Llegado estas fechas, parece de obligado cumplimiento tratar el tema de la Navidad. No me molesta, no me interpretéis mal, todo lo contrario, desde pequeño siempre me gustaron estas fechas y aún hoy siguen siendo para mi de lo más entrañables. Pero seguro que el año pasado ya le dedicamos algunas lineas.
Yo siempre he tenido buenas Navidades, incluso cuando no lo fueron.
De pequeño, todo era bueno en Navidad. Las vaciones en el colegio, soñar con los regalos de los Reyes, la cena de Nochebuena con toda la familia junta.
Algo que recuerdo con mucho cariño, era cuando mi padre traía del campo una rama de pino, que tras ser colocada en un biombo de detergente forrado de papel de albal, era debidamente adornado con bolas de colores, figuritas y cintas brillantes, de lo cual se encargaban mis hermanas. Toda la casa se impregnaba del aroma de la resina del pino y aún hoy, cuando percibo ese olor, evoco aquellas Navidades de la infancia, de turrones y polvores de limón, de garrapiñadas y "mohoncitos de perro". De las cenas de Navidad, preparadas por mi madre durante todo un día cocinando, mi padre alegre cantando villancicos entre copita y copita. Con mis hermanas mayores esperando que sonara el teléfono o que llegara la hora de salir con sus novios, aunque mi madre siempre decía enfadada que no era noche de salir y habiá que poner la mesa, mientras de fondo, sonaba el tocadiscos, que giraba con musica de Navidad o boleros de Machín.
Recuerdo que de pequeño, en las noches de la Navidad, me gustaba asomarme a la ventana y mirar el cielo estrellado, esperando ver la estrella que se dirigía a Belén. Nunca la vi y con el tiempo dejé de asomarme a la ventana buscando aquella estrella.
Luego nos fuimos haciendo mayores y ya las navidades fueron cambiando. A mi madre cada vez le apetecía menos hacer grandes cenas, mi padre ya no cantaba villancicos, se iba pronto a la cama y aquel tocadiscos se hizo viejo y dejó de girar. Mis hermanas ya tenían sus propias familias y sus propias cenas y yo, yo dejé de estar en casa por Navidad.
Ahora yo también tengo mi familia y son otras caras las que veo en Nochebuena, mi mujer y mi hija. De nuevo me reuno en Navidad con gente que quiero y aunque estoy a mil kilometros de mi familia, siempre los tengo muy presentes dentro de mí.
Ojalá el futuro me traiga felices Navidades, ya sea en el norte o en el sur, pero que siempre esté con mi mujer, mi hija y la gente que quiero. Ojalá vuelva a mirar por la ventana, buscando estrellas, aunque la mía ya la he encontrado.
25 diciembre 2011
17 diciembre 2011
¿NAVIDAD?
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No te vas a creer lo que me ha pasado, y es que en yendo ayer tarde por el Pozo Nuevo, distraído como siempre, me di cuenta que en la puerta de Tejidos Montellano se hayaban desconsolodas dos poinsentias coloradas, vulgarmente llamadas "flor de la Pascua", en el chino de enfrente una imitación ordinaria y plastificada de abeto escandinavo y, para colmo de las pistas, "el Canario" con una botella de anís del Mono y un gorrito colorao, con lo que atando cabos...joé, que estamos en Navidad.
Y es que, claro, acostumbrado uno a alumbrados de estrellas de oriente, villancicos aflamencaos y belenes por doquier que pusieran a uno en solfa, no he caído en que como ya se contaba en los mentideros, el consistorio no iba este año a hacer espavientos de aviso de tan señalatis fiestas, pues según los más puestos en noticias, cuentos y comadreos, por mucho que Juan Manuel ha rebuscado en las alcancías del ayuntamiento, los fondos de éstas no dan ni para adquirir guirnaldas del todo a cien, ni mucho menos colocar iluminación en calles, barrios o plazas, bajo amenaza de Sevillana de dejar el pueblo como en el año 14. Pero sí que podría haber puesto un radio cassette, por lo menos, en la puerta de la casa consistorial, con el "beben y beben...", si ya sabemos que estamos exentos de esgae hasta nueva orden.
Pero bueno, supongo que uniéndose a estas medidas de ahorro, muchos de los comerciantes se han solidarizado con la alcaldía y han dejado sus escaparates como la semana después de la feria, porque, total, para lo que se va a vender...Fíjate cómo está la cosa que me ha contado Juanito, "el matrícula" que la mayoría de las comidas de empresa se están dando en la taberna Retamares (cervecita, chochos, aceitunas y "arbellanas", 4 euros todo incluido). Como que se están pensando en poner al Canario chico de Rey Mago, para que en vez de tirar caramelos vaya pidiendo cigarritos. Si estará la cosa mala que hasta las cajas de mantecados traen un 87% más de polvorones de limón y coco, para que después digan. Y mira, si no hay ni niños vendiendo lotería pa fin de curso, claro, como el viaje de este año va a ser a Isla Mágica tampoco hace falta.
En fin, te dejo que voy a ir al Lidl a ver cómo están los palitos de mar para la mariscada de Noche Buena.
PD: Con todo mi cariño, ¡Feliz Navidad!
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No te vas a creer lo que me ha pasado, y es que en yendo ayer tarde por el Pozo Nuevo, distraído como siempre, me di cuenta que en la puerta de Tejidos Montellano se hayaban desconsolodas dos poinsentias coloradas, vulgarmente llamadas "flor de la Pascua", en el chino de enfrente una imitación ordinaria y plastificada de abeto escandinavo y, para colmo de las pistas, "el Canario" con una botella de anís del Mono y un gorrito colorao, con lo que atando cabos...joé, que estamos en Navidad.
Y es que, claro, acostumbrado uno a alumbrados de estrellas de oriente, villancicos aflamencaos y belenes por doquier que pusieran a uno en solfa, no he caído en que como ya se contaba en los mentideros, el consistorio no iba este año a hacer espavientos de aviso de tan señalatis fiestas, pues según los más puestos en noticias, cuentos y comadreos, por mucho que Juan Manuel ha rebuscado en las alcancías del ayuntamiento, los fondos de éstas no dan ni para adquirir guirnaldas del todo a cien, ni mucho menos colocar iluminación en calles, barrios o plazas, bajo amenaza de Sevillana de dejar el pueblo como en el año 14. Pero sí que podría haber puesto un radio cassette, por lo menos, en la puerta de la casa consistorial, con el "beben y beben...", si ya sabemos que estamos exentos de esgae hasta nueva orden.
Pero bueno, supongo que uniéndose a estas medidas de ahorro, muchos de los comerciantes se han solidarizado con la alcaldía y han dejado sus escaparates como la semana después de la feria, porque, total, para lo que se va a vender...Fíjate cómo está la cosa que me ha contado Juanito, "el matrícula" que la mayoría de las comidas de empresa se están dando en la taberna Retamares (cervecita, chochos, aceitunas y "arbellanas", 4 euros todo incluido). Como que se están pensando en poner al Canario chico de Rey Mago, para que en vez de tirar caramelos vaya pidiendo cigarritos. Si estará la cosa mala que hasta las cajas de mantecados traen un 87% más de polvorones de limón y coco, para que después digan. Y mira, si no hay ni niños vendiendo lotería pa fin de curso, claro, como el viaje de este año va a ser a Isla Mágica tampoco hace falta.
En fin, te dejo que voy a ir al Lidl a ver cómo están los palitos de mar para la mariscada de Noche Buena.
PD: Con todo mi cariño, ¡Feliz Navidad!
Atentamente;
El Niño Gilena
02 diciembre 2011
DIAS DE AGUA
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Hoy, sentado en el cierro, con la sola contemplación del caer monótono de la lluvia, y con la mirada perdida en la desierta calle, mi memoria se ha fugado, sin mandárselo, a aquellos lejanos días de agua otoñal de mi niñez. Ante el efecto ignótico del tamborileo acuoso en los cristales, he vuelto a escuchar aquella vieja radio de seriales y concursos mientras un olorcillo de cisco y alhucema invadía mis sentidos. Vuelvo a ver a mi madre traerme una batata cocida con azúcar por tapadera mientras yo me afano, sin conseguirlo, en rubricar aquellas pomposas letras de las libretas de caligrafía. A mi vera, mi abuela rezaba la letanía incansable de dos al derecho y uno al revés mientras cruzaba las agujas de croché al ritmo de un reloj de cuco. La gata romana roncaba plácidamente en su cojín de punto. Desde la cocina, un olorcillo a leche frita y rosquitos de nata hacían presagiar la más dulce de las meriendas. He vuelto a ver aquel calentador con su hule repleto de baqueritos, tío vivos y pulgarcitos mientras, ataviado del gamberro heredado y las irrompibles botas de agua que hacían las delicias de los pisadores de charco, esperaba con ansia un descanso del cielo para hacer surcar barquitos de papel por los riachuelos callejeros.
Ante mis recuerdos, se ha plantado aquella calle Nueva emborronada por las humaredas del castañero de Correos, mientras chicos y mayores esperaban con paciencia que remitiera el aguacero, refugiados ante cualquier dintel.
El sonido de un trueno hace que salga de mi ensoñación y vuelvo a la realidad, la lluvia sigue cayendo pero ya no huele a alhucema, ya no escucho la radio, ya no está mi abuela, el día me parece más oscuro y la calle más solitaria.
Atentamente
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Hoy, sentado en el cierro, con la sola contemplación del caer monótono de la lluvia, y con la mirada perdida en la desierta calle, mi memoria se ha fugado, sin mandárselo, a aquellos lejanos días de agua otoñal de mi niñez. Ante el efecto ignótico del tamborileo acuoso en los cristales, he vuelto a escuchar aquella vieja radio de seriales y concursos mientras un olorcillo de cisco y alhucema invadía mis sentidos. Vuelvo a ver a mi madre traerme una batata cocida con azúcar por tapadera mientras yo me afano, sin conseguirlo, en rubricar aquellas pomposas letras de las libretas de caligrafía. A mi vera, mi abuela rezaba la letanía incansable de dos al derecho y uno al revés mientras cruzaba las agujas de croché al ritmo de un reloj de cuco. La gata romana roncaba plácidamente en su cojín de punto. Desde la cocina, un olorcillo a leche frita y rosquitos de nata hacían presagiar la más dulce de las meriendas. He vuelto a ver aquel calentador con su hule repleto de baqueritos, tío vivos y pulgarcitos mientras, ataviado del gamberro heredado y las irrompibles botas de agua que hacían las delicias de los pisadores de charco, esperaba con ansia un descanso del cielo para hacer surcar barquitos de papel por los riachuelos callejeros.
Ante mis recuerdos, se ha plantado aquella calle Nueva emborronada por las humaredas del castañero de Correos, mientras chicos y mayores esperaban con paciencia que remitiera el aguacero, refugiados ante cualquier dintel.
El sonido de un trueno hace que salga de mi ensoñación y vuelvo a la realidad, la lluvia sigue cayendo pero ya no huele a alhucema, ya no escucho la radio, ya no está mi abuela, el día me parece más oscuro y la calle más solitaria.
Atentamente
El niño Gilena
21 noviembre 2011
EL DIA "DISPUES"
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No, hoy no es un día cualquiera, es el día "dispués", sí, el día "dispués" de que cada paisano haya depositado su papeleta de sitio y en el recuento pertinente haya salido otra vez la derecha por aclamación popular. Así que nada más levantarme y, antes de lavarme la cara, lo primero que he ido haciendo es buscar todos los cinturones y correas de la casa para que el zapatero del langostillo me haga media docena de "buquetitos", como diría mi "agüelo", ya se sabe que hombre prevenido vale por dos, con que por apretar no quedará.
Así que de esta guisa he emprendido mi quehacer diario, mirando celosamente que todos los teléfonos, faxes y correos de distinta índole estuvieran conectados y en perfecto estado de orden y revista, pues es de todos sabido que antes de que acabe el día no espero menos de una docenita de trabajos bien remunerados. Ahora que lo pienso, el que lo tiene chungo es mi amigo Carlitos porque ahora sí que lo llaman fijo pa trabajar, bueno, pues que se joda que no le hubiera votado al PP.
A la que se le ha cambiado la cara es a la pobre de mi suegra, Dios la guarde mucho tiempo entre nosotros (bueno, tampoco hay que pasarse). Pues eso, traía la cara como una jivia después de no sé qué vecina asesorá por afición de politiqueos y demás trapicheos le dijera que las pagas no contributivas no las van a dejar ni en el diccionario de la RAE, ojú chiquillo, que se le ha subio hasta el azúcar.
Pero por el que más lo siento es por mi padre, hombre de ideas fijas, de los que dicen que en su casa o se es bético y de izquierdas o te quita del libro de familia. Ayer a las siete y cuarenta y cinco ya estaba acostao y sin merendá si quiera.
Por cierto, no me voy a entretener mucho que quiero aprovechar para ir al médico antes de que sea de pago.
RING....RING...
Coño! el teléfono, ya te lo dije, de ésta no me escapo, a trabajar se ha dicho.
PD Juanma, tú no te "inrites", que con menos empezó Pelayo.
Atentamente,
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No, hoy no es un día cualquiera, es el día "dispués", sí, el día "dispués" de que cada paisano haya depositado su papeleta de sitio y en el recuento pertinente haya salido otra vez la derecha por aclamación popular. Así que nada más levantarme y, antes de lavarme la cara, lo primero que he ido haciendo es buscar todos los cinturones y correas de la casa para que el zapatero del langostillo me haga media docena de "buquetitos", como diría mi "agüelo", ya se sabe que hombre prevenido vale por dos, con que por apretar no quedará.
Así que de esta guisa he emprendido mi quehacer diario, mirando celosamente que todos los teléfonos, faxes y correos de distinta índole estuvieran conectados y en perfecto estado de orden y revista, pues es de todos sabido que antes de que acabe el día no espero menos de una docenita de trabajos bien remunerados. Ahora que lo pienso, el que lo tiene chungo es mi amigo Carlitos porque ahora sí que lo llaman fijo pa trabajar, bueno, pues que se joda que no le hubiera votado al PP.
A la que se le ha cambiado la cara es a la pobre de mi suegra, Dios la guarde mucho tiempo entre nosotros (bueno, tampoco hay que pasarse). Pues eso, traía la cara como una jivia después de no sé qué vecina asesorá por afición de politiqueos y demás trapicheos le dijera que las pagas no contributivas no las van a dejar ni en el diccionario de la RAE, ojú chiquillo, que se le ha subio hasta el azúcar.
Pero por el que más lo siento es por mi padre, hombre de ideas fijas, de los que dicen que en su casa o se es bético y de izquierdas o te quita del libro de familia. Ayer a las siete y cuarenta y cinco ya estaba acostao y sin merendá si quiera.
Por cierto, no me voy a entretener mucho que quiero aprovechar para ir al médico antes de que sea de pago.
RING....RING...
Coño! el teléfono, ya te lo dije, de ésta no me escapo, a trabajar se ha dicho.
PD Juanma, tú no te "inrites", que con menos empezó Pelayo.
Atentamente,
El niño Gilena
13 noviembre 2011
De panelitos informativos.
Qué no hombre, que no son paneles informativos, que según la delegada de Turismo del Ayuntamiento de Morón (coño, ¿pero de esto hay en mi pueblo?) María Jimeno, que son paneles "PLANIMETRICOS". Ohú, que palabro, ni yo que soy del gremio de la planimetría, lo podía haber dicho mejor.
Pues eso, que no hace ni cinco días, que mi amigo el Niño Gilena, hizo descripción concisa y clara de la deplorable situación en la que se encuetra nuestro CASTILLO. De echo, no hace mucho, ambos los dos, hicimos un recorrido por los patrimoniales sitios de Morón y aquel día nos dieron ganas de llorar.
