Cavilaciones en mi azotea.
A la mujer que quiero.
Como bien sabrás, compadre, mañana es el día de la mujer y como
de bien nacido es ser agradecido, hoy dedico mi entrada al amor de mi vida, a
la mujer que me hace ser un hombre, pues de verdad te digo, que es ella la que
me convierte, día a día, en lo que soy y si algo bueno se puede sacar de mí es
gracias a ella y no te quepa duda, de que lo malo que tengo es solo obra mía.
Dedicarle un beso de amor quiero y es lo más sincero que le
puedo dar. Un beso acompañado de las gracias por haberse cruzado en mi existencia
y haber dejado que le acompañara en el camino de la vida. Ahora, reflexionando
sobre lo que siento por ella, doy las gracias por haber dejado un día mi
querida tierra y haberme unido así a tan esplendida mujer.
A ella le doy las gracias por haberme amado, por haberme
comprendido cuando no había forma de comprenderme, por perdonar mis errores y haber sabido sacarme
adelante. Le doy las gracias por soportar mis añoranzas y los cambios de humor
que conllevaban.
Y le doy mil gracias por haberme dado las flores más hermosas
de mi jardín. Mis dos pequeños azahares blancos, que cada vez que los veo me
siento más humano, más persona y me hacen comprender que la vida tiene un
sentido y un porqué.
El día de la mujer, quiero que sea tu día y el de todas las
mujeres que como tú, hacen de este mundo un lugar soportable.
Un beso Esther y un te quiero.
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