Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien, yo bien, gracias a Dios.
Hoy necesito ponerte por testigo de una discusión en la que me entrometí entre el primo de mi santa y un amigo de este. Cada uno de estos mozalvetes intentaba llevar la razón de dónde se ubicaba el nacimiento de una modalidad nueva aplicada a vehículos con el malsonante anglicanismo de tunning. En lo mas flagrante de la discusión me atreví a decir que de esa modalidad, hoy tan de moda, ya tenia yo conocimiento y hasta mis padres, por lo que deduje que posiblemente se iniciara en tus calles.
Ellos, al oír esta información rieron mucho y tornose la conversación en mofa y cachondeo profundo hacia mi persona, con lo que yo comencé la siguiente disertación:
Tengo que decirles a vuesas mercedes que, ya que no creen en lo que les digo, empezaré por contarles que en el primer coche que recuerdo que en mi casa hubo se instalaron los siguientes periféricos:
ZONA EXTERIOR:
Vaca modelo playera de gran carga en superficie, correita de goma en parte trasera inferior para la descarga de electricidad estática, pegatinas varias en zona trasera derecha e izquierda (Castrol, Turbo y bandera con leyenda: "español andaluz y rociero...qué más quiero!", etc.)
ZONA INTERIOR:
Funda de colores para asiento de piloto y copiloto, reposaespaldas de bolitas ergonómicas en asiento de piloto, funda ajustable para volante de leopardo, cojines de croché para cristal trasero, perro con cabeza móvil para bandeja trasera, porta retratos con foto de SanCristobal bendito y leyenda: "no corras papá".
Eso, comento solo referente a coches porque, si hablamos de motos, que se lo pregunten a mi pariente Francisco (el niño de Enrique el panaero, que en gloria esté), que se gastó más en el Vespino que si hubiera comprado una Norton Comando, desde rectificarle el cilindro a ponerle un 75 o colocarle un reposaespaldas para el de atrás. Coño! con decirte que le apodaban "el moto".
Pero lo más de lo más era el mundo de la bici. El retoque empezaba por ponerle flequitos a los mangos del manillar, colocar gomitas de bombona de butano en los radios, mecha de mechero de yesca en los conos para que estuvieran limpitos, cambiar la rueda de "alante" por una más pequeñita, cambiarle el sillín, colocarles dos espejitos retrovisores, una buena dinamo que diera luz atrás y delante. Y los más osados pintaban el cuadro con brocha o, el sumun del perfeccionismo, con pulverizador de fumigar.
Después de haber realizado esta disertación y, como si se hubiera muerto alguien, guardaron un minuto de silencio. Pero con solo una miradita de los dos, no solo empezaron a reirse de nuevo sino que el cachondeo y la mofa subió con respecto al nivel anterior, con lo que di por terminada la explicación diciendo que traería testigos de lo anteriormente expuesto y he aquí el motivo de mi súplica.
Atentamente;
El niño Gilena
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