Pues resulta, que ahora van y quieren invocar a todo posible visitante para que suba a ver el Castillo y es que parece que quieren que se rían de nosotros por semejante dejadez.
Qúe pasa, que no se dan cuenta que las cosas hay que hacerlas con un cierto orden.
Primero habría que limpiar y adecentar, tanto las ruinas de la fortaleza, como el entorno, abandonado hasta el momento.
Comprendo que gran parte de la culpa del estado de la zona del CASTILLO, es la falta de civismo de los moronenses, pero bueno, esa no es razón para que las autoridades no se preocupen de salvaguardar el área. También comprendo que no está la situación como para acometer obras de restauracion y recuperacion del castillo, pero por lo menos, se puede tener limpio y presentable.
Volviendo a los "paneles planimetricos", recuerdo que tiempo ha, también los había por Morón, indicandote los sitios de interés y luego repartidos por ahí, te daban escueta explicación del sitio en cuestión. Con el tiempo desaperecieron.
No es que yo esté en contra de la colocación de este u otro tipo de elementos informativos. Al contrario, hay que hacer todo lo posible por incentivar el poco turismo que podemos atraér, pero "me se" revuelve el alma cuando veo a toda una Delegada, anunciando con bombo y platillo, semejante "chuminá", cuando de verdad lo que se tendría que haber abordado en Morón, desde hace mucho tiempo es, la limpieza, adecentamiento y recuperación tanto del Castillo como de los otros munumentos y lugares de nuestro patrimonio.
Pues eso, que no hace ni cinco días, que mi amigo el Niño Gilena, hizo descripción concisa y clara de la deplorable situación en la que se encuetra nuestro CASTILLO. De echo, no hace mucho, ambos los dos, hicimos un recorrido por los patrimoniales sitios de Morón y aquel día nos dieron ganas de llorar.
Pues resulta, que ahora van y quieren invocar a todo posible visitante para que suba a ver el Castillo y es que parece que quieren que se rían de nosotros por semejante dejadez.
Qúe pasa, que no se dan cuenta que las cosas hay que hacerlas con un cierto orden.
Primero habría que limpiar y adecentar, tanto las ruinas de la fortaleza, como el entorno, abandonado hasta el momento.
Comprendo que gran parte de la culpa del estado de la zona del CASTILLO, es la falta de civismo de los moronenses, pero bueno, esa no es razón para que las autoridades no se preocupen de salvaguardar el área. También comprendo que no está la situación como para acometer obras de restauracion y recuperacion del castillo, pero por lo menos, se puede tener limpio y presentable.
Volviendo a los "paneles planimetricos", recuerdo que tiempo ha, también los había por Morón, indicandote los sitios de interés y luego repartidos por ahí, te daban escueta explicación del sitio en cuestión. Con el tiempo desaperecieron.
No es que yo esté en contra de la colocación de este u otro tipo de elementos informativos. Al contrario, hay que hacer todo lo posible por incentivar el poco turismo que podemos atraér, pero "me se" revuelve el alma cuando veo a toda una Delegada, anunciando con bombo y platillo, semejante "chuminá", cuando de verdad lo que se tendría que haber abordado en Morón, desde hace mucho tiempo es, la limpieza, adecentamiento y recuperación tanto del Castillo como de los otros munumentos y lugares de nuestro patrimonio.
09 noviembre 2011
De un siete de noviembre
Que me perdone mi gente
por haberme "olvidao"
de lo que en un siete de noviembre
en Madrid había "pasao".
Todo comienza en Las Cabezas de San Juan
un pueblo de Sevilla
donde en mil ochocientos y veinte
se alza en armas exaltado
un asturiano valiente.
Con sueños de libertad
se levanta la noble Villa
y al mismisimo Fernando
hacen temblar la canilla.
Proclaman la Constitución
de mil ochocientos y veinte.
Cuanta pena de pasión,
cuanta pena de gente.
Ya se llevan a Riego
por las calles de Madrid
y no hay español con redaños
de meterse en esta lid.
Ya lo llevan arrastrando,
un siete de noviembre del año veintitres
y ni cinco, ni cuatro, ni tres,
sólo un burrito pequeño
amarrado por el pie.
En la plaza de la cebada
a la horca lo han subido,
por la orden de un Borbón,
qué de Dios se cree el hijo.
Su cabeza también cercenada
hacia el sur viaja
para que no olviden en Andalucia
quien en España manda.
por haberme "olvidao"
de lo que en un siete de noviembre
en Madrid había "pasao".
Todo comienza en Las Cabezas de San Juan
un pueblo de Sevilla
donde en mil ochocientos y veinte
se alza en armas exaltado
un asturiano valiente.
Con sueños de libertad
se levanta la noble Villa
y al mismisimo Fernando
hacen temblar la canilla.
Proclaman la Constitución
de mil ochocientos y veinte.
Cuanta pena de pasión,
cuanta pena de gente.
Ya se llevan a Riego
por las calles de Madrid
y no hay español con redaños
de meterse en esta lid.
Ya lo llevan arrastrando,
un siete de noviembre del año veintitres
y ni cinco, ni cuatro, ni tres,
sólo un burrito pequeño
amarrado por el pie.
En la plaza de la cebada
a la horca lo han subido,
por la orden de un Borbón,
qué de Dios se cree el hijo.
Su cabeza también cercenada
hacia el sur viaja
para que no olviden en Andalucia
quien en España manda.
06 noviembre 2011
De un personaje de Morón, Antonio Teréñez.
Quiero saldar una pequeña cuenta que contraje con mi amigo, el Niño Gilena y también conmigo mismo, pues hacía ya tiempo que quería hablar de un personaje qué fue de Morón muy conocido y por este que escribe muy querido, pues era mi tío, Don Antonio Teréñez. Nos dejo hace unos años, pero estoy seguro de que mucha gente, sobre todo de mi edad y mayores que yo, podrán recordarlo.
Era Teréñez un hombre que se hizo a sí mismo, de la forma que solían antes los hombres, con tesón, trabajo duro y perseverancia. Gran profesional en su campo, titulado como delineante, podía darle mil vueltas a muchos ingenieros y arquitectos, tal era la cantidad de conocimientos que atesoraba y como prueba de ello, sólo te diré que en Morón, cualquiera que necesitara consejo en tales áreas, no dudaba en buscar a Teréñez.
Era Antonio un hombre culto, forjado por la incansable lectura de infinidad de libros, de los temas más variados. Gran amante de la música y apasionado hasta el artazgo de nuestro flamenco. Incansable viajero, recorrió medio mundo cuando la mayoría la gente no iba más allá de las playas de Cádiz. Desde de la U.R.S a la China más comunista, desde los países de Sudamérica a las naciones de Europa, recorriendo también toda España, llevando con gran orgullo su pasión por Andalucía y Morón, dejando siempre muy claro cual era su origen y raíces.
Pequeño de estatura, enjuto y pobre de carnes de tanto sobrarle nervio, vicioso de maneras y gran gesticulador al hablar de pura pasión y empeño que ponía en las conversaciones, de cabeza pequeña y escaso pelo, cubierto siempre con la boina. Encorvado sobre los pasos rápidos de sus pies, que parecían ir independientes del resto del cuerpo, se le podía ver de su casa en el Arrecife, al Pozo Nuevo o la calle Nueva.
Moderado en el comer y beber, gustaba de tomar alguna San Miguel con tapa en casa Manolo, frente al sindicato, de donde elogiaba los callos con tomate, tan del gusto de las gentes moroneras. Raro era el sábado que no subía, a la hora del bermut, a disfrutar del aperitivo y encontrarse con algún viejo amigo, que los tuvo de lo más florido de la Villa. Bético como era hasta las canillas, gozaba de conversación que elogiara a su Betis y si era posible meterse con el Sevilla y su afición.
La verdad es que poca gente he conocido con tan vastos conocimientos en arte, cultura y costumbres de Andalucía, siempre elogiando nuestra particular forma de usar el castellano, de nuestra habla andaluza, que él defendía como seña propía de identidad que debemos defender y conservar.
Muchas cosas aprendí de Antonio Tereñez, no sólo en el ámbito profesional, pues mi vida profesional es fruto de lo que me enseñó, sino también y más importante, el amor por lo nuestro, por nuestra cultura andaluza de la que me enseñó a sentirme orgulloso por ser mis raíces.
Valgan estas letras, como póstumo agradecimiento y reconocimiento, que quizás sirvan para que vuelva su persona a la memoria de aquellos que estas lineas lean, teniendo en el recuerdo aunque sólo sea instantáneo, a Don Antonio Teréñez Orellana.
Era Teréñez un hombre que se hizo a sí mismo, de la forma que solían antes los hombres, con tesón, trabajo duro y perseverancia. Gran profesional en su campo, titulado como delineante, podía darle mil vueltas a muchos ingenieros y arquitectos, tal era la cantidad de conocimientos que atesoraba y como prueba de ello, sólo te diré que en Morón, cualquiera que necesitara consejo en tales áreas, no dudaba en buscar a Teréñez.
Era Antonio un hombre culto, forjado por la incansable lectura de infinidad de libros, de los temas más variados. Gran amante de la música y apasionado hasta el artazgo de nuestro flamenco. Incansable viajero, recorrió medio mundo cuando la mayoría la gente no iba más allá de las playas de Cádiz. Desde de la U.R.S a la China más comunista, desde los países de Sudamérica a las naciones de Europa, recorriendo también toda España, llevando con gran orgullo su pasión por Andalucía y Morón, dejando siempre muy claro cual era su origen y raíces.
Pequeño de estatura, enjuto y pobre de carnes de tanto sobrarle nervio, vicioso de maneras y gran gesticulador al hablar de pura pasión y empeño que ponía en las conversaciones, de cabeza pequeña y escaso pelo, cubierto siempre con la boina. Encorvado sobre los pasos rápidos de sus pies, que parecían ir independientes del resto del cuerpo, se le podía ver de su casa en el Arrecife, al Pozo Nuevo o la calle Nueva.
Moderado en el comer y beber, gustaba de tomar alguna San Miguel con tapa en casa Manolo, frente al sindicato, de donde elogiaba los callos con tomate, tan del gusto de las gentes moroneras. Raro era el sábado que no subía, a la hora del bermut, a disfrutar del aperitivo y encontrarse con algún viejo amigo, que los tuvo de lo más florido de la Villa. Bético como era hasta las canillas, gozaba de conversación que elogiara a su Betis y si era posible meterse con el Sevilla y su afición.
La verdad es que poca gente he conocido con tan vastos conocimientos en arte, cultura y costumbres de Andalucía, siempre elogiando nuestra particular forma de usar el castellano, de nuestra habla andaluza, que él defendía como seña propía de identidad que debemos defender y conservar.
Muchas cosas aprendí de Antonio Tereñez, no sólo en el ámbito profesional, pues mi vida profesional es fruto de lo que me enseñó, sino también y más importante, el amor por lo nuestro, por nuestra cultura andaluza de la que me enseñó a sentirme orgulloso por ser mis raíces.
Valgan estas letras, como póstumo agradecimiento y reconocimiento, que quizás sirvan para que vuelva su persona a la memoria de aquellos que estas lineas lean, teniendo en el recuerdo aunque sólo sea instantáneo, a Don Antonio Teréñez Orellana.
04 noviembre 2011
EL CASTILLO DE "IRAS Y NO VOLVERAS"
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Releyendo esta mañana una noticia publicada en referencia a la visita de no se qué notables del turismo a este noble rincón para la inclusión del mismo en rutas, paseillos y verbenas vacacionales, discurrí en mi mala sesera el darme un paseito antes de la llegada de la noble comitiva por los lugares que, a mi parecer, pudiesen servir de reclamo para la visita de este rinconcillo cuasi blanco.
En estas me andaba cuando decidí subir las laderas de San Miguel y adentrarme en las terroríficas escombreras que coronan las calles de la villa. No es que me sorprendiera en demasía el abandono de sus murallas y torreones, pues desde que tengo uso de mi poca razón están desvencijadas y ruinosas, ni tampoco esperé encontrarme un vergel de plantas o árboles que no fueran las secas cardancheras que sirven de jardín a la torre gorda, lo que sí me sorprendió fue el asedio de basuras y mierdeces que han conquistado el recinto. Jamás podría yo imaginar que un lugar amparado por la ley de patrimonio histórico, se encontrara en esa situación: Pintadas por doquier, bancos arrancados, contenedores quemados, papeleras abandonadas, alambrados por los suelos...En fin, una imagen más propia del Afganistán más taliban que de un pueblo sevillano.
Me pregunto yo cómo queremos de esta forma promocionar la historia y el turismo de la villa, supongo que no enseñando esta inmensa troje.
En estas cavilacines estaba cuando me dio por pensar cuánto tiempo hace que esto está así y, al darme la vuelta para dejar aquella horrible ensoñación, una imagen en mi retina me sacó de mis dudas: A mis pies, medio rota, había una botella de Mirinda y una Coca-Cola- de cristal de a litro.
Con las mismas y esquivando las mil y una trampas de latas cortantes, cristales rotos y trozos de alambres, decidí volver sobre mis pasos recordando aquel cuento que escuchaba en mi niñez sobre un castillo llamado de "irás y no volverás", o ¿no era un cuento?.
En fin, como dice mi compadre Paco: “Es que somos malos”.
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Releyendo esta mañana una noticia publicada en referencia a la visita de no se qué notables del turismo a este noble rincón para la inclusión del mismo en rutas, paseillos y verbenas vacacionales, discurrí en mi mala sesera el darme un paseito antes de la llegada de la noble comitiva por los lugares que, a mi parecer, pudiesen servir de reclamo para la visita de este rinconcillo cuasi blanco.
En estas me andaba cuando decidí subir las laderas de San Miguel y adentrarme en las terroríficas escombreras que coronan las calles de la villa. No es que me sorprendiera en demasía el abandono de sus murallas y torreones, pues desde que tengo uso de mi poca razón están desvencijadas y ruinosas, ni tampoco esperé encontrarme un vergel de plantas o árboles que no fueran las secas cardancheras que sirven de jardín a la torre gorda, lo que sí me sorprendió fue el asedio de basuras y mierdeces que han conquistado el recinto. Jamás podría yo imaginar que un lugar amparado por la ley de patrimonio histórico, se encontrara en esa situación: Pintadas por doquier, bancos arrancados, contenedores quemados, papeleras abandonadas, alambrados por los suelos...En fin, una imagen más propia del Afganistán más taliban que de un pueblo sevillano.
Me pregunto yo cómo queremos de esta forma promocionar la historia y el turismo de la villa, supongo que no enseñando esta inmensa troje.
En estas cavilacines estaba cuando me dio por pensar cuánto tiempo hace que esto está así y, al darme la vuelta para dejar aquella horrible ensoñación, una imagen en mi retina me sacó de mis dudas: A mis pies, medio rota, había una botella de Mirinda y una Coca-Cola- de cristal de a litro.
Con las mismas y esquivando las mil y una trampas de latas cortantes, cristales rotos y trozos de alambres, decidí volver sobre mis pasos recordando aquel cuento que escuchaba en mi niñez sobre un castillo llamado de "irás y no volverás", o ¿no era un cuento?.
En fin, como dice mi compadre Paco: “Es que somos malos”.
