Cavilaciones
en mi azotea.
Susana
Díaz, la Napoleona de Andalucía.
Pues sí,
la Napoleona le voy a poner, pues mira que es buena estratega la moza y es que
a esto no hay quien le gane. Ya quisieran otros tener a semejante generala,
aunque los del PP no se quedan cortos, mira también alguna de las señoras que
están entre sus filas. Me parece a mí que si cogemos a la Aguirre, a Cospedal,
a Susana Díaz y a alguna otra, las montamos en un barco y la mandamos a hacer
del mundo España, como en el siglo XVI, recuperamos el imperio. ¡Qué barbariá!,
mujeres al poder sí, pero ¿tienen que ser estas? Aunque sería tener muy mala
leche mandar al resto del mundo semejante cuadrilla.
Bueno, yo
a lo mío, que algo se me va al cielo y no sé si es un Santo. Había llegado a lo
de llamar a la Presidenta de la Junta, la Napoleona. No me negaran ustedes, que
en estas guerras de poder, nuestra “emperaora” ha tenido un movimiento sublime.
Es que hay que ser bueno para manejarse de esta forma en el campo de batalla y
encima quedar como una cándida mariposilla que pasaba por allí. Que arte, que
parla y que mala leche.
Y así
como el que no quiere la cosa, la Napoleona ha pillado en bragas al PP al que se le ha “meao” al ojo, ha cogido
a PODEMOS sin la suficiente fuerza y a los pobrecitos míos de IZQUIERDA UNIDA
los ha enviado derechitos a la misericordia.
Qué mujer,
en un momento ha hecho el veni, vidi, vinci. Para el pueblo andaluz no sé si
lucha, pero para establecer su permanencia y poderío...¡ostia! A ver quién echa
un órdago así y le sale bueno. Mira que los del PSOE lo tenían feo, con “to” lo
que han robado y han machacado Andalucía. Que llevan más de treinta años en un
monte de oregano y “pa” ellos nunca se acaba, los “jodíos”.
Pero con
tanto vivir bien de esta gente, en qué lugar se está quedando mi tierra. Pues
anclada sigue en un tiempo pasado de servilismos y limosneos, de gente aferrada
a épocas miserables. Soy de una tierra de caciquismos eternos, que si antes
eran Señoritos ahora son políticos y funcionarios.
Mil veces
sean malditos aquellos que, teniendo la llave de la prosperidad y del camino de
las luces, hayan preferido seguir en una Andalucía oscura, siempre posicionada
en el peldaño de abajo, donde el resto les cagan encima.
Sean mal
llevados aquellos que se aprovechan de un pueblo adormecido por tanto incienso,
tanta Virgen bajo palio y tanto redoble de tambores. Adormecido por años de
desidia y aburrimiento. De años buscando triquiñuelas para sacar cuatro cuartos
y tonto el último. Años de dineros perdidos que daban igual de dónde venían y
adónde iban. De años retrocediendo hacia el pasado.
Pero
injusto sería, si con mi carta diera la impresión de que todos los andaluces
son iguales a los que describo. Mentiría si eso dijera.
De mi
tierra salen gentes de luz, gentes cultas y trabajadoras. Con más mérito
incluso que las gentes de otros sitios, pues
abrirse camino aquí es doblemente difícil. Gente luchadora que se ha ganado el
respeto en todos los rincones del mundo a fuerza de sudor y trabajo.
El objetivo de cualquier político, debería ser
hacer de Andalucía ejemplo de prosperidad y riqueza. Ser luz de guía para
cualquier otro pueblo y no quedarse en lo que hacen todos, ir tirando para
adelante como sea y simplemente permanecer en el poder y que aquí me las den
todas.
Susana
Díaz, si no es usted capaz de conseguir lo mejor para Andalucía es que no es
merecedora de estar ahí. No luche por el poder como tal, sino por Andalucía.
Y con
esta carta, se acabó de hablar de política, de políticos y de miserias.
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