21 junio 2012

Para mi pequeña Daia


Veo en tu pelo los trigos de las campiñas
Y florecen rojas amapolas que se mecen en tus mejillas.
Tus ojos encierran todo el mar de Andalucía,
De Isla a Vera y de Gata a Punta Umbría,
Deslumbrando destellos tu mirada de Guadalquivir y Guadiana.

Es tu voz brisa de marisma, dehesa y serranía,
De jara, romero y salina.
Me regalas cada día con reflejos de la tierra mía,
Sevilla, Granada o Córdoba,
Mezquita, Alhambra y Giralda.

Te soñé Daia, siendo novia del mar en la Caleta
Y riendo con una mascara de carnaval en la Viña.
Envuelta de volantes bailabas con Triana
Y descansaste la tarde en Santa Cruz.
Entre murmullo de olas paseabas por la orilla,
De Sanlucar a la Antilla, siempre mirando la mar.
Y al fin, te quedabas dormida entre Sierra Morena y Cazorla,
Entre Zahara, Grazalema y Ronda.

Ya sé, niña mía, que corren por tus venas Jotas, Zorzikos y Ausrreskus,
Tamboriles y gaitas.
Pero siento en lo más profundo de mi alma
Que tu corazón late con son de guitarra,
Sevillanas, tanguillos y fandangos,
Verdiales, romeras y alegrías.

Quién pudiera querida mía,
Soñar siempre la mirada de tu infancia,
Despertando la luz de las mañanas, con la sonrisa de tu alegría.

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