05 noviembre 2016

UN OTOÑO VERANIEGO




Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, a Dios gracias.


Por mucho que el tío de las castañas se empeñe en montar la humareda en La Carrera o en el parque de los palomitos... no, señor, esto todavía no es otoño.


En los paseos de por la tarde el personal se las apaña con un niki y unas alpargatas de esparto, aquí lo que yo te diga…comprarse un chaquetón es de tontos o de sobraos. Recuerdo que siempre me decía mi madre que para los santos, el calentador puesto, y lo que realmente hay puesto son los botellines a enfriar. Y es que aunque digan que no hay cambio climático, que esto son ciclos, que los años bisiestos son así, na de na, aquí sigue haciendo tiempo de gazpacho y “asandía”, por mu finales de octubre que sea. Si ni mi suegra tiene frío... ¡Ay, cuánto añoro esos otoños de mi niñez donde me ponía unas botas de agua verdes a primeros de octubre y no me las quitaba hasta el domingo de Ramos! ¿No te acuerdas de esos charcos de dos cuartas que tardaban dos meses en secarse? Entonces sí que se te apetecía una batata asá y unas tortillitas de polvorón de “anca cabrera” y no ahora, que lo único que falta es un tío pregonando “FRESCOS Y GORDOS” a primeros de noviembre. Este año en vez de llevar flores al cementerio el día de difuntos vamos a tener que llevar sangría y abanicos.


El otro día al acompañar a mi señora al colmado de Mercadona vi un chaval con chanclas, carzonas cortas y un polito del lagarto, metiendo en la cesta dos tabletas de Suchard y una de 1880, me dio una calor que me tuve que pegar a la zona del congelao para que se me acomodara el cuerpo. Si es que ni un puchero...¿quién se come una pringá o una berza con estos medios días de mayo que nos regala este otoño? Este año la gente del campo se va a tener que quejar con razón y es que al final vamos a tener que terminar sembrando cactus, chumberas y pitacos porque lo que es trigo y pipas los vamos a tener que poner de regadío. Así que, señores, como sigamos así, quitando arboledas, desmontando cerros y contaminando el medio ambiente vamos a tener que coger el pernil y la media manta y ponernos de Despeñaperros “parriba” porque este calor no lo aguanta ni la madre que lo parió.


Atentamente;


El niño Gilena