30 julio 2011

LAS PLAYITAS MORONERAS

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Por la distancia que tenemos con el mare nostrum, nunca hemos sido los habitantes del lugar muy marineros que dijésemos. Por decirte que yo el único marino que conozco es el que vendía el pescao en una sesoria de los Caños de Aranda, con lo que poco o nada entendemos los lugareños de calas, cabos, marejadas o marejadillas. Mas eso no quita que, cuando el Lorenzo reina en apogeo en estos meses julianos y agosteños, busquemos la frescura de ríos, charcas, pozos y manantiales de bajo pelo o, por lo menos, así era en mis tiempos y tan viejo no soy, aunque diga el Charrito que me he comio tres o cuatro abuelos. Bueno, pues como te decía, en esos días en los que el marido de doña Catalina se le subía la tensión y de pura mala leche nos regalaba las cuarenta en bastos, nuestra herencia bereber nos hacía agudizar el ingenio y darnos tregua, como bien dice mi amigo Luis, en el "charco del Charcal", entre litronas calientes y bocadillos de mortadela fina o en el "pozo del Salao", a ver quién tenía cojones de undirse ante la salmuera dispuesta. Algunos, los más aventureros, llegaban a bañarse en "La Arcilla", desde luego no he vuelto a ver a ninguno de estos (por si las moscas, Dios lo tenga en su gloria). Otros, preferían la "sua de Morillo" o las pantanosas tierras de "barros coloraos". Cuentan los más viejos del lugar que buenos baños se daban en la poza del río Espartero, antes de estar como está, es lógico. Pero lo que más me gustaba a mi y, creo que a muchos de la concurrencia, eran los baños dominicales y familiares en el "charco Pajarito", en Puerto Serrano o en la "junta de los ríos", termino de Coripe. Esos sí que eran folclóricos, pues no solo se dispensaba un festivo natatorio y de saltos a bomba, no, sino que también se completaba con la búsqueda de mejilloncillos, maltrato a las ranas y columpio de eucalipto, todo ello regado con bota de mistela, gazpacho sin guarnición y tortilla casi caliente.

En fin, como los tiempos han cambiado, no se si del todo para bien, voy a apagar el aire acondicionado y me voy a ir pa la piscina cubierta, que esa sí que no tiene verdina.

Atentamente;

El niño Gilena

1 comentario:

  1. Que recuerdos me has traido a la memoria, los baños en la Ponderosa, "con los chalets" hechos de cuerdas y mantas entre eucaliptos, y la olla expres en el camping gas. Entonces el fuego estaba permitido y que yo sepa a pesar de tantas familias que no llegabamos a juntar allí, nunca hubo un incendio. Pa mi que el problema no es hacer fuegos sino la poca conciencia, que entonces a pesar de que nuestros padres eran casi analfabetos sabian muy bien de seguridad preventiva de incendios.

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