Espero que al recibir la presente te encuentres bien, yo bien, gracias a Dios.
Corría el año del medio del siglo que ya nos dejó cuando, desde las aljarafeñas tierras de manzanilla, un parroquiano de estas tubo la inmejorable idea de sembrar en la plaza de la carrera una de esas tabernas que, aunque joven por aquellos años, traía entrañas de rancia y añejas costumbres. Escuela de buen tasquero de los de tiza y mandil, simple en su repertorio: mosto, vino, aceitunas y altramuces. Lugar donde todo el que amigo tenga ha entrado alguna vez, donde se arrían los pasos "pa" que beba el costalero, donde murga que se precie canta su mejor cuple, donde siempre un "buenos días" acompaña a un buen café. Lugar festero y de risas, de caracoles y burgaos. Lugar donde una sonrisa nunca a nadie se ha "negao". Lugar donde señoritos, juncales y hasta malletes dejan sus diferencias y con una copa se entienden. Doce lustros han pasado y hoy, cuatro de febrero, levanto mi copa y digo: RETAMARES, te queremos.
En la calle ancha del cielo,
en una taberna que hay,
formado hay gran jolgorio,
grandes cantes y girigay.
El tabernero combida a todo con quien se cruce
con mostos de manzanilla
caracoles y altramuces.
Ya se escucha tocá a Diego,
Joselero "sa'rrancao".
Y Pepe en su mostrador
una lágrima ha "sortao".
Gran día se arremolina
en la calle ancha del cielo,
la taberna Retamares cumple 60 febreros.
"Dedicado a Don José Pérez Galiano".
¡Por los que estamos, por los que se fueron y por los que vendrán!.
Atentamente;
El niño Gilena
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