Dicen que cada uno es aquello que ha vivido y que cada época deja en nosotros su impronta en forma de recuerdos. La mayoría de las veces olvidamos los días de antaño, sobre todo el vivir de cada día que pasa sobre nosotros de forma inadvertida. Pero hay pequeñas cosas, objetos quizás, que nos traen el sentir de aquellos días, de aquellos momentos puntuales.
A mi en particular, siempre me han gustado esas pequeñas cosas que me traen recuerdos de la infancia y desde hace algún tiempo me he propuesto reunir y recuperar a modo de colección, aquellos objetos que marcaron de algún modo mi niñez. Desde un simple bolígrafo o un juguete a las radios y tocadiscos que andaban olvidados por casa. Mirar y trastear con estas cosillas, es como subir al desván de las añoranzas y atravesar el túnel ficticio del tiempo que se fue.
En ocasiones, cuando repaso mis objetos retro, vuelvo a saborear los perdidos momentos del pasado, como con mi viejo tocadiscos de los 70, que me trae hasta la mente, aquellas cenas de navidad, amenizadas por vinilos de villancicos populares o las reuniones familiares, donde sonaban Machín o Manolo Escobar y bailabamos al ritmo de “las Grecas” y Rafaela Carrá. También la vieja radio “Súper Campera 60”, en la que Elena Francis daba consejos sentimentales en las tardes sosegadas de costura junto a la ventana.A los que disfrutamos con estos objetos y el recuerdo que nos traen, nos llaman retros o nostálgicos y en verdad es nostalgia lo que sentimos por aquellos momentos y aquellos días, no porque fueran mejores o peores que los actuales, sino porque fue la época en la que fuimos niños
A mi en particular, siempre me han gustado esas pequeñas cosas que me traen recuerdos de la infancia y desde hace algún tiempo me he propuesto reunir y recuperar a modo de colección, aquellos objetos que marcaron de algún modo mi niñez. Desde un simple bolígrafo o un juguete a las radios y tocadiscos que andaban olvidados por casa. Mirar y trastear con estas cosillas, es como subir al desván de las añoranzas y atravesar el túnel ficticio del tiempo que se fue.
En ocasiones, cuando repaso mis objetos retro, vuelvo a saborear los perdidos momentos del pasado, como con mi viejo tocadiscos de los 70, que me trae hasta la mente, aquellas cenas de navidad, amenizadas por vinilos de villancicos populares o las reuniones familiares, donde sonaban Machín o Manolo Escobar y bailabamos al ritmo de “las Grecas” y Rafaela Carrá. También la vieja radio “Súper Campera 60”, en la que Elena Francis daba consejos sentimentales en las tardes sosegadas de costura junto a la ventana.A los que disfrutamos con estos objetos y el recuerdo que nos traen, nos llaman retros o nostálgicos y en verdad es nostalgia lo que sentimos por aquellos momentos y aquellos días, no porque fueran mejores o peores que los actuales, sino porque fue la época en la que fuimos niños
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