Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
¡Qué bonito está todo en esta cuaresma laica de campaña de elecciones!.
Hay que "ve" lo bien que habla mengano, y ¡cómo va a dejar las calles cetano!. "Po anda", que lo que quiere hacer fulano...
Sí señor, en este tiempo que va desde que por paredes, muros y pancartas se cuelgan "las afotitos" de los que sueñan con la vara consistorial hasta el día del papelito en las urnas, a todos los postulantes se les enciende la bombillita de la sesera y empiezan a desparramar fantásticas y fabulosas ideas que convertirán a estas tus calles en el parnaso de la Sierra Sur.
Todas las gargantas de los opositores a corregidor toman prestada la lámpara de Aladino y, ante el "vóteme usted a mí y le serán concedidos tres deseos", recorren entre fiestas por bulerías y coplas de café cantante los barrios de esta villa.
Pero ya sabemos del refrán que dice: prometer, prometer, hasta meter (el papelito en la urna) y una vez metido, se me olvidó lo prometido, o en lenguaje políticamente correcto: me quedé sin presupuesto.
Y digo yo: ¿hacen falta cuatro u ocho años para que algunos se den cuenta de las necesidades y que carencias que tenemos?.
¿Seguirán siendo tan inocentes algunos parroquianos para dar otra vez el voto al que ni quiso ni pudo?.
En fin, que como dicen los calés, al que pregone y no cumpla debería entrarle un dolor que mientras más corriera, más le doliera, y si parara, reventara o, como nos gusta a los costumbristas, nos valdría con que, desde el atril donde se empiezan a pregonar las buenas nuevas que van a traerse, todo acabara con el consabido pacto pueblerino de "TE LO JURO POR MI MARE".
Atentamente;
El niño Gilena
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