Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente
te encuentres bien, yo bien, gracias a Dios.
Cuentan los libros de historia
que estando otorgada la regencia a la reina María Cristina allá por los lejanos
años de mil ochocientos treinta y cuatro, el gobierno liberal moderado de
Francisco Martínez De la Rosa aprobó un decreto el cual suprimía
definitivamente la inquisición. Pero, claro está, en un país donde nos gusta lo
añejo, lo rancio y de tradición costumbrista siempre hay alguien que echa de
menos las viejas artes del arcaico y terrorífico tribunal de la fe, y para dar
fe, valga la redundancia, de ello podemos consultar a cualquiera de tus
paisanos que haya tenido por algún
motivo que pasar la noche en el hospital de Valme, me explico.
Cuando llegas a la habitación
espartana y después de las buenas tardes y preguntas de rigor al enfermo y
acompañantes, miras a un rincón y está ahí esperando la muda noche donde, con
paciencia, realizará su horrible trabajo de descomponerte huesos y tendones y
hacerte saber que dispones de músculos que no conocías y que, tras el largo
manto de la negrura, te dolerán y se contraerán de formas tan insospechadas que,
por mucho que haya avanzado la medicina, no te los cura ningún ungüento.
Para tener un recuerdo perpetuo
no solo en las carnes, está tintado de un color peculiar, difícil de encontrar
en otro artefacto o prenda. Yo me he atrevido a llamarle azulón Valme. Por otro
lado, por mucho que lo intentes es incapaz de ser silencioso o comedido,
alertándonos con un gruñido ferroso cada vez que, sin conseguirlo, intentamos
modelar su posición.
Yo como siempre, de natural
curioso, intenté durante más de cuatro días buscar alguna marca de cantería o
símbolo que indicara su procedencia o fabricación, mas que nada por saber en
los m….. de quién me estaba cagando pero no obtuve recompensa con lo que tuve
que dar por zanjada la tarea.
En fin, que por mucho que hayan
pasado los almanaques desde aquel año treinta y cuatro del siglo diecinueve
todavía, si se busca, podremos encontrar algunos hermanos o primos lejanos de aquellos
potros de alargamiento de la cuna de Judas
o Cepos, en un sitio tan cercano como el hospital de Valme.
He dicho.
El niño gilena
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