08 mayo 2015

LA identidad perdida



Cavilaciones en mi azotea

La identidad perdida.
Todos los pueblos buscan en su pasado la identidad propia, la justificación de su propia existencia. Aunque quizá unos más que otros, dependiendo de la necesidad de cada uno de autocomplacerse en la idea de que para existir, tiene que tener sus raíces clavadas en lo más profundo del tiempo o más allá de la noche de la humanidad y así estar tranquilos de que la tierra que se pisa es de nuestra propiedad y se tiene más derechos sobre ella. Curiosa idea, ¿verdad? Me imagino que esto viene de nuestro instinto animal. Somos animales territoriales, aunque aquí unos más que otros. Y si no fínjase en esta piel de toro que habitamos, solar que es y ha sido terruño de multitud de pueblos y culturas. Cosa esta que ahora usamos para separarnos y para hacernos ver mejores que los demás y que conste que a mí lo de separarnos me da un ardite. Aquello que se hace también se puede deshacer y allá cada uno con sus movidas e historias. Como dijo aquel, que cada perro se lama su…
Nosotros los andaluces, más o menos, no tenemos este problema ya que a medias o a enteras somos hijos de mil pueblos, cosa que a mí personalmente me agrada, pues así me corren por las venas sangre de mil culturas, ¡pero hombre!, pudiendo tener variedad de pueblos ancestrales en mis gónadas,  para que iba yo a querer ser hijo de un solo pueblo. Así a bote pronto y sólo por ser andaluz tengo genes de castellanos, gallegos, cántabros, navarros, vascos y aragoneses. Sangre tengo de levantinos y catalanes, sin olvidar lo que dejaron griegos, romanos y cartagineses. africanos del norte y hasta de las mismas tierras de Arabia. Por eso siempre digo que cuando alguien en España menosprecia al pueblo andaluz, menosprecia a su propio pueblo.
Aunque mirándolo bien, no sé para qué tanta tontería, si ya sabemos que toda la humanidad procede de una misma hembra, una medio mona y medio mujer que vivió en África allá por el…no me acuerdo. Desde luego si llega a saber en lo que iban a convertirse sus descendientes seguro que aborta. En esos días como no había ni PePeros ni príncipes de la iglesia como Rouco Valera, igual hasta lo consigue.
En fin,  lo que yo quería hacer era una pequeña introducción para hablar de los pueblos ancestrales de Andalucía, que es lo que me interesa, pero se me ha torcido el cerebelo.
En realidad mi intención era hablar de aquellos que poblaron esta tierra cuando se llamaba de otra forma, qué incluso hemos olvidado. De la tierra de Tartessos, de Turdetanos y de Iberos. De la Andalucía que maravilló al mismo Hércules. De la tierra civilizada y civilizadora. Aquella donde se erige la ciudad más antigua de occidente. Allí donde vivieron Gárgoris y Argantonio. Tierra poseedora en pueblos míticos que se pierden en la niebla del tiempo. Pueblos plagados de misterio y leyendas, que ha horadado el sentir del actual andaluz.
La tierra que cobija los sueños de las mil y una noches, de dorados recuerdos. Sueño de un pueblo perdido en su propio destino.

Al final siempre acabo hablando de Andalucía, con las ganas que tengo de hablar de otras cosas.