10 marzo 2012

CUANDO REINA EL BACALAO

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Bueno estaba y se murió, como decían los antiguos. Pues eso, enterrada la sardina en la ceniza de la cuaresma y con el rostro todavía manchado de los colores carnavalescos, nos disponemos sin más preámbulo que medie, a internarnos en los tiempos donde reina el bacalao.

Y es que por las puertas del bar Alemán ya ahúma el incienso del Cristo de Burgos, que ya sabemos que Manolito para eso es un reloj. En muchas pilas se mezclarán el disfraz carnavalesco con la túnica de hermandades. Las cajas y bombos dejan su compás cupletero para meterse en la faena de marcar el ritmo y la cadencia de cornetas y fanfarrias. Del pasacalles multicolor pasamos en un santiamén, nunca mejor dicho, a viacrucis, besamanos beateros y, cómo no, nuestros pucheros se llenan más por tradición que por devoción, de espinacas y bacalaos, "tagarninas" y potajes descarnados, la torrija reina por unos días en confiterías y colmados. Todo ello en espera de la semana grande capillita, donde los mas primos que hermanos hacen planchar trajes y corbatas, fajas y costales, túnicas y capirotes para realizar una mezcla, para algunos incomprendida, de devoción y afición en el procesionar de hermandades con regocijo del pópulo.

Atentamente;
El niño Gilena

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