante del paso del Cristo en ataúd de cristal. El Alcalde, vara de alcaldía en mano y con miembros de su gobierno local. También iban mandos del Ejército, de la Policía Nacional y Guardia Civil, uniformados y representando con carácter institucional, el uniforme así lo indica, al Estado Español, que aunque en manos de la derecha radical, les recuerdo que es ACONFESIONAL, recogido así en el artículo 16 de la Constitución.
Que vayan en la comitiva los componentes del PP, no me extrañaría, eso lo llevan en su ADN, pero no entiendo como el Alcalde, representando al gobierno local con su símbolo de gobierno y por ende a las Instituciones del Estado, desfile en un acto religioso decantándose así con una confesión en concreto. De esta forma incumple con la Constitución.
Que lo haga de forma personal es asunto suyo, pero representando al pueblo ya es otra cosa. Ya sabemos que en este país nos pasamos la Carta Magna por el arquillo del triunfo, pero es que hay cosas que es para gritar de indignación. Y por si fuera poco, los cuerpos armados del Estado allí, con uniforme de gala.   A ver si cuando haya un acto religioso musulmán, judío o tibetano, también están por allí, representando a España.
A ver si se enteran de una vez, señores políticos y mandos de los grupos armados de Morón de la Frontera, ese no es su sitio, a no ser que lo hagan con carácter personal. Su principal función es la defensa y cumplimiento de la ley, expresada en su máxima expresión, que es la Constitución y representar al Estado Español, que según el artículo  1, punto 2, emana y reside en el pueblo español y este es religiosamente plural, por mucho que le pese a la Conferencia Episcopal. Sería de agradecer que no se mostraran como personas públicas que son, decantándose por una confesión en concreto pues eso desmorona los principios de libertad, igualdad y justicia y por si fuera poco nos devuelve a los años de podredumbre en los que las sotanas eran parte del poder y qué tanto atraso ha traído a este país. Muchas gracias.