Atentamente;
El Niño Gilena
27 octubre 2011
PERSONAJES DE MORON (EL MOMO)
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria ya que, por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Nacido allá por los años cincuenta y tantos del siglo que nos dejó en una familia humilde de gran tradición de la llamada ecuestre menor (mulas, asnos y pollinas), la cual tenía sus dominios en El Langostillo, personaje aparte de popular, fundamental en esta noble villa. Me explico:
Los que como yo ya no se lavan la barriga por haber pasado la cuarentena, lo recordarán de su inicial trabajo de acomodador y buscador de fumadores del Cine Oriente. Allí, apetacado detrás de su pequeña linterna y a la voz de “amos a callarmos” intentaba, casi siempre sin conseguirlo, averiguar cuál de los "hijoputas" niños había tocado el piano. Pasó el tiempo y he ahí que se empezó a convertir en un personaje fundamental de esta noble villa y, si no, qué sería de los eventos que se realizan en el pueblo sin que éste que suscribo no paseara con su cubo de cola, su pincel de mango largo y su rollo de carteles o, peor aun, cómo sabríamos la cara del alcalde al que tenemos que votar sin la participación de esta criatura en la publicación de fotos de los alcaldables en muros, fachadas y carteles, cómo sabríamos quién viene este año a El Gazpacho o a El Potage o con quién juega el Morón o el Santa María.
En fin, fundamental para el pueblo la existencia de esta persona. Pero si por algo dejará huella en esta tierras será por tener las llaves de apertura y cierre de todos los eventos y saraos donde se requieran fuegos de artificio y coheteros, de hecho, el que lo conozca podrá discernir rápidamente que viene genéticamente preparado para ello, con su sempiterno cigarrillo rubio, negro o colorao, pegado en el labio de arriba, o sea, que la yesca la trae de fábrica. Lo que sí me enoja de todos mis paisanos con respecto a este personaje es la cantidad de veces que recuerdan a sus antepasados de forma escatológica, cuando el aquí mentado, haciendo uso de su profesión hace tronar alguno de los cohetes, pongamos a las siete de la mañana, en el silencio que viene después del tremendo trueno parece escucharse en las calles casi desiertas:
“Me cago en los muertos del momo”
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria ya que, por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Nacido allá por los años cincuenta y tantos del siglo que nos dejó en una familia humilde de gran tradición de la llamada ecuestre menor (mulas, asnos y pollinas), la cual tenía sus dominios en El Langostillo, personaje aparte de popular, fundamental en esta noble villa. Me explico:
Los que como yo ya no se lavan la barriga por haber pasado la cuarentena, lo recordarán de su inicial trabajo de acomodador y buscador de fumadores del Cine Oriente. Allí, apetacado detrás de su pequeña linterna y a la voz de “amos a callarmos” intentaba, casi siempre sin conseguirlo, averiguar cuál de los "hijoputas" niños había tocado el piano. Pasó el tiempo y he ahí que se empezó a convertir en un personaje fundamental de esta noble villa y, si no, qué sería de los eventos que se realizan en el pueblo sin que éste que suscribo no paseara con su cubo de cola, su pincel de mango largo y su rollo de carteles o, peor aun, cómo sabríamos la cara del alcalde al que tenemos que votar sin la participación de esta criatura en la publicación de fotos de los alcaldables en muros, fachadas y carteles, cómo sabríamos quién viene este año a El Gazpacho o a El Potage o con quién juega el Morón o el Santa María.
En fin, fundamental para el pueblo la existencia de esta persona. Pero si por algo dejará huella en esta tierras será por tener las llaves de apertura y cierre de todos los eventos y saraos donde se requieran fuegos de artificio y coheteros, de hecho, el que lo conozca podrá discernir rápidamente que viene genéticamente preparado para ello, con su sempiterno cigarrillo rubio, negro o colorao, pegado en el labio de arriba, o sea, que la yesca la trae de fábrica. Lo que sí me enoja de todos mis paisanos con respecto a este personaje es la cantidad de veces que recuerdan a sus antepasados de forma escatológica, cuando el aquí mentado, haciendo uso de su profesión hace tronar alguno de los cohetes, pongamos a las siete de la mañana, en el silencio que viene después del tremendo trueno parece escucharse en las calles casi desiertas:
“Me cago en los muertos del momo”
Atentamente;
El niño Gilena
19 octubre 2011
LOS MODERNOS BUHONEROS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Me contaba mi padre en tertulia de taberna de los tiempos en que por aldeillas y cortijales se esperaba con ansia la llegada del buhonero para la compra, si los cuartos lo permitían, de telas, ollas, candilejas o algún artilugio que el susodicho estuviera en ganas de venderte y tu en la poca sesera de comprarlo, con lo que quedaban los dos contentos en la ganancia.
Esto me trae a la cabeza de cómo estos buhoneros de antaño han evolucionado en el arte de atraer y vender sus mercancías por muy innecesaria que sean, pues en poniendo un cartelito en el Pozo Nuevo en el que diga: “A todo paisano que se pase por aquí con la parienta el día tal a la hora cual le será regalado una maquinita de coser enana o un paraguas de indescriptibles dimensiones y colores”, con lo que dicho y echo, que ese día y a esa hora local lleno y después de una retahila de las majestuosas virtudes de un colchón milagroso que cura desde la artritis mas reumática a los costipados de laringe y el reparto de los ansiados regalitos, tres o cuatro parroquianos salen con un colchón milagroso de a cuarenta mil duros la unidad o, si no, los de viaje: comida, paseo y charla, para después de eso sí, un viaje de dos horas de ida y otras tantas de vuelta, un paseo de media hora ligerita por los andurriales donde te lleven una comida de sopa, filetito y pero y una perorata de tres horas te endiñan una cubertería de seis mil seiscientas piezas para que puedas darle de comer a un tabor de regulares.
En fin, viejos oficios reciclados donde, vistos desde la distancia, traen nostalgia al recuerdo y desde la cercanía te llenan la casa de tonterías a precio de oro.
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Me contaba mi padre en tertulia de taberna de los tiempos en que por aldeillas y cortijales se esperaba con ansia la llegada del buhonero para la compra, si los cuartos lo permitían, de telas, ollas, candilejas o algún artilugio que el susodicho estuviera en ganas de venderte y tu en la poca sesera de comprarlo, con lo que quedaban los dos contentos en la ganancia.
Esto me trae a la cabeza de cómo estos buhoneros de antaño han evolucionado en el arte de atraer y vender sus mercancías por muy innecesaria que sean, pues en poniendo un cartelito en el Pozo Nuevo en el que diga: “A todo paisano que se pase por aquí con la parienta el día tal a la hora cual le será regalado una maquinita de coser enana o un paraguas de indescriptibles dimensiones y colores”, con lo que dicho y echo, que ese día y a esa hora local lleno y después de una retahila de las majestuosas virtudes de un colchón milagroso que cura desde la artritis mas reumática a los costipados de laringe y el reparto de los ansiados regalitos, tres o cuatro parroquianos salen con un colchón milagroso de a cuarenta mil duros la unidad o, si no, los de viaje: comida, paseo y charla, para después de eso sí, un viaje de dos horas de ida y otras tantas de vuelta, un paseo de media hora ligerita por los andurriales donde te lleven una comida de sopa, filetito y pero y una perorata de tres horas te endiñan una cubertería de seis mil seiscientas piezas para que puedas darle de comer a un tabor de regulares.
En fin, viejos oficios reciclados donde, vistos desde la distancia, traen nostalgia al recuerdo y desde la cercanía te llenan la casa de tonterías a precio de oro.
Atentamente;
El Niño Gilena
13 octubre 2011
De palabras desafortunadas
Con la vorágine de las fechas que se aproximan, andan los políticos y gentes del gremio con las hormonas revolucionadas y en algunos casos, pasados de vuelta y en no pocas ocasiones, estos personajes de la no democracia, se empeñan en meterla hasta el corvejón. Pues bueno, pues será tiempo de tener la mente fría y el espíritu tranquilo, sino corremos el riesgo de ponernos a su altura y empezar a perder los papeles.
Como ya te habrás imaginado, amigo mío, me voy a referir hoy a las desafortunadas palabras y comentarios del político catalán Duran i Lleida (espero haberlo escrito bien, no vaya a ser que la emprenda conmigo) que por lo visto, para defender sus posturas y reivindicaciones, necesita poner a otras gentes y pueblos a la altura de la bosta, me imagino que para que él o ellos queden en buena postura. Ya todos sabemos lo que dijo y aunque no ha hecho ni disculparse, sigo creyendo que se le fue la pinza, que fue sin querer y sin pensar. No se puede ser tan tonto.
Pero claro, a uno se le empieza a calentar la bilis y se le inflan las gónadas, viendo como siempre, los andaluces somos blanco de toda esta tribu de aprendices de estadista, a los que por lo visto, aunque vivimos a tomar por saco de su tierra y hogares, somos culpables de sus males.
Ya ocurrió en otra ocasión con otro político nacionalista de algún otro sitio. Que conste que nada tengo en contra de los nacionalistas, pues yo también lo soy de mi tierra andaluza, pero para defender mi tierra y su identidad, no necesito ni tan siquiera mentar a otros que nada tienen que ver conmigo ni con mi pueblo y ni me acuerdo de ellos, a no ser en ocasiones como esta. Cada uno es responsable de lo que pasa en su casa y no hay que echarle las culpas al vecino. Creer que los demás son los responsables de nuestros males y no hacer nada para evitarlo, es cosa de cobardes y llorones.
La verdad, no alcanzo a entender por qué siempre se meten con nosotros, como si ellos fuesen mejores. Además siempre acuden al tópico facilón y simplón de que Andalucía es tierra de vagos y subvencionados. Es como si hubiesen olvidado lo bien que les vino a los empresarios catalanes o vascos, la buena y barata mano de obra andaluza. Mano de obra abnegada, trabajadora y callada, acostumbrada a las situaciones difíciles y penosas, sin levantar la cabeza ni la voz. Mano de obra siempre dispuesta a partirse el lomo por un jornal y un trabajo digno, dejando atrás, en ocasiones para siempre, pueblo, casa y familia y te aseguro que el andaluz de eso sabe mucho. Así que como comprenderás, no me hace ni "mihita" de gracia escuchar a estos señoritos de despacho meterse con los míos. Con esto no digo, que cuando en mi tierra se hacen las cosas mal, no haya que criticarlo y denunciarlo a voces, sino todo lo contrario, pues yo soy el primero que quisiera acabar con tanto "aprovechao" que anda suelto, pero señores, seguro que también hay gentuza catalana, vasca o de la madre que los parió.
Por esto y otras cosas, amigo mío, lo mejor es que hagamos las cosas en nuestra tierra como hay que hacerlas, con empeño, trabajo responsable y constancia, olvidándonos de tanto cantamañanas, que para quedar como bueno, necesita crear malos. Hay que ser auténtico y luchador por uno mismo, sin preocuparnos de como lo hacen los otros, que bastante tenemos con lo nuestro. A ver si de una vez nos dejan en paz y que cada perro se lama su pito.
08 octubre 2011
UN OTOÑO MORONERO
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Mientan en los partes radiofónicos televisivos y en los almanaques de vírgenes y santos patrones que en llegando la fecha conocida del 21 de Septiembre, el largo y caluroso verano deja de llamarse de esta guisa y pasa a apodarse "otoño". ¿Otoño?, ja, ja, poleá, como diría mi abuela.
El otoño, estación desconocida por estos lares, es más bien un veranillo sesteado de menos calores en las tardes y las mañanas, por mengua de luces de sol, donde se sigue bebiendo en búcaro, se sigue migando el gazpacho y las sandías se compran de tres en tres al precio de una en una.
El otoño, lo único que nos trae a estos pagos es la vuelta al colegio de los zagalillos y zagalillas, eso sí, con polito de manga corta y pantalón de lo mismo. El otoño nos cambia poca cosa, quizás una graná de postre, las propagandas del Lidl reboloteando por las aceras, la Virgen de Gracia en la calle, la ausencia de cigüeñas en los campanarios y algún turronero pregonando a grito partío o a micrófono abierto su mezcla de mieles y almendras en duras o blandas tabletas.
Así que, por mucho que el tío de las castañas se emperre en dejar La Carrera llena de zahumerios, el tiempo está más pa chochitos y cervecitas glaciales que para los calientes frutos de los castaños de Ronda.
Y para seguir con el nobiliario emblema de decir "los de Morón como son son", yo propongo que en los almanaques moroneros hagan constar que, por mucho que lo digan solsticios o equinocios, aquí el verano dura desde Mayo a Noviembre y al que no le guste, pues eso es lo que hay.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Mientan en los partes radiofónicos televisivos y en los almanaques de vírgenes y santos patrones que en llegando la fecha conocida del 21 de Septiembre, el largo y caluroso verano deja de llamarse de esta guisa y pasa a apodarse "otoño". ¿Otoño?, ja, ja, poleá, como diría mi abuela.
El otoño, estación desconocida por estos lares, es más bien un veranillo sesteado de menos calores en las tardes y las mañanas, por mengua de luces de sol, donde se sigue bebiendo en búcaro, se sigue migando el gazpacho y las sandías se compran de tres en tres al precio de una en una.
El otoño, lo único que nos trae a estos pagos es la vuelta al colegio de los zagalillos y zagalillas, eso sí, con polito de manga corta y pantalón de lo mismo. El otoño nos cambia poca cosa, quizás una graná de postre, las propagandas del Lidl reboloteando por las aceras, la Virgen de Gracia en la calle, la ausencia de cigüeñas en los campanarios y algún turronero pregonando a grito partío o a micrófono abierto su mezcla de mieles y almendras en duras o blandas tabletas.
Así que, por mucho que el tío de las castañas se emperre en dejar La Carrera llena de zahumerios, el tiempo está más pa chochitos y cervecitas glaciales que para los calientes frutos de los castaños de Ronda.
Y para seguir con el nobiliario emblema de decir "los de Morón como son son", yo propongo que en los almanaques moroneros hagan constar que, por mucho que lo digan solsticios o equinocios, aquí el verano dura desde Mayo a Noviembre y al que no le guste, pues eso es lo que hay.
Atentamente;
El niño Gilena
07 octubre 2011
De un paseo por Morón
El pasado septiembre, cuando acababa ya la Feria y el verano se marchaba del calendario sin enterarse Lorenzo, estuve yo por mi querido Morón. Como no podía ser menos, disfruté de la compañía de mis amigos y en especial de la del Niño Gilena.
Como los dos andábamos en días de holganza, decidimos una mañana dar un paseo por la Villa, aprovechando así para visitar los sitios emblemáticos y característicos, qué en otros tiempos, tanto nos gustaba merodear. A sí que, tras un tranquilo café mañanero en una terraza de la calle Nueva, viendo el trasiego de los paisanos y en agradable charla, nos dirigimos con paso firme hacia San Miguel, para comprobar con desilusión que estaba cerrada. La flanqueamos por su fachada norte, buscando el pétreo camaleón y de ahí seguimos por las Siete Revueltas, descubriendo con pena la insuficiente restauración de sus paredes, que en su mayoría están sucias de moho y verdina, de pintadas y matojos, de vidrios rotos y ventanas tapiadas. Por fin, al rodear el santuario, encontramos un postigo abierto y por ahí nos colamos. Ya había olvidado la magnificencia de esta iglesia, con sus retazos gótico, rezumando historia olvidada de un pueblo. Paseando bajo sus bóvedas nos acercamos hasta la fachada principal donde se encuentra expuesta sin protección alguna, una extraña pintura de San Juan Bautista, en el que parece una mujer.
Salimos y seguimos nuestro deambular hacia la ladera del castillo, por la parte del malogrado auditorio, destrozado, inacabado y decadente, flanqueado de escombros de algún mal vecino. Subimos por la cara oriental, entre secarral de matojos y malezas, mirándonos el uno al otro, tristes y furiosos por tan dantesco paisaje. De vez en cuando volvía mi mirada, buscando la Atalaya, pero no era capaz de encontrarla, llegando a creer que su existencia había sido un sueño que un día tuve y lo tomé por cierto. Entonces mi buen amigo me dijo, "-no busque más, la Atalaya es aquello que ahora ves allí, en el cerro de enfrente. Lo que llaman los "bungalos". Preferí seguir la subida en silencio, envuelto en mis pensamientos, intentando borrar tan esperpéntica visión.
