Estimado
Pueblo:
Espero
que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, a Dios
gracias.
Por
mucho que el tío de las castañas se empeñe en montar la humareda
en La Carrera o en el parque de los palomitos... no, señor, esto
todavía no es otoño.
En
los paseos de por la tarde el personal se las apaña con un niki y
unas alpargatas de esparto, aquí lo que yo te diga…comprarse un
chaquetón es de tontos o de sobraos. Recuerdo que siempre me decía
mi madre que para los santos, el calentador puesto, y lo que
realmente hay puesto son los botellines a enfriar. Y es que aunque
digan que no hay cambio climático, que esto son ciclos, que los años
bisiestos son así, na de na, aquí sigue haciendo tiempo de gazpacho
y “asandía”, por mu finales de octubre que sea. Si ni mi suegra
tiene frío... ¡Ay, cuánto añoro esos otoños de mi niñez donde
me ponía unas botas de agua verdes a primeros de octubre y no me las
quitaba hasta el domingo de Ramos! ¿No te acuerdas de esos charcos
de dos cuartas que tardaban dos meses en secarse? Entonces sí que se
te apetecía una batata asá y unas tortillitas de polvorón de “anca
cabrera” y no ahora, que lo único que falta es un tío pregonando
“FRESCOS Y GORDOS” a primeros de noviembre. Este año en vez de
llevar flores al cementerio el día de difuntos vamos a tener que
llevar sangría y abanicos.
El
otro día al acompañar a mi señora al colmado de Mercadona vi un
chaval con chanclas, carzonas cortas y un polito del lagarto,
metiendo en la cesta dos tabletas de Suchard y una de 1880, me dio
una calor que me tuve que pegar a la zona del congelao para que se me
acomodara el cuerpo. Si es que ni un puchero...¿quién se come una
pringá o una berza con estos medios días de mayo que nos regala
este otoño? Este año la gente del campo se va a tener que quejar
con razón y es que al final vamos a tener que terminar sembrando
cactus, chumberas y pitacos porque lo que es
trigo y pipas los
vamos a tener que poner de regadío. Así
que, señores, como sigamos así, quitando arboledas,
desmontando cerros y contaminando el medio ambiente vamos a tener que
coger el pernil y la media manta y ponernos de Despeñaperros
“parriba” porque este
calor no lo aguanta ni la madre que lo
parió.
Atentamente;
El
niño Gilena