Cavilaciones en mi azotea
Una terrible visión de Semana Santa
Este año me he perdido casi toda la Semana Santa de Morón,
pues llegué el sábado por la tarde y a esas alturas de la historia poca cosa
queda que ver, pero bueno siempre se le puede sacar su jugo. A tiempo llegué
pues para ver el Santo Entierro, que aunque estábamos cansados de tan largo
viaje, pensé que a mis pequeños les gustaría ver la puesta en escena de tan
lúgubre procesión.
Así que ahí estaba yo, en la esquina de la librería con mi
churumbel pequeño y mi parienta. A mi
hija mayor la tuve que dejar en casa, que aunque pequeña ya se cosca de las
cosas y el sequito le dio “jindama”. Pues como decía, ahí estábamos viendo
pasar la procesión cuando al ver lo que se aproximaba me quedé de piedra. La
verdad es que no me podía creer lo que veía. Sacudí la cabeza, me froté los
ojos y le dije a mi mujer que me pellizcara por si estaba soñando. Pero no, aquello era real y estaba sucediendo
de verdad. ¿No sería que habíamos saltado en el tiempo y yo no me había dado
cuenta? ¿Habríamos vuelto al Morón de los años cuarenta o de principios del
siglo XX o incluso antes? Que va, estábamos bien situados, lo anacrónico era el
espectáculo que se presentaba ante nosotros y no me refiero al Santo Entierro,
si no a los que iban delante del paso del Cristo en ataúd de cristal. El
Alcalde, vara de alcaldía en mano y con miembros de su gobierno local. También
iban mandos del Ejército, de la Policía Nacional y Guardia Civil, uniformados y
representando con carácter institucional, el uniforme así lo indica, al Estado
Español, que aunque en manos de la derecha radical, les recuerdo que es
ACONFESIONAL, recogido así en el artículo 16 de la Constitución.
Que vayan en la comitiva los componentes del PP, no me
extrañaría, eso lo llevan en su ADN, pero no entiendo como el Alcalde,
representando al gobierno local con su símbolo de gobierno y por ende a las
Instituciones del Estado, desfile en un acto religioso decantándose así con una
confesión en concreto. De esta forma incumple con la Constitución.
Que lo haga de forma personal es asunto suyo, pero
representando al pueblo ya es otra cosa. Ya sabemos que en este país nos
pasamos la Carta Magna por el arquillo del triunfo, pero es que hay cosas que
es para gritar de indignación. Y por si fuera poco, los cuerpos armados del
Estado allí, con uniforme de gala. A
ver si cuando haya un acto religioso musulmán, judío o tibetano, también están
por allí, representando a España.
A ver si se enteran de una vez, señores políticos y mandos de
los grupos armados de Morón de la Frontera, ese no es su sitio, a no ser que lo
hagan con carácter personal. Su principal función es la defensa y cumplimiento
de la ley, expresada en su máxima expresión, que es la Constitución y
representar al Estado Español, que según el artículo 1, punto 2, emana y reside en el pueblo
español y este es religiosamente plural, por mucho que le pese a la Conferencia
Episcopal. Sería de agradecer que no se mostraran como personas públicas que
son, decantándose por una confesión en concreto pues eso desmorona los
principios de libertad, igualdad y justicia y por si fuera poco nos devuelve a
los años de podredumbre en los que las sotanas eran parte del poder y qué tanto
atraso ha traído a este país. Muchas gracias.
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