Llegamos arriba comentando como a la ya conocida ruindad del edificio, había que añadir la cantidad de basura esparcida por doquier, papeleras y farolas arrancadas. A la desidia de las autoridades municipales, había que sumar la natural inclinación de algunos moroneros a ser unos puercos (con perdón hacia tan noble animal) y unos sucios, que van dejando amarga huella por allí por donde pasan. Al borde del barranco, que muestra Morón casi en su totalidad, nos quedamos de pie, en silencio, observando el caos urbanístico, de libertinaje ladrillero en el que está sumido algunas zonas del pueblo, víctima del mal gusto arquitectónico del que hacen gala algunos paisanos, donde se entremezclan casas de nueva construcción sin ningún tipo de estilo, con alguna casita de tejados tradicional, sin olvidar solares y postigos llenos de chatarra, forrajes y cubos de pintura. "Si es que tenemos lo que nos merecemos, Fran" dijo mi buen amigo, rompiendo el silencio y mis pensamientos.
Bajamos por la carretera hasta el colegio y callejeando hacia la calle El Bosque enfilando hacia la Casa de la Cilla. Qué lastima, qué desperdicio de patrimonio histórico, que forma de destruir nuestra propia identidad. En la desvencijada puerta, un cartel rezaba, "se vende o permuta por tierra de labor", a lo que dedujimos que la propiedad sería privada. Hay amigo mío, si yo tuviera dineros lo que iba a hacer allí.
Disertando ambos, de lo que nos había deparado nuestra excursión, decidimos tomar el camino de en "´c´a La Paca", donde refrescar la garganta y apaciguar el espíritu. A sí pues, atravesamos por el nuevo parque de Las Huertas del Hospital, que para gran alivio, vimos que había quedado un lugar sereno, bien proporcionado y hermoso, al que encontramos un fallo, el exceso de vegetación foránea, necesitada de abundante agua, en detrimento de las auctóctonas, mejor adaptadas a nuestro clima y suelo.
Al fin en "c´a La Paca", recreándonos con un merecido refrigerio, charlamos de lo visto durante la mañana con mi viejo compañero de infancia y ahora señor del mostrador de tan digno local, el
Sr. Ulecia, que ha conseguido un apacible y recoleto local, del que espero disfrutar en futuros viajes a mi pueblo.
Y así terminó la mañana, sintiéndome avergonzado y dolorido y casi con la fe perdida en mi tierra, aunque sabemos de sobra que por fortuna todos los de Morón, no son como son.
Como los dos andábamos en días de holganza, decidimos una mañana dar un paseo por la Villa, aprovechando así para visitar los sitios emblemáticos y característicos, qué en otros tiempos, tanto nos gustaba merodear. A sí que, tras un tranquilo café mañanero en una terraza de la calle Nueva, viendo el trasiego de los paisanos y en agradable charla, nos dirigimos con paso firme hacia San Miguel, para comprobar con desilusión que estaba cerrada. La flanqueamos por su fachada norte, buscando el pétreo camaleón y de ahí seguimos por las Siete Revueltas, descubriendo con pena la insuficiente restauración de sus paredes, que en su mayoría están sucias de moho y verdina, de pintadas y matojos, de vidrios rotos y ventanas tapiadas. Por fin, al rodear el santuario, encontramos un postigo abierto y por ahí nos colamos. Ya había olvidado la magnificencia de esta iglesia, con sus retazos gótico, rezumando historia olvidada de un pueblo. Paseando bajo sus bóvedas nos acercamos hasta la fachada principal donde se encuentra expuesta sin protección alguna, una extraña pintura de San Juan Bautista, en el que parece una mujer.
Salimos y seguimos nuestro deambular hacia la ladera del castillo, por la parte del malogrado auditorio, destrozado, inacabado y decadente, flanqueado de escombros de algún mal vecino. Subimos por la cara oriental, entre secarral de matojos y malezas, mirándonos el uno al otro, tristes y furiosos por tan dantesco paisaje. De vez en cuando volvía mi mirada, buscando la Atalaya, pero no era capaz de encontrarla, llegando a creer que su existencia había sido un sueño que un día tuve y lo tomé por cierto. Entonces mi buen amigo me dijo, "-no busque más, la Atalaya es aquello que ahora ves allí, en el cerro de enfrente. Lo que llaman los "bungalos". Preferí seguir la subida en silencio, envuelto en mis pensamientos, intentando borrar tan esperpéntica visión.
Llegamos arriba comentando como a la ya conocida ruindad del edificio, había que añadir la cantidad de basura esparcida por doquier, papeleras y farolas arrancadas. A la desidia de las autoridades municipales, había que sumar la natural inclinación de algunos moroneros a ser unos puercos (con perdón hacia tan noble animal) y unos sucios, que van dejando amarga huella por allí por donde pasan. Al borde del barranco, que muestra Morón casi en su totalidad, nos quedamos de pie, en silencio, observando el caos urbanístico, de libertinaje ladrillero en el que está sumido algunas zonas del pueblo, víctima del mal gusto arquitectónico del que hacen gala algunos paisanos, donde se entremezclan casas de nueva construcción sin ningún tipo de estilo, con alguna casita de tejados tradicional, sin olvidar solares y postigos llenos de chatarra, forrajes y cubos de pintura. "Si es que tenemos lo que nos merecemos, Fran" dijo mi buen amigo, rompiendo el silencio y mis pensamientos.
Bajamos por la carretera hasta el colegio y callejeando hacia la calle El Bosque enfilando hacia la Casa de la Cilla. Qué lastima, qué desperdicio de patrimonio histórico, que forma de destruir nuestra propia identidad. En la desvencijada puerta, un cartel rezaba, "se vende o permuta por tierra de labor", a lo que dedujimos que la propiedad sería privada. Hay amigo mío, si yo tuviera dineros lo que iba a hacer allí.
Disertando ambos, de lo que nos había deparado nuestra excursión, decidimos tomar el camino de en "´c´a La Paca", donde refrescar la garganta y apaciguar el espíritu. A sí pues, atravesamos por el nuevo parque de Las Huertas del Hospital, que para gran alivio, vimos que había quedado un lugar sereno, bien proporcionado y hermoso, al que encontramos un fallo, el exceso de vegetación foránea, necesitada de abundante agua, en detrimento de las auctóctonas, mejor adaptadas a nuestro clima y suelo.
Al fin en "c´a La Paca", recreándonos con un merecido refrigerio, charlamos de lo visto durante la mañana con mi viejo compañero de infancia y ahora señor del mostrador de tan digno local, el
Sr. Ulecia, que ha conseguido un apacible y recoleto local, del que espero disfrutar en futuros viajes a mi pueblo.
Y así terminó la mañana, sintiéndome avergonzado y dolorido y casi con la fe perdida en mi tierra, aunque sabemos de sobra que por fortuna todos los de Morón, no son como son.
02 octubre 2011
De libros y libreros
Yo, como sabes amigo mío, me inicié en la lectura y el amor a los libros siendo adolescente y aún antes, cuando leía los libros de aventuras de Stevenson y Julio Verne. Pero cuando te has criado en una casa donde no había afición a la lectura, son elementos externos los que te inducen a introducirte en ese mundo. Para mí fueron, por un lado, la inquietud por conocer sobre temas que me gustaban y atraían. Desde la Historia a las aventuras de viajes, las novelas de terror o la poesía.
Por otro lado también, el haber conocido a los que hoy son hermanos de amistad, como el Niño Gilena, Juan o paquillo Tagua, con quienes gastaba interminables y apasionantes ratos hablando de aventuras, de historias o leyendas, qué me indujeron a buscar las mismas agradables sensaciones en los libros.
De aquella época recuerdo con especial cariño, una librería que había en Morón y que aún existe, a la que yo me aficioné y de la que evoco muchas veces sus estanterías repletas de libros, repletas de aventuras y de sueños. Con aquellas colecciones tan características, como Cátedra-Letras Hispánicas, colección Austral o las Grandes Novelas ilustradas de Bruguera.Entre olor a libro nuevo descubrí los comics como Zona 84, Tintín, Dossier Negro y tantos otros.Con especial sentimiento recuerdo a su librero, que en aquel entonces estaba tras el pequeño mostrador, alguien muy conocido por todo Morón y del que con el tiempo me aficioné a su obra. Hoy, como no podía ser de otra manera, una biblioteca de la Villa lleva su nombre y puedo asegurar que otros chavales como el que fui, se aficionaron a la lectura y lo seguirán haciendo, en parte gracias a él.Sirva este pequeño recuerdo escrito, como mi agradecimiento y homenaje a Juan José García López, gran cronista de la Villa moronera, de admirable obra, aunque para mí siempre seguirá siendo, el librero de mi infancia.
Por otro lado también, el haber conocido a los que hoy son hermanos de amistad, como el Niño Gilena, Juan o paquillo Tagua, con quienes gastaba interminables y apasionantes ratos hablando de aventuras, de historias o leyendas, qué me indujeron a buscar las mismas agradables sensaciones en los libros.
De aquella época recuerdo con especial cariño, una librería que había en Morón y que aún existe, a la que yo me aficioné y de la que evoco muchas veces sus estanterías repletas de libros, repletas de aventuras y de sueños. Con aquellas colecciones tan características, como Cátedra-Letras Hispánicas, colección Austral o las Grandes Novelas ilustradas de Bruguera.Entre olor a libro nuevo descubrí los comics como Zona 84, Tintín, Dossier Negro y tantos otros.Con especial sentimiento recuerdo a su librero, que en aquel entonces estaba tras el pequeño mostrador, alguien muy conocido por todo Morón y del que con el tiempo me aficioné a su obra. Hoy, como no podía ser de otra manera, una biblioteca de la Villa lleva su nombre y puedo asegurar que otros chavales como el que fui, se aficionaron a la lectura y lo seguirán haciendo, en parte gracias a él.Sirva este pequeño recuerdo escrito, como mi agradecimiento y homenaje a Juan José García López, gran cronista de la Villa moronera, de admirable obra, aunque para mí siempre seguirá siendo, el librero de mi infancia.
23 septiembre 2011
ALFAJORES O MOJOCINTOS DE PERRO
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Yo soy de esos tiempos en los que al yogour se le decía "el danone", a los batidos, "el puleva" y como también todos recordarán, a los alfajores les decíamos "los mojoncitos perro".
Pues eso, eso parece el pueblo, pases por donde pases, una enorme caja de alfajores estepeños recorren las calles, plazas y sardineles de la villa. Y es que ahora se ha puesto de moda lucir palmito con un perrito de diseño, de esos con nombre raro, cuerpo de lo mismo y correíta alargable. Pero hete ahí, que lo que los acompañantes de los canes todavía no se han enterado es del treceavo mandamiento pueblerino: “NO ENSUCIARAS” o, mejor dicho, si tu compañero canino, ante el desconocimiento de letrinas, retretes y escusados, decide, cuando se le viene la carga atrás, sortar un pestiño maloliente en la puerta de un vecino, lo menos que tienes que hacer es recogerla. Sí, ya se que la escatológica factura de lo realizable no es grata ni de buen ver, pero peor será para el pariente de turno encontrarse, al sacar la silla a la puerta, la majada canina maloliente y calentita, o si no, que se lo pregunten a mi compadre que, en yendo por la calle Juan de Palma, montado en sus chanclas de deíto, pisó o, más bien, tropezó con una mierda canina que por el tamaño sería de mastín cortijero como poco y, de la fatiguitas tan grandes que pasó, casi hubo que llamar al helicóptero del seguro, pues arqueando arqueando largó hasta la primera teta.
En fin, que con esto quiero poner en conocimiento de la autoridades competentes que, aunque el sembrado de mierdeces sea cuantioso, no por eso este año tocará más la lotería, con lo que les alerto para que movilicen a las fuerzas vivas, sean municipales, guardias civiles o la mismísima policía montada del Canadá para que haga cumplir la máxima de multar a cualquier vecino que haciéndose el loco ante la recogida de deposiciones de su compañero canino, se le haga pagar la multa que corresponda, que a fe mía, solo cobrando a euro por majada pondremos las arcas municipales como la cuenta corriente de Emilio Botín.
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Yo soy de esos tiempos en los que al yogour se le decía "el danone", a los batidos, "el puleva" y como también todos recordarán, a los alfajores les decíamos "los mojoncitos perro".
Pues eso, eso parece el pueblo, pases por donde pases, una enorme caja de alfajores estepeños recorren las calles, plazas y sardineles de la villa. Y es que ahora se ha puesto de moda lucir palmito con un perrito de diseño, de esos con nombre raro, cuerpo de lo mismo y correíta alargable. Pero hete ahí, que lo que los acompañantes de los canes todavía no se han enterado es del treceavo mandamiento pueblerino: “NO ENSUCIARAS” o, mejor dicho, si tu compañero canino, ante el desconocimiento de letrinas, retretes y escusados, decide, cuando se le viene la carga atrás, sortar un pestiño maloliente en la puerta de un vecino, lo menos que tienes que hacer es recogerla. Sí, ya se que la escatológica factura de lo realizable no es grata ni de buen ver, pero peor será para el pariente de turno encontrarse, al sacar la silla a la puerta, la majada canina maloliente y calentita, o si no, que se lo pregunten a mi compadre que, en yendo por la calle Juan de Palma, montado en sus chanclas de deíto, pisó o, más bien, tropezó con una mierda canina que por el tamaño sería de mastín cortijero como poco y, de la fatiguitas tan grandes que pasó, casi hubo que llamar al helicóptero del seguro, pues arqueando arqueando largó hasta la primera teta.
En fin, que con esto quiero poner en conocimiento de la autoridades competentes que, aunque el sembrado de mierdeces sea cuantioso, no por eso este año tocará más la lotería, con lo que les alerto para que movilicen a las fuerzas vivas, sean municipales, guardias civiles o la mismísima policía montada del Canadá para que haga cumplir la máxima de multar a cualquier vecino que haciéndose el loco ante la recogida de deposiciones de su compañero canino, se le haga pagar la multa que corresponda, que a fe mía, solo cobrando a euro por majada pondremos las arcas municipales como la cuenta corriente de Emilio Botín.
Atentamente;
El Niño Gilena
13 septiembre 2011
NOS VAMOS QUE VIENE LA FERIA
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No se si te habrás dado cuenta que en llegando el noveno de los meses, donde se asienta la semana grande, los paisanos, movidos por un resorte imaginario, se ponen en busca y captura de todo panfletillo anunciativo de días de sol y playa con un "todo incluido" por apellido.
Y es que mucho ha cambiado la cosa desde aquellos años en los que, desde que se movían los palos para hacer las primeras sardineras, un gusanillo de regusto por farolillos, sevillanas y vino rubio nos subía perneras arriba y nos salía por las orejas el día de los fuegos.
Realmente no se a quién o a qué culpar de la pérdida de esta querencia. Algunos culpan de esto a los precios de las viandas y los caldos con que bajarlas; otros, al precio desorbitado de los guatimas y calesitas; los costumbristas, con decir que la feria ya no es como antes les basta; más yo creo que, como dicen en los mentideros, este año se batirá el récord de no asistencia, principalmente por ser precavido. Me explico, y es que al anunciarse tan a bombo y platillo que el consistorio estaba como una mojama sanluqueña, los más espabilados y previsores del lugar tornaron a decir que ya que no va a haber feria en el pueblo me voy unos diitas de veraneo, pues si ya que el año pasado nos dejaron sin farolillos, sin toros y sin artificio y este año está la cosa peor, a ver si en vez de alumbrado van a colgar unas linternas de los chinos y nos van a tener to la feria con los grandes éxitos de Alfonso Luna en la caseta municipal, con lo que ya estoy apuntao al viajito de la peña bética.
En fin, lo cierto y verdad es que no hay en la tercera semana de septiembre hotel de playa gaditana, onubense o malagueña en el que no se aloje un paisano dispuesto a echar una feria de hamaca en la piscina y bufet de arroz tres delicias con sangría de garrafa, con lo que para años venideros en vez de devanarnos la cabeza para ver dónde colocaremos la feria cuando crezca más bien vamos a tener que ver si nos sobrará espacio cuando nos la llevemos a la plazoleta Meneses.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
No se si te habrás dado cuenta que en llegando el noveno de los meses, donde se asienta la semana grande, los paisanos, movidos por un resorte imaginario, se ponen en busca y captura de todo panfletillo anunciativo de días de sol y playa con un "todo incluido" por apellido.
Y es que mucho ha cambiado la cosa desde aquellos años en los que, desde que se movían los palos para hacer las primeras sardineras, un gusanillo de regusto por farolillos, sevillanas y vino rubio nos subía perneras arriba y nos salía por las orejas el día de los fuegos.
Realmente no se a quién o a qué culpar de la pérdida de esta querencia. Algunos culpan de esto a los precios de las viandas y los caldos con que bajarlas; otros, al precio desorbitado de los guatimas y calesitas; los costumbristas, con decir que la feria ya no es como antes les basta; más yo creo que, como dicen en los mentideros, este año se batirá el récord de no asistencia, principalmente por ser precavido. Me explico, y es que al anunciarse tan a bombo y platillo que el consistorio estaba como una mojama sanluqueña, los más espabilados y previsores del lugar tornaron a decir que ya que no va a haber feria en el pueblo me voy unos diitas de veraneo, pues si ya que el año pasado nos dejaron sin farolillos, sin toros y sin artificio y este año está la cosa peor, a ver si en vez de alumbrado van a colgar unas linternas de los chinos y nos van a tener to la feria con los grandes éxitos de Alfonso Luna en la caseta municipal, con lo que ya estoy apuntao al viajito de la peña bética.
En fin, lo cierto y verdad es que no hay en la tercera semana de septiembre hotel de playa gaditana, onubense o malagueña en el que no se aloje un paisano dispuesto a echar una feria de hamaca en la piscina y bufet de arroz tres delicias con sangría de garrafa, con lo que para años venideros en vez de devanarnos la cabeza para ver dónde colocaremos la feria cuando crezca más bien vamos a tener que ver si nos sobrará espacio cuando nos la llevemos a la plazoleta Meneses.
Atentamente;
El niño Gilena
09 septiembre 2011
PUEBLO BLANCO
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Esta mañana después de mi liturgia sabadera de café en Retamares, recogida de pan en la tahona Parrilla y compra de tabacos en el estanco de Juanito, "el Matrícula", decidí, con permiso del Lorenzo y permitiendomelo el frescor del tiempo, lanzar un paseito por los derredores del "tiro pichón", donde se postran las viviendas de los antiguamente llamados pabellones militares. Pues bien, yendo yo, como te digo, conversando con mis ideas, no se porqué reflejo o picazón, vine a fijarme en lo variopinto del colorido con los que los parroquianos han optado por dar lustre a las fachadas allí puestas, alargué la vista y empecé con la cuenta de la sinfonía multicolor que presentaba la calle y que iba alargándose conforme mis pasos me llevaban de una a otra calle de las de por allí colindantes. Azules cobalto, grises perla, amarillo limón, granas, verdes de todas las aguas y así hasta completar todo el espectro de colorido existente.
Discerní ante lo visto, no solo del gusto por el colorido sino de la porfía existente entre la vecindad en la combinación de tonalidades pues por mucho que me empeñé no logré ver dos casas de cromática parecida. Decidí, ante esta súbita revelación o descubrimiento, retardar la vuelta a casa y seguir andurreando por ver si esta alocada afición se había centrado solo en este pago o, por contrario, la hemorragia colorista había invadido otros barrios de la villa y corte. No tuve que andar mucho pues en caminándome por el cementerio solo tuve que levantar la vista para corroborar lo que a mis 42 almanaques me he dado cuenta, que el pueblo parece la bandera del orgullo gay. Aunque ahora que lo pienso...si mi casa esta de amarillito albero...
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Esta mañana después de mi liturgia sabadera de café en Retamares, recogida de pan en la tahona Parrilla y compra de tabacos en el estanco de Juanito, "el Matrícula", decidí, con permiso del Lorenzo y permitiendomelo el frescor del tiempo, lanzar un paseito por los derredores del "tiro pichón", donde se postran las viviendas de los antiguamente llamados pabellones militares. Pues bien, yendo yo, como te digo, conversando con mis ideas, no se porqué reflejo o picazón, vine a fijarme en lo variopinto del colorido con los que los parroquianos han optado por dar lustre a las fachadas allí puestas, alargué la vista y empecé con la cuenta de la sinfonía multicolor que presentaba la calle y que iba alargándose conforme mis pasos me llevaban de una a otra calle de las de por allí colindantes. Azules cobalto, grises perla, amarillo limón, granas, verdes de todas las aguas y así hasta completar todo el espectro de colorido existente.
Discerní ante lo visto, no solo del gusto por el colorido sino de la porfía existente entre la vecindad en la combinación de tonalidades pues por mucho que me empeñé no logré ver dos casas de cromática parecida. Decidí, ante esta súbita revelación o descubrimiento, retardar la vuelta a casa y seguir andurreando por ver si esta alocada afición se había centrado solo en este pago o, por contrario, la hemorragia colorista había invadido otros barrios de la villa y corte. No tuve que andar mucho pues en caminándome por el cementerio solo tuve que levantar la vista para corroborar lo que a mis 42 almanaques me he dado cuenta, que el pueblo parece la bandera del orgullo gay. Aunque ahora que lo pienso...si mi casa esta de amarillito albero...
Atentamente;
El niño Gilena
30 agosto 2011
VA DE PALMERAS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Yendo yo esta mañana "acharritadamente" (dícese de la persona con un palillo en la boca, las manos en las espaldas y paseo de poca prisa) por los andurriales de La Cruz Verde, a la espera de hacer ganas de meterme entre pecho y espalda un cortado como Dios manda y medio bollo prieto con aceite coripeño en la bodega Retamares, pude comprobar a primera vista los comentarios que son primera plana en los mentideros de esta villa y corte. Y es que, ante la exageración con la que oí hablar del tema no terminé por creermelo, ya conocemos el consabido dicho de “de lo que te digan, ná y de lo que veas, la mitad”.
Pues, sí señor que lo vi, o mejor dicho, las vi. Vi las palmeritas de la calle Jerez o, lo que ha quedado de ellas, pues de la docena larga que con gran conocimiento de la botánica situó en estos parterres el anterior concejal de parques y jardines, solo dos o tres muestran algún verdor en sus copas.
Sin querer hacer leña del árbol caído, me distraje preguntando a los vecinos por lo acontecido a las arecaceas morillenses, con lo que me encontré con múltiples explicaciones, de todos los colores y gustos. Unos me comentaban (los de la acera de la derecha) que la culpa, casi seguro, es de la meada pertinente de los gatos o de algún vecino rojillo que se dispuso a regarlas con el aguarrás que le sobró de pintar el soberao. Los de la acera de la izquierda comentaban que han tenido el mismo mal que los que decidieron plantarla. Una parienta de las que vigila la calle con trapo de polvo para el cierro y escobón de apoyo, que si traían un bichito por dentro y, hasta un capillita salesiano, me comentó que saber no sabe lo que ha sido pero su Cristo de la Buena Muerte no pasa por ahí este año, ni loco, que con los años que ha costado sacarlo de pie, vaya a ser que una palmera le de por volcarse y se pegue otros cincuenta años acostado.
En fin, que sin las ideas muy claras, las ganas de desayunar en ayuno y la antigua imagen de las adelfas y los parterres desaliñaos de la antigua calle Jerez Baja, tiré Calzadilla arriba pensando con qué van a ser sustituidas las secas palmeritas, aunque sabiendo como están las arcas del consistorio no creo que nos llegue ni para media docena de pitas linderas.
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Yendo yo esta mañana "acharritadamente" (dícese de la persona con un palillo en la boca, las manos en las espaldas y paseo de poca prisa) por los andurriales de La Cruz Verde, a la espera de hacer ganas de meterme entre pecho y espalda un cortado como Dios manda y medio bollo prieto con aceite coripeño en la bodega Retamares, pude comprobar a primera vista los comentarios que son primera plana en los mentideros de esta villa y corte. Y es que, ante la exageración con la que oí hablar del tema no terminé por creermelo, ya conocemos el consabido dicho de “de lo que te digan, ná y de lo que veas, la mitad”.
Pues, sí señor que lo vi, o mejor dicho, las vi. Vi las palmeritas de la calle Jerez o, lo que ha quedado de ellas, pues de la docena larga que con gran conocimiento de la botánica situó en estos parterres el anterior concejal de parques y jardines, solo dos o tres muestran algún verdor en sus copas.
Sin querer hacer leña del árbol caído, me distraje preguntando a los vecinos por lo acontecido a las arecaceas morillenses, con lo que me encontré con múltiples explicaciones, de todos los colores y gustos. Unos me comentaban (los de la acera de la derecha) que la culpa, casi seguro, es de la meada pertinente de los gatos o de algún vecino rojillo que se dispuso a regarlas con el aguarrás que le sobró de pintar el soberao. Los de la acera de la izquierda comentaban que han tenido el mismo mal que los que decidieron plantarla. Una parienta de las que vigila la calle con trapo de polvo para el cierro y escobón de apoyo, que si traían un bichito por dentro y, hasta un capillita salesiano, me comentó que saber no sabe lo que ha sido pero su Cristo de la Buena Muerte no pasa por ahí este año, ni loco, que con los años que ha costado sacarlo de pie, vaya a ser que una palmera le de por volcarse y se pegue otros cincuenta años acostado.
En fin, que sin las ideas muy claras, las ganas de desayunar en ayuno y la antigua imagen de las adelfas y los parterres desaliñaos de la antigua calle Jerez Baja, tiré Calzadilla arriba pensando con qué van a ser sustituidas las secas palmeritas, aunque sabiendo como están las arcas del consistorio no creo que nos llegue ni para media docena de pitas linderas.
Atentamente;
El Niño Gilena
25 agosto 2011
De "arcatufas y arbellanitas"
Seguro que ya sabes a qué personaje moronero me voy a referir. Pues sí, ese mismo.Del acervo de personajes moronenses que pueblan el desván de mi memoria, es este uno de ellos, pues desde que yo era niño, lo conozco caminando con su canasta de mimbre repleta de bolsitas transparentes con los frutos secos, que a mi tanto me gustaban y me siguen gustando. Ya fuera en días de labor o en fiestas de guardar, se le podía ver por las calles, parando en terrazas o bares, vociferando sus mercancías, “¡arcatufas, arbellanitas!” y de paso charlar con algún parroquiano antes de seguir camino.Recuerdo que mi padre era buen conocido suyo y siempre se entretenían en alguna charla fugaz, mientras yo comía las recién compradas “arcatufas” o “arbellanitas” (señalar debo, que en la jerga moronensis “arbellanita” no es una avellana pequeña, si no los cacahuetes).
La verdad es que no me acuerdo de su nombre, aunque creo que siempre mi padre le llamaba Fajardo, qué sería su apellido.
La última vez que estuve en Morón, pude volver a verlo, entre el gentío que se agolpaba en las riberas de las calles, a la espera de algún paso de Semana Santa y esteba tal y como lo recordaba, caminante siempre con la cesta de mimbre al brazo, mandilillo de tela para los dineros y su voz ronca de años de pregón, “¡arcatufa, arbellanita!”.
La verdad es que no me acuerdo de su nombre, aunque creo que siempre mi padre le llamaba Fajardo, qué sería su apellido.
La última vez que estuve en Morón, pude volver a verlo, entre el gentío que se agolpaba en las riberas de las calles, a la espera de algún paso de Semana Santa y esteba tal y como lo recordaba, caminante siempre con la cesta de mimbre al brazo, mandilillo de tela para los dineros y su voz ronca de años de pregón, “¡arcatufa, arbellanita!”.
23 agosto 2011
EL CLUB DE LOS ESABORIOS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Queridísimo amigo, en estos días que corren, donde cada vez son más frecuentes las pérdidas de las buenas maneras y el pueblerino y antiguo arte de regalar con un "con Dios" o un buenos días al paisano con el que te cruzas, ha venido a mi memoria una reata de personajes que mi discurrir ha tenido a bien concederles el poco nobiliario título de "Esaborios per secula seculorum". Me explico:
Desde pequeño he sido, al igual que otros chiquillos, de andurreo fácil y juegos de calle y plaza, con lo que la poca permanencia en mi casa hacía que de cuando en vez necesitase la colaboración de algún parroquiano para, pongamos por ejemplo, calmar la sed, y e ahí cuando empecé a darme cuenta lo "esaborio" que podía llegar a ser un parroquiano. Y no solo yo, o es que nadie ha pasado en aquellos tiempos por la heladería de La Playa y ha dicho con voz de angelito:
¿Me pude dar un vaso de agua?
Inmediatamente era contestado desde detrás de una cara rancia como la estopa con un:
¡Agua no hay, a bebé a tu casa!.
Otro ejemplo podríamos darlo de la amabilidad y docencia en la puericultura de los gordos que tenían los puestecillos de chucherías en la puerta de los cines en la sesión dominical, con qué gracia te conminaban a que aligerases la decisión de la compra.
Qué decir de la sonrisa de Arrones el viejo cuando ibas por tres pesetas de puntillas para hacerte una escopeta de gomas para cazar una lagartija o la disposición de Pérez el juguetero a enseñarte las mercancías y a tomarte el tiempo necesario para que recapacitases en la decisión que tomarías.
No podemos olvidar con qué tacto eramos tratados en el taller de reparaciones de los hermanos Menacho, cuando pedíamos que se adelantara en lo posible el estropicio realizado en nuestra BH. Y claro, destacar la alegría que le daba a "La Perfecta" que dudasemos en qué iba a ser gastado el duro de sobra de la paga dominical.
En fin, personajes que ya no están con nosotros pero que han sabido marcar el estereotipo del "esaborio" popular. Inclusive puedo apostar lo que quieras que si algunos han pasado a la gloria, seguro que se habrán quejado a San Pedro por la tardanza en abrir la puerta y si están en lo contrario, hasta el mismo Lucifer debe de estar harto de escuchar que si hace calor por aquí, que si esto está muy oscuro, que vaya cuernos que tienes.....
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Queridísimo amigo, en estos días que corren, donde cada vez son más frecuentes las pérdidas de las buenas maneras y el pueblerino y antiguo arte de regalar con un "con Dios" o un buenos días al paisano con el que te cruzas, ha venido a mi memoria una reata de personajes que mi discurrir ha tenido a bien concederles el poco nobiliario título de "Esaborios per secula seculorum". Me explico:
Desde pequeño he sido, al igual que otros chiquillos, de andurreo fácil y juegos de calle y plaza, con lo que la poca permanencia en mi casa hacía que de cuando en vez necesitase la colaboración de algún parroquiano para, pongamos por ejemplo, calmar la sed, y e ahí cuando empecé a darme cuenta lo "esaborio" que podía llegar a ser un parroquiano. Y no solo yo, o es que nadie ha pasado en aquellos tiempos por la heladería de La Playa y ha dicho con voz de angelito:
¿Me pude dar un vaso de agua?
Inmediatamente era contestado desde detrás de una cara rancia como la estopa con un:
¡Agua no hay, a bebé a tu casa!.
Otro ejemplo podríamos darlo de la amabilidad y docencia en la puericultura de los gordos que tenían los puestecillos de chucherías en la puerta de los cines en la sesión dominical, con qué gracia te conminaban a que aligerases la decisión de la compra.
Qué decir de la sonrisa de Arrones el viejo cuando ibas por tres pesetas de puntillas para hacerte una escopeta de gomas para cazar una lagartija o la disposición de Pérez el juguetero a enseñarte las mercancías y a tomarte el tiempo necesario para que recapacitases en la decisión que tomarías.
No podemos olvidar con qué tacto eramos tratados en el taller de reparaciones de los hermanos Menacho, cuando pedíamos que se adelantara en lo posible el estropicio realizado en nuestra BH. Y claro, destacar la alegría que le daba a "La Perfecta" que dudasemos en qué iba a ser gastado el duro de sobra de la paga dominical.
En fin, personajes que ya no están con nosotros pero que han sabido marcar el estereotipo del "esaborio" popular. Inclusive puedo apostar lo que quieras que si algunos han pasado a la gloria, seguro que se habrán quejado a San Pedro por la tardanza en abrir la puerta y si están en lo contrario, hasta el mismo Lucifer debe de estar harto de escuchar que si hace calor por aquí, que si esto está muy oscuro, que vaya cuernos que tienes.....
Atentamente;
El Niño Gilena
06 agosto 2011
LA FLOR DEL POZO LOCO
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Las historias siempre van unidas a las personas y, hoy, releyendo las crónicas que mi amigo Luis cuelga con voracidad en su rincón, he recordado a una de esas niñas de mucho carmín y poco abrigo que se ganaban los cuartos en "casa La Pepa" por aquellos andurriales del Pozo Loco.
Con el nombre de Rosa le echaron las aguas hace más de setenta años. El nombre era lo que menos importaba, todo dependía de los duros con los que la bautizaran esa tarde. Ya fuera por fuerza de hambres o gusto por plata fácil, gañanes y señoritos le ayudaron a licenciarse en las artes de la vida y a ir amargando lentamente el azúcar de su juventud. Entre copas de anís del Coral y liadillos de picadura, fueron quedándose atrás los felices tiempos de los agromanes que le sirvieron de poco, pues aunque el anzuelo lanzaría a mas de uno, quedose compuesta y sin marido que la quitara de la profesión mas antigua del mundo.
Hoy, la he vuelto a ver en su sesoria baja de la calle Hornos, con la sola compañía de un perrillo mil-razas con el mismo genio que la dueña, mirando desde el dintel de la puerta y quemando con su mirada a todo el que le sostiene la vista más de lo debido, rescoldo este de la herencia que se trajo de la mancebía, que escriben en su rostro cien sarmientos de arrugas y un pelo color ceniza, estampa marchita de la que fue "la flor del Pozo Loco".
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Las historias siempre van unidas a las personas y, hoy, releyendo las crónicas que mi amigo Luis cuelga con voracidad en su rincón, he recordado a una de esas niñas de mucho carmín y poco abrigo que se ganaban los cuartos en "casa La Pepa" por aquellos andurriales del Pozo Loco.
Con el nombre de Rosa le echaron las aguas hace más de setenta años. El nombre era lo que menos importaba, todo dependía de los duros con los que la bautizaran esa tarde. Ya fuera por fuerza de hambres o gusto por plata fácil, gañanes y señoritos le ayudaron a licenciarse en las artes de la vida y a ir amargando lentamente el azúcar de su juventud. Entre copas de anís del Coral y liadillos de picadura, fueron quedándose atrás los felices tiempos de los agromanes que le sirvieron de poco, pues aunque el anzuelo lanzaría a mas de uno, quedose compuesta y sin marido que la quitara de la profesión mas antigua del mundo.
Hoy, la he vuelto a ver en su sesoria baja de la calle Hornos, con la sola compañía de un perrillo mil-razas con el mismo genio que la dueña, mirando desde el dintel de la puerta y quemando con su mirada a todo el que le sostiene la vista más de lo debido, rescoldo este de la herencia que se trajo de la mancebía, que escriben en su rostro cien sarmientos de arrugas y un pelo color ceniza, estampa marchita de la que fue "la flor del Pozo Loco".
Atentamente;
El niño Gilena
04 agosto 2011
De canastos y taleguillas
Una tortilla de espárragos, la lata de anchoas, un tarro con aceitunas “partías” y un poco de gazpacho, un bollo tierno de hoy y un melón de canasto. Media botellita de vino, la navaja del ancla y un termillo con café. Así quedaba completo el canasto o la talega, dependiendo de la carga culinaria, que mi madre preparaba para llevar a mi padre al tajo. Luego, cuando se acercaba la hora de la comida, mi hermana cogía el canasto y a mi de la mano, para encaminarnos hacia la fábrica de cementos, donde mi padre trabajaba. En la época de que te hablo, vivíamos en el Pantano, en la calle Colonia, en la casa que mi padre construyó con ayuda de amigos y compañeros. Eran otros tiempos.
Yo tendría entonces unos tres o cuatro años, no más, pero lo recuerdo como si fuera ayer, yendo junto a mi hermana hacia la puerta de la fábrica, donde casi al llegar, ya oíamos la sirena que indicaba a los trabajadores que eran las dos y era tiempo para el descanso de la comida.
Una vez en la portería, el que estaba de portero, aunque de sobra sabía quienes éramos y quien era mi padre, siempre nos preguntaba por su nombre y fingía no conocerle hasta que le decíamos su mote, “mi padre es el Anchoa” y acto seguido me respondía “ah y tu el anchoita”.
A mi me encantaba ir a llevar el almuerzo a mi padre a la fábrica, llegar hasta el comedor en el que se reunían los trabajadores y esperar a su lado hasta que terminara la comida. Me divertía ver a aquellos hombres con su mono azul, curtidos por el trabajo, entre bromas y risas, dar buena cuenta de lo que de sus canastos salía y llamarse unos a otros por sus motes, mi padre “el Anchoa” y también estaban “el Tomate”, “el niño Juaniquito”, “el Chispas”, “el Guapo”, “el Trompo” y un sin fin de personajes, juntos en la misma mesa.
Quedó para siempre grabado en mi memoria la imagen de mi padre, con su mono sucio de grasa y polvo, de trabajo duro y esfuerzo diario, de ilusiones y sueños sencillos de obrero honrado y quedará para siempre en mí, la mirada tierna y lejana del que sabe que sólo puede dar el dolor de sus manos para cuidar de aquel niño que le miraba.
Jamás olvidaré aquellos canastos y talegas, llenas de las comidas humildes de los obreros, de los mejores manjares, que son aquellos que han sido ganados con sudor y esfuerzo.
Yo tendría entonces unos tres o cuatro años, no más, pero lo recuerdo como si fuera ayer, yendo junto a mi hermana hacia la puerta de la fábrica, donde casi al llegar, ya oíamos la sirena que indicaba a los trabajadores que eran las dos y era tiempo para el descanso de la comida.
Una vez en la portería, el que estaba de portero, aunque de sobra sabía quienes éramos y quien era mi padre, siempre nos preguntaba por su nombre y fingía no conocerle hasta que le decíamos su mote, “mi padre es el Anchoa” y acto seguido me respondía “ah y tu el anchoita”.
A mi me encantaba ir a llevar el almuerzo a mi padre a la fábrica, llegar hasta el comedor en el que se reunían los trabajadores y esperar a su lado hasta que terminara la comida. Me divertía ver a aquellos hombres con su mono azul, curtidos por el trabajo, entre bromas y risas, dar buena cuenta de lo que de sus canastos salía y llamarse unos a otros por sus motes, mi padre “el Anchoa” y también estaban “el Tomate”, “el niño Juaniquito”, “el Chispas”, “el Guapo”, “el Trompo” y un sin fin de personajes, juntos en la misma mesa.
Quedó para siempre grabado en mi memoria la imagen de mi padre, con su mono sucio de grasa y polvo, de trabajo duro y esfuerzo diario, de ilusiones y sueños sencillos de obrero honrado y quedará para siempre en mí, la mirada tierna y lejana del que sabe que sólo puede dar el dolor de sus manos para cuidar de aquel niño que le miraba.
Jamás olvidaré aquellos canastos y talegas, llenas de las comidas humildes de los obreros, de los mejores manjares, que son aquellos que han sido ganados con sudor y esfuerzo.
02 agosto 2011
LOS AÑOS DE LA VARA
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Aprovechando que el mes de julio nos convidó con un día manso de calores en la mañana, decidimos mi gran amigo Juan Solano, el padre de este y el que te escribe, salir a la cacería de la memoria del mayor de los mentados, con lo que dispusimos tirar de la reata y tantearnos en el señorial cortijo de "Barros", por ser allí donde comienza nuestra historia.
Como el que no quiere la cosa, nos plantamos en la puerta de la gañanía mientras dos podencos flacos como estoques hacían los coros a un mastín de labio caido y sangre tranquilota. Después de llamar con el timbre de la garganta, nos recibió una casera con los mismos años que el cortijo, la que después de darle señas de nuestra estampa y explicarle qué hacíamos por aquellos pagos nos dio licencia de paso, con lo que iniciamos la marcha en pos de lo que veníamos buscando.
Adentrándonos en la finca por un camino de herradura, ayudados por el recuerdo de Antonio, padre de mi amigo, dirigimos los pasos a lo que antiguamente fue llamada "la huerta de Barros". Nada más pasar los umbrales de lo que antes fue un verjel de chucherías de la tierra, el que hoy es mi suegro se dio cuenta que el tiempo no sólo pasa por él. De la casa donde se crió junto a ocho hermanos no quedaba ni un peñasco, de la noria que antaño sirvió de garganta a la secana tierra no restaba ni huella, solo una antigua alberca, ya heredada de muchas generaciones hizo que el viento de los recuerdos azuzara el ascua de la memoria y afloraran aquellos años de juegos, baños de río, higueras y encinillas. En sus ojos podía verse reflejada la nostalgia de la sencillez de los pocos ratos de asueto con los que contó en su mocedad.
Entre el andar y el andar en lo que hoy es un olivar de moronas y gordales injertados, también se aventaron las duras jornadas de labranza, el arado de yunta y surco y el incentivo de vara que recibía si la labor no era bien realizada. Anécdota tras anécdota fue pasando la mañana, mientras la sucesión de las mismas saltaban de un recuerdo grato a otro no tan querido la altura del astro rey marcaba la hora de dejar el pago. Decidimos dar por zanjada la mañana portando esa bolsa de recuerdos, a la par llena de monedas falsas y buenas, con la que Antonio se dio por servido al pagar esa deuda que tenía con su memoria.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Aprovechando que el mes de julio nos convidó con un día manso de calores en la mañana, decidimos mi gran amigo Juan Solano, el padre de este y el que te escribe, salir a la cacería de la memoria del mayor de los mentados, con lo que dispusimos tirar de la reata y tantearnos en el señorial cortijo de "Barros", por ser allí donde comienza nuestra historia.
Como el que no quiere la cosa, nos plantamos en la puerta de la gañanía mientras dos podencos flacos como estoques hacían los coros a un mastín de labio caido y sangre tranquilota. Después de llamar con el timbre de la garganta, nos recibió una casera con los mismos años que el cortijo, la que después de darle señas de nuestra estampa y explicarle qué hacíamos por aquellos pagos nos dio licencia de paso, con lo que iniciamos la marcha en pos de lo que veníamos buscando.
Adentrándonos en la finca por un camino de herradura, ayudados por el recuerdo de Antonio, padre de mi amigo, dirigimos los pasos a lo que antiguamente fue llamada "la huerta de Barros". Nada más pasar los umbrales de lo que antes fue un verjel de chucherías de la tierra, el que hoy es mi suegro se dio cuenta que el tiempo no sólo pasa por él. De la casa donde se crió junto a ocho hermanos no quedaba ni un peñasco, de la noria que antaño sirvió de garganta a la secana tierra no restaba ni huella, solo una antigua alberca, ya heredada de muchas generaciones hizo que el viento de los recuerdos azuzara el ascua de la memoria y afloraran aquellos años de juegos, baños de río, higueras y encinillas. En sus ojos podía verse reflejada la nostalgia de la sencillez de los pocos ratos de asueto con los que contó en su mocedad.
Entre el andar y el andar en lo que hoy es un olivar de moronas y gordales injertados, también se aventaron las duras jornadas de labranza, el arado de yunta y surco y el incentivo de vara que recibía si la labor no era bien realizada. Anécdota tras anécdota fue pasando la mañana, mientras la sucesión de las mismas saltaban de un recuerdo grato a otro no tan querido la altura del astro rey marcaba la hora de dejar el pago. Decidimos dar por zanjada la mañana portando esa bolsa de recuerdos, a la par llena de monedas falsas y buenas, con la que Antonio se dio por servido al pagar esa deuda que tenía con su memoria.
Atentamente;
El niño Gilena
01 agosto 2011
De los veranitos moroneros
Que recuerdos tan agradables me han traído las playitas moroneras. Esta grata nostalgia me ha movido por fin para volver de nuevo a nuestro rincón de encuentro, a nuestra esquina de barra de bar, donde compartimos temas y palabras de nuestro querido pueblo y de nosotros mismos. Aunque ya sabes que mi lejanía no me deja vivir ser observador directo de las cositas de Morón, pero bueno, me apetece seguir dándole a la tecla y contar lo que pueda, seguramente más recuerdos que actualidades.
Pues, como te decía, buenos recuerdos me ha traído tu carta. Recuerdos de veranos, cuando el calor no nos importaba tanto y era el tiempo perfecto para andar de un lado para otro, con “la motillo” por aquí y por allá. Hoy las playitas moroneras, mañana a colarnos en algún cortijo abandonado y en cualquier momento meternos en una cueva o simplemente ir al campo y visitar un ventorrillo.
Pero sin duda alguna, en la época canicular, el mayor disfrute eran charcas, ríos e incluso un pozo, cualquier cosa para refrescar. Tampoco en aquellos días nos importaba tanto, ni el lugar, ni los pertrechos, que ya dices bien, cuando nos tomábamos un par de litronas calientes, bocadillo de Viena tiesa a compartir y hasta por falta de bañador nos metíamos al agua en pelotas o en calzoncillos blancos. Aquellos días en los que todo compartíamos de buen grado, comida, bebida y hasta sueños e ilusiones, pues nunca faltaba echar un rato sentados en la orilla, conversando de nuestras cosas y divagando de este o aquel tema, que siempre encontrábamos historias que contar, esas mismas historias que aún hoy nos siguen gustando.
Pues, como te decía, buenos recuerdos me ha traído tu carta. Recuerdos de veranos, cuando el calor no nos importaba tanto y era el tiempo perfecto para andar de un lado para otro, con “la motillo” por aquí y por allá. Hoy las playitas moroneras, mañana a colarnos en algún cortijo abandonado y en cualquier momento meternos en una cueva o simplemente ir al campo y visitar un ventorrillo.
Pero sin duda alguna, en la época canicular, el mayor disfrute eran charcas, ríos e incluso un pozo, cualquier cosa para refrescar. Tampoco en aquellos días nos importaba tanto, ni el lugar, ni los pertrechos, que ya dices bien, cuando nos tomábamos un par de litronas calientes, bocadillo de Viena tiesa a compartir y hasta por falta de bañador nos metíamos al agua en pelotas o en calzoncillos blancos. Aquellos días en los que todo compartíamos de buen grado, comida, bebida y hasta sueños e ilusiones, pues nunca faltaba echar un rato sentados en la orilla, conversando de nuestras cosas y divagando de este o aquel tema, que siempre encontrábamos historias que contar, esas mismas historias que aún hoy nos siguen gustando.
30 julio 2011
LAS PLAYITAS MORONERAS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Por la distancia que tenemos con el mare nostrum, nunca hemos sido los habitantes del lugar muy marineros que dijésemos. Por decirte que yo el único marino que conozco es el que vendía el pescao en una sesoria de los Caños de Aranda, con lo que poco o nada entendemos los lugareños de calas, cabos, marejadas o marejadillas. Mas eso no quita que, cuando el Lorenzo reina en apogeo en estos meses julianos y agosteños, busquemos la frescura de ríos, charcas, pozos y manantiales de bajo pelo o, por lo menos, así era en mis tiempos y tan viejo no soy, aunque diga el Charrito que me he comio tres o cuatro abuelos. Bueno, pues como te decía, en esos días en los que el marido de doña Catalina se le subía la tensión y de pura mala leche nos regalaba las cuarenta en bastos, nuestra herencia bereber nos hacía agudizar el ingenio y darnos tregua, como bien dice mi amigo Luis, en el "charco del Charcal", entre litronas calientes y bocadillos de mortadela fina o en el "pozo del Salao", a ver quién tenía cojones de undirse ante la salmuera dispuesta. Algunos, los más aventureros, llegaban a bañarse en "La Arcilla", desde luego no he vuelto a ver a ninguno de estos (por si las moscas, Dios lo tenga en su gloria). Otros, preferían la "sua de Morillo" o las pantanosas tierras de "barros coloraos". Cuentan los más viejos del lugar que buenos baños se daban en la poza del río Espartero, antes de estar como está, es lógico. Pero lo que más me gustaba a mi y, creo que a muchos de la concurrencia, eran los baños dominicales y familiares en el "charco Pajarito", en Puerto Serrano o en la "junta de los ríos", termino de Coripe. Esos sí que eran folclóricos, pues no solo se dispensaba un festivo natatorio y de saltos a bomba, no, sino que también se completaba con la búsqueda de mejilloncillos, maltrato a las ranas y columpio de eucalipto, todo ello regado con bota de mistela, gazpacho sin guarnición y tortilla casi caliente.
En fin, como los tiempos han cambiado, no se si del todo para bien, voy a apagar el aire acondicionado y me voy a ir pa la piscina cubierta, que esa sí que no tiene verdina.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Por la distancia que tenemos con el mare nostrum, nunca hemos sido los habitantes del lugar muy marineros que dijésemos. Por decirte que yo el único marino que conozco es el que vendía el pescao en una sesoria de los Caños de Aranda, con lo que poco o nada entendemos los lugareños de calas, cabos, marejadas o marejadillas. Mas eso no quita que, cuando el Lorenzo reina en apogeo en estos meses julianos y agosteños, busquemos la frescura de ríos, charcas, pozos y manantiales de bajo pelo o, por lo menos, así era en mis tiempos y tan viejo no soy, aunque diga el Charrito que me he comio tres o cuatro abuelos. Bueno, pues como te decía, en esos días en los que el marido de doña Catalina se le subía la tensión y de pura mala leche nos regalaba las cuarenta en bastos, nuestra herencia bereber nos hacía agudizar el ingenio y darnos tregua, como bien dice mi amigo Luis, en el "charco del Charcal", entre litronas calientes y bocadillos de mortadela fina o en el "pozo del Salao", a ver quién tenía cojones de undirse ante la salmuera dispuesta. Algunos, los más aventureros, llegaban a bañarse en "La Arcilla", desde luego no he vuelto a ver a ninguno de estos (por si las moscas, Dios lo tenga en su gloria). Otros, preferían la "sua de Morillo" o las pantanosas tierras de "barros coloraos". Cuentan los más viejos del lugar que buenos baños se daban en la poza del río Espartero, antes de estar como está, es lógico. Pero lo que más me gustaba a mi y, creo que a muchos de la concurrencia, eran los baños dominicales y familiares en el "charco Pajarito", en Puerto Serrano o en la "junta de los ríos", termino de Coripe. Esos sí que eran folclóricos, pues no solo se dispensaba un festivo natatorio y de saltos a bomba, no, sino que también se completaba con la búsqueda de mejilloncillos, maltrato a las ranas y columpio de eucalipto, todo ello regado con bota de mistela, gazpacho sin guarnición y tortilla casi caliente.
En fin, como los tiempos han cambiado, no se si del todo para bien, voy a apagar el aire acondicionado y me voy a ir pa la piscina cubierta, que esa sí que no tiene verdina.
Atentamente;
El niño Gilena
18 julio 2011
PRESUPUESTOS MORONEROS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
La pasada noche, realizando la tradicional práctica veraniega del asentamiento en la puerta de mi casa, de esas de silla de enea, búcaro, abanico y vecinas corraleras, vinieron a contarme de buenas tintas una filtración documental que ha salido de nuestro consistorio, en referencia a la auditoría económica realizada y los asientos de los próximos presupuestos. Paso a detallártelos para que en prevención de lo que viene estés preparado.
RESUMEN DEL EXPEDIENTE DE AUDITORIA REALIZADO EN EL MUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO ARUNCITANO:
Según nuestro equipo de técnicos economistas y auditores, la situación del consistorio puede resumirse según la siguiente frase técnica.
El Ayuntamiento tiene menos fondos que una lata de anchoas.
Prince Waterhouse & Mudis Corporation.
Ante los tecnicismos económicos anteriormente expuestos, el equipo de gobierno repartirá de la siguiente forma los presupuestos para el año próximo.
Partida de la Concejalía de Deportes:
Se repartirán a cuenta de lo adeudado dos petissuis a los jugadores del equipo de baloncesto local (nunca se debe de parar el crecimiento y el potencial de estos muchachos). Para los equipos de fútbol de nuestra localidad daremos una cantidad ingente de ánimos, aplausos y hasta algún “arbitro cabrón“ en caso de que haga falta. El frontón lo trasladaremos a la fachada lateral de la Iglesia de San Miguel, con lo que nos ahorramos levantar el muro. Para la práctica de deporte infantil, creemos que con los balones que regaló Raúl, el de Retamares, los reyes pasados echamos el año. Y para los más ancianos, realizaremos el esfuerzo de imprimir un planito de carriles y vereas para practicar el olímpico deporte de la marcha pedestre.
Partida de la Concejalía de Festejos:
Al no tener ni pa bombillas, los alumbrados quedan suspendidos hasta nueva orden (del banco, claro). En cuanto a petardos, cohetes y fuegos artificiales varios, sólo decir que "el Momo" siga echando el paro este año. Para el Gazpacho 2012, aportaremos eso, el gazpacho. En cuanto a las actuaciones de feria, se realizará una audición repetitiva del gran éxito moronés de "el anís del coral" de "Castilla y sus muchachos" (que no le cobra ni la ESGAE) y el desinteresado cante de "el Mantichi de Morón".
Para los carnavales, haremos pública las ronchas que ha dejado Manolito Morilla, con lo que las murgas y comparsas ya tendrán letras pa rato. En Semana Santa, comunicaremos a los vecinos que el que quiera sillas que se las traiga de su casa. Para verbenas y veladas, intentaremos contribuir con la banda municipal y que nos lo vaya apuntando en la cuenta.
Partida de la Concejalía de Parques y Jardines:
Derivado de los fondos restantes, después de pagar la flora autóctona del Caribe e Irlanda y el consumo de agua de las mismas, solo se acometerá la siembra de espárrago trigero y cardanchas varias en el parque de Borujas. Para Los Palomitos y La Carrera, iremos a la Casa de Júpiter por algún sortilegio que haga que la lluvia no falte durante todo el año. Sustituiremos la partida de los huertos de recreo por 123 macetas de plástico, que serán repartidas a los interesados en la plantación de tomates, pepinos y otras delicias varias.
Partida de la Concejalía de Cultura:
Seguiremos contribuyendo a la construcción del Museo de Arte Sacro con la donación de 400 azulejos que se retirarán de las calles, colocados en la anterior lejislatura para el alicatado de los servicios de señoras y caballeros. Surtiremos a las bibliotecas con lo más granado de la prensa actual: Diario Metro, Hoy y la hoja parroquial de Los Salesianos. Realizaremos un premio municipal de poesía, al que pueden optar todos los moroneros que dispongan de boli y folios (al ganador le serán editados gratuitamente 16 copias en la revista Atalaya del mes que toque). Solicitaremos la medalla al trabajo para el ferretero de La Puerta Sevilla.
Partida de la Concejalía de Urbanismo:
Los pasos de peatones, lineas discontinuas y continuas del callejero urbano serán trazadas con cal de Morón. Así, aparte de ahorrar, contribuimos a expandir el conocimiento de este noble mineral. Vamos a hacer incapie en solicitar el AVE: "a vé" si arreglamos la carretera de Arahal, "a vé" si arreglamos los aceraos, "a vé" si echamos tierra a los jardines de Los Palomitos, "a vé" si La Carrera se arregla sola...Pondremos en EBAY 22 farolas, sitas en El Pozo Nuevo, para con lo resultante, comprar bombillas de bajo consumo para el consistorio y demás edificios públicos.
Todo lo anteriormente mentado queda corroborado por el MI5 CORRALERO de la Calle Victoria.
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
La pasada noche, realizando la tradicional práctica veraniega del asentamiento en la puerta de mi casa, de esas de silla de enea, búcaro, abanico y vecinas corraleras, vinieron a contarme de buenas tintas una filtración documental que ha salido de nuestro consistorio, en referencia a la auditoría económica realizada y los asientos de los próximos presupuestos. Paso a detallártelos para que en prevención de lo que viene estés preparado.
RESUMEN DEL EXPEDIENTE DE AUDITORIA REALIZADO EN EL MUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO ARUNCITANO:
Según nuestro equipo de técnicos economistas y auditores, la situación del consistorio puede resumirse según la siguiente frase técnica.
El Ayuntamiento tiene menos fondos que una lata de anchoas.
Prince Waterhouse & Mudis Corporation.
Ante los tecnicismos económicos anteriormente expuestos, el equipo de gobierno repartirá de la siguiente forma los presupuestos para el año próximo.
Partida de la Concejalía de Deportes:
Se repartirán a cuenta de lo adeudado dos petissuis a los jugadores del equipo de baloncesto local (nunca se debe de parar el crecimiento y el potencial de estos muchachos). Para los equipos de fútbol de nuestra localidad daremos una cantidad ingente de ánimos, aplausos y hasta algún “arbitro cabrón“ en caso de que haga falta. El frontón lo trasladaremos a la fachada lateral de la Iglesia de San Miguel, con lo que nos ahorramos levantar el muro. Para la práctica de deporte infantil, creemos que con los balones que regaló Raúl, el de Retamares, los reyes pasados echamos el año. Y para los más ancianos, realizaremos el esfuerzo de imprimir un planito de carriles y vereas para practicar el olímpico deporte de la marcha pedestre.
Partida de la Concejalía de Festejos:
Al no tener ni pa bombillas, los alumbrados quedan suspendidos hasta nueva orden (del banco, claro). En cuanto a petardos, cohetes y fuegos artificiales varios, sólo decir que "el Momo" siga echando el paro este año. Para el Gazpacho 2012, aportaremos eso, el gazpacho. En cuanto a las actuaciones de feria, se realizará una audición repetitiva del gran éxito moronés de "el anís del coral" de "Castilla y sus muchachos" (que no le cobra ni la ESGAE) y el desinteresado cante de "el Mantichi de Morón".
Para los carnavales, haremos pública las ronchas que ha dejado Manolito Morilla, con lo que las murgas y comparsas ya tendrán letras pa rato. En Semana Santa, comunicaremos a los vecinos que el que quiera sillas que se las traiga de su casa. Para verbenas y veladas, intentaremos contribuir con la banda municipal y que nos lo vaya apuntando en la cuenta.
Partida de la Concejalía de Parques y Jardines:
Derivado de los fondos restantes, después de pagar la flora autóctona del Caribe e Irlanda y el consumo de agua de las mismas, solo se acometerá la siembra de espárrago trigero y cardanchas varias en el parque de Borujas. Para Los Palomitos y La Carrera, iremos a la Casa de Júpiter por algún sortilegio que haga que la lluvia no falte durante todo el año. Sustituiremos la partida de los huertos de recreo por 123 macetas de plástico, que serán repartidas a los interesados en la plantación de tomates, pepinos y otras delicias varias.
Partida de la Concejalía de Cultura:
Seguiremos contribuyendo a la construcción del Museo de Arte Sacro con la donación de 400 azulejos que se retirarán de las calles, colocados en la anterior lejislatura para el alicatado de los servicios de señoras y caballeros. Surtiremos a las bibliotecas con lo más granado de la prensa actual: Diario Metro, Hoy y la hoja parroquial de Los Salesianos. Realizaremos un premio municipal de poesía, al que pueden optar todos los moroneros que dispongan de boli y folios (al ganador le serán editados gratuitamente 16 copias en la revista Atalaya del mes que toque). Solicitaremos la medalla al trabajo para el ferretero de La Puerta Sevilla.
Partida de la Concejalía de Urbanismo:
Los pasos de peatones, lineas discontinuas y continuas del callejero urbano serán trazadas con cal de Morón. Así, aparte de ahorrar, contribuimos a expandir el conocimiento de este noble mineral. Vamos a hacer incapie en solicitar el AVE: "a vé" si arreglamos la carretera de Arahal, "a vé" si arreglamos los aceraos, "a vé" si echamos tierra a los jardines de Los Palomitos, "a vé" si La Carrera se arregla sola...Pondremos en EBAY 22 farolas, sitas en El Pozo Nuevo, para con lo resultante, comprar bombillas de bajo consumo para el consistorio y demás edificios públicos.
Todo lo anteriormente mentado queda corroborado por el MI5 CORRALERO de la Calle Victoria.
Atentamente;
El Niño Gilena
07 julio 2011
RESURRECTION EST
Estimado pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Decía una antigua coplilla: “Si las cenizas del tiempo apagasen la candela, aquí están nuestros recuerdos para volver a encenderlas”. Precisamente, eso es lo que estos dos grandes moroneros, uno de nacimiento, y otro de adopción, como él mismo dice, han plasmado en la obra a cuyo bautizo tuve ayer el gusto de asistir. Estos buscadores de memorias han realizado la gran labor de dar voz al silencio de las personas de una generación que, por el mero hecho de ser jornaleros de sus creencias, fueron condenados al olvido de la pluma que traza la historia.
Mil y una anécdotas, documentos, cartas y fotografías han sido recopiladas para que, con la labor de estos minuciosos artesanos de la investigación, podamos conocer qué ocurrió con aquellos familiares, amigos o paisanos a los que la repetitiva lucha entre el Caín y Abel del año 36 habían sepultado en una tumba sin nombre, olvidada por muchos.
Quiero reconocer, desde este rinconcillo de líneas, la deuda que desde hoy todos contraemos con quienes han sabido decir un “levántate y anda” a todas aquellas historias olvidadas con intención por una parte de nuestra sociedad, que se ha preocupado por narrar la historia con la bandera de los vencedores por corrector y con el odio hacia el vencido como métrica.
Supongo que, como yo, muchas de las personas a las que ayer se les escapó un lágrima o se le pusieron los vellos de punta al escuchar las anécdotas narradas por Miguel, sentirán que hoy se ha hecho un poco de justicia con el eco de las narraciones que 75años mas tarde nos reverbera este pozo de memoria que es CONSUMATUN EST.
Sin más comentarios y animando a que esta labor no se quede solamente aquí, mi más sincero reconocimiento a Don Miguel Guardado Rodríguez y Don José María García Márquez por regalarnos con su esfuerzo las teselas que faltaban en este mosaico de la historia moronera.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Decía una antigua coplilla: “Si las cenizas del tiempo apagasen la candela, aquí están nuestros recuerdos para volver a encenderlas”. Precisamente, eso es lo que estos dos grandes moroneros, uno de nacimiento, y otro de adopción, como él mismo dice, han plasmado en la obra a cuyo bautizo tuve ayer el gusto de asistir. Estos buscadores de memorias han realizado la gran labor de dar voz al silencio de las personas de una generación que, por el mero hecho de ser jornaleros de sus creencias, fueron condenados al olvido de la pluma que traza la historia.
Mil y una anécdotas, documentos, cartas y fotografías han sido recopiladas para que, con la labor de estos minuciosos artesanos de la investigación, podamos conocer qué ocurrió con aquellos familiares, amigos o paisanos a los que la repetitiva lucha entre el Caín y Abel del año 36 habían sepultado en una tumba sin nombre, olvidada por muchos.
Quiero reconocer, desde este rinconcillo de líneas, la deuda que desde hoy todos contraemos con quienes han sabido decir un “levántate y anda” a todas aquellas historias olvidadas con intención por una parte de nuestra sociedad, que se ha preocupado por narrar la historia con la bandera de los vencedores por corrector y con el odio hacia el vencido como métrica.
Supongo que, como yo, muchas de las personas a las que ayer se les escapó un lágrima o se le pusieron los vellos de punta al escuchar las anécdotas narradas por Miguel, sentirán que hoy se ha hecho un poco de justicia con el eco de las narraciones que 75años mas tarde nos reverbera este pozo de memoria que es CONSUMATUN EST.
Sin más comentarios y animando a que esta labor no se quede solamente aquí, mi más sincero reconocimiento a Don Miguel Guardado Rodríguez y Don José María García Márquez por regalarnos con su esfuerzo las teselas que faltaban en este mosaico de la historia moronera.
Atentamente;
El niño Gilena
26 junio 2011
TRES DOMINGOS EN EL AÑO QUE RELUCEN COMO EL SOL
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
El capricho del calendario lunar quiso que este año la fiesta del Corpus se juntara con los rigores del caluroso final de Junio, con lo que aprovechando el poco frescor que recogemos los que nos gusta levantarnos a la hora de los panaderos, decidí darme una pataita por los centros de la villa para contemplar los templetes dispuestos en derredor del camino que el cortejo procesionaría horas más tarde. Agradome la vista de lo expuesto, viendo cómo casullas, varales, cálices y patenas eran colocados con armonía y arte entre figuras de devoción que, sudando la gota gorda, esperaban la contemplación de los parroquianos y la visita de la custodia.
Mientras me deleitaba con los exornos, el relumbrar de la plata y el bordado de mantos y estandartes, empezó el despliegue de esa alfombra natural de juncias y tomillos que viste los olores de la mañana y forman un río de verdor para que la barca de plata del cuerpo de Cristo navegue por los canales de tus calles.
Monaguillos de librea, sacristanes con incensarios, curas de blanco cal, beatas con mucha laca y capillitas con traje y vara, acompañaban al primero de los pasos que campeaba por la calle San Miguel. San José lleva por gracia, patrón de este rincón de Andalucía y Obrero por apodo, aunque si no recuerdo mal mis lecturas de las sagradas escrituras, más que obrero fue autónomo de aquellos tiempos pues, según creo, la carpintería era suya. Pasado el "siempre de frente" de los costaleros que lo portaban, no podía faltar "Antoñito el de Benito", sempiterno "aguaor" de "to" lo que procesione, haciendo de paréntesis ante la imponente obra de orfebrería e imaginería de la Virgen del Rosario, entoldada por un maravilloso templete de plata, coronado por la figurilla de Santiago Mata Moros.
Para cerrar, cómo no, la filigrana de plata que sirve de custodia para el misterio del Corpus Cristi, ensalzada con los sones de la banda municipal y refulgiendo ante el castigante astro sol de este domingo de Corpus.
HAY TRES DOMINGOS EN EL AÑO QUE RELUCEN COMO EL SOL: DOMINGO DE RAMOS, CORPUS CRISTI Y DOMINGO DE ASCENSION (DEL BETIS A PRIMERA, CLARO ESTA).
Atentamente;
El Niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
El capricho del calendario lunar quiso que este año la fiesta del Corpus se juntara con los rigores del caluroso final de Junio, con lo que aprovechando el poco frescor que recogemos los que nos gusta levantarnos a la hora de los panaderos, decidí darme una pataita por los centros de la villa para contemplar los templetes dispuestos en derredor del camino que el cortejo procesionaría horas más tarde. Agradome la vista de lo expuesto, viendo cómo casullas, varales, cálices y patenas eran colocados con armonía y arte entre figuras de devoción que, sudando la gota gorda, esperaban la contemplación de los parroquianos y la visita de la custodia.
Mientras me deleitaba con los exornos, el relumbrar de la plata y el bordado de mantos y estandartes, empezó el despliegue de esa alfombra natural de juncias y tomillos que viste los olores de la mañana y forman un río de verdor para que la barca de plata del cuerpo de Cristo navegue por los canales de tus calles.
Monaguillos de librea, sacristanes con incensarios, curas de blanco cal, beatas con mucha laca y capillitas con traje y vara, acompañaban al primero de los pasos que campeaba por la calle San Miguel. San José lleva por gracia, patrón de este rincón de Andalucía y Obrero por apodo, aunque si no recuerdo mal mis lecturas de las sagradas escrituras, más que obrero fue autónomo de aquellos tiempos pues, según creo, la carpintería era suya. Pasado el "siempre de frente" de los costaleros que lo portaban, no podía faltar "Antoñito el de Benito", sempiterno "aguaor" de "to" lo que procesione, haciendo de paréntesis ante la imponente obra de orfebrería e imaginería de la Virgen del Rosario, entoldada por un maravilloso templete de plata, coronado por la figurilla de Santiago Mata Moros.
Para cerrar, cómo no, la filigrana de plata que sirve de custodia para el misterio del Corpus Cristi, ensalzada con los sones de la banda municipal y refulgiendo ante el castigante astro sol de este domingo de Corpus.
HAY TRES DOMINGOS EN EL AÑO QUE RELUCEN COMO EL SOL: DOMINGO DE RAMOS, CORPUS CRISTI Y DOMINGO DE ASCENSION (DEL BETIS A PRIMERA, CLARO ESTA).
Atentamente;
El Niño Gilena
19 junio 2011
DIAS DE BLANQUEO
Estimado pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Siempre que llega este tiempo entre la ancianidad de la primavera y el nacimiento de la canícula, vienen a mi memoria esos recuerdos de los días de blanqueo, los días en que en casa se retiraba la rutina diaria para dar paso a un protocolo antiguo y repetitivo de estas épocas del año. Me explico:
Todo comenzaba una tarde en la que mi padre, aprovechando el retorno del camión de los Cantimpla a la calle Espíritu Santo, entre un "buenas tardes" y un "cómo se anda", encargaba arroba y media de cal, que era traída con puntualidad al día siguiente. Una vez que el pétreo elemento entraba en mi casa, se sacaba el bidón de entrañas níveas que, reposando en el "soberao", esperaba ansiosamente esta puntual cita. Siempre me sorprendió esa magia arcaica de convertir aquellas pesadas piedras, con el único aliño de agua, en lo que al día siguiente se presentaba ante mis ojos.
Todo estaba a punto. Caña, pinceles, cubos, sacos y estropajo entraban en acción para que entre brochazos, recortes, cambios de escalera y mucho "quítame esas goteras de ahí", mi casa tuviera ese color de espuma marina y ese olor a sabana nueva que la hacía fresca, limpia y confortable.
Ahora se cuentan en los mentideros que quieren llevar este pétreo, y a veces liquido elemento, para que lo categoricen como parte del patrimonio. No se si humano o divino, lo que sí se es que siempre será patrimonio de mi memoria y de aquellos como yo, que disfrutaban de esos días del blanqueo.
Tierra, fuego, viento y agua se juntaron aquel día
para darte la alegría y el lustre de tu mirada.
Tiempo, esfuerzo, horno y hombre cantaron pronto tu nombre,
que el viento pregonaría sin que supieras que un día
fueras lucero en los montes.
Llanto de roca vieja que blanqueas mi morada
robando la luz dorada al cielo de Andalucía
Astilla de estrellas y reflejos de luna, que formaron
la bandera de esas piedras moroneras
que en la sierra tienen cuna.
Baila por bulerías en el filo del pincel
para cubrir con tu manto y darme color de sal
antigua y sabia cal con la alegría de tu canto.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Siempre que llega este tiempo entre la ancianidad de la primavera y el nacimiento de la canícula, vienen a mi memoria esos recuerdos de los días de blanqueo, los días en que en casa se retiraba la rutina diaria para dar paso a un protocolo antiguo y repetitivo de estas épocas del año. Me explico:
Todo comenzaba una tarde en la que mi padre, aprovechando el retorno del camión de los Cantimpla a la calle Espíritu Santo, entre un "buenas tardes" y un "cómo se anda", encargaba arroba y media de cal, que era traída con puntualidad al día siguiente. Una vez que el pétreo elemento entraba en mi casa, se sacaba el bidón de entrañas níveas que, reposando en el "soberao", esperaba ansiosamente esta puntual cita. Siempre me sorprendió esa magia arcaica de convertir aquellas pesadas piedras, con el único aliño de agua, en lo que al día siguiente se presentaba ante mis ojos.
Todo estaba a punto. Caña, pinceles, cubos, sacos y estropajo entraban en acción para que entre brochazos, recortes, cambios de escalera y mucho "quítame esas goteras de ahí", mi casa tuviera ese color de espuma marina y ese olor a sabana nueva que la hacía fresca, limpia y confortable.
Ahora se cuentan en los mentideros que quieren llevar este pétreo, y a veces liquido elemento, para que lo categoricen como parte del patrimonio. No se si humano o divino, lo que sí se es que siempre será patrimonio de mi memoria y de aquellos como yo, que disfrutaban de esos días del blanqueo.
Tierra, fuego, viento y agua se juntaron aquel día
para darte la alegría y el lustre de tu mirada.
Tiempo, esfuerzo, horno y hombre cantaron pronto tu nombre,
que el viento pregonaría sin que supieras que un día
fueras lucero en los montes.
Llanto de roca vieja que blanqueas mi morada
robando la luz dorada al cielo de Andalucía
Astilla de estrellas y reflejos de luna, que formaron
la bandera de esas piedras moroneras
que en la sierra tienen cuna.
Baila por bulerías en el filo del pincel
para cubrir con tu manto y darme color de sal
antigua y sabia cal con la alegría de tu canto.
Atentamente;
El niño Gilena
16 junio 2011
PERSONAJES DE MORON (LOS CANARIOS)
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Supongo que si te digo Paco Narvaez Calle o Miguel Narvaez Calle pocas imágenes vendrán a tu retina, pero si en mi descripción te incluyo la imagen de dos personajes descamisados al estilo literal, deambuladores eternos de bares y tabernas, pedigüeños empedernidos de cigarros, cafelitos, euritos, candelas y cosas varias, y a todo este gazpacho le arreamos con una cancioncilla repetitiva a la hora de medrar, quizás entonces te quede claro a qué tipo de pájaros no referimos hoy.
Pues sí, señor, que sin ser naturales de las islas afortunadas, ni tener el vello canto que distingue a tan amigable ave, se les fue otorgado ese tercer apellido moronés, por el que son temidos por algunos, burlados por los más y respetados por pocos.
Quizás la próxima vez que los veamos, y metámonos todos, podríamos ser, por lo menos, algo más respetuosos ante la imagen de lo que entre algo de enfermedad, mucho de dejadez y una buena dosis de incompresión, forman esta dupla de bufones mal pagados, a los que en la vida les ha tocado la cruz de la moneda.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Supongo que si te digo Paco Narvaez Calle o Miguel Narvaez Calle pocas imágenes vendrán a tu retina, pero si en mi descripción te incluyo la imagen de dos personajes descamisados al estilo literal, deambuladores eternos de bares y tabernas, pedigüeños empedernidos de cigarros, cafelitos, euritos, candelas y cosas varias, y a todo este gazpacho le arreamos con una cancioncilla repetitiva a la hora de medrar, quizás entonces te quede claro a qué tipo de pájaros no referimos hoy.
Pues sí, señor, que sin ser naturales de las islas afortunadas, ni tener el vello canto que distingue a tan amigable ave, se les fue otorgado ese tercer apellido moronés, por el que son temidos por algunos, burlados por los más y respetados por pocos.
Quizás la próxima vez que los veamos, y metámonos todos, podríamos ser, por lo menos, algo más respetuosos ante la imagen de lo que entre algo de enfermedad, mucho de dejadez y una buena dosis de incompresión, forman esta dupla de bufones mal pagados, a los que en la vida les ha tocado la cruz de la moneda.
Atentamente;
El niño Gilena
07 junio 2011
QUEMA-TORIO
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
El otro día estando de tintitos en la bodega Retamares, fui sorprendido por toda una procesión de utilitarios que, a pito pelao, anunciaban el descontento de sus usuarios por la puesta en marcha del "quematorio aruncitano". Y sí, digo "quematorio", que en moronés arcaico es el sitio donde se queman cosas porque, como dice mi compadre Carlitos, el crematorio es donde te dan crema y no creo que sea la crema lo que mosquea a los paisanos que colindan con el humeante lugar. Ya se sabe que a los moronenses no les gusta mucho el humo, recuérdese el mosqueo que tenían los pantaneros, o habitantes del pantano, siempre que el solanillo hacia de las suyas con el humito de la fábrica de cementos, o el cabreo que reconcomía a las vecinos del Llanete siempre que los humos de la cantarería de Pichichi reinaban por tan insigne cuesta y hasta recordar me hace cómo mi tía Pepa se peleó años ha con una vecina que queriendo emular los chiringuitos malagueños se puso a espetar sardinas en el patio, dando sahumerios a la colada de mi parienta, la cual regaló a la vecina con grandes recuerdos de sus antepasados.
En fin, que ante tanta animadversión que presentan los paisanos de Morón a los humos varios, no debía de ser menos cuando ese humo provenga de la quemazón de algún difunto conocido o no, por lo que yo de buena gana me solidarizo con ellos en llevar el susodicho quematorio lejos de donde pueda molestar a estos mis paisanos. Y de paso, propongo a quien quiera escuchar, si no estaría mejor ubicado allá por la parte de El Fontanal, junto a un hotel que hay, o al lado de un chalercito que tenemos junto a este, que me supongo que a la gente a la que pertenecen, ya que se han dado tantos humos durante ocho años, un poquito más no le haría el más mínimo daño, o a lo mejor sí.
Atentamente,
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
El otro día estando de tintitos en la bodega Retamares, fui sorprendido por toda una procesión de utilitarios que, a pito pelao, anunciaban el descontento de sus usuarios por la puesta en marcha del "quematorio aruncitano". Y sí, digo "quematorio", que en moronés arcaico es el sitio donde se queman cosas porque, como dice mi compadre Carlitos, el crematorio es donde te dan crema y no creo que sea la crema lo que mosquea a los paisanos que colindan con el humeante lugar. Ya se sabe que a los moronenses no les gusta mucho el humo, recuérdese el mosqueo que tenían los pantaneros, o habitantes del pantano, siempre que el solanillo hacia de las suyas con el humito de la fábrica de cementos, o el cabreo que reconcomía a las vecinos del Llanete siempre que los humos de la cantarería de Pichichi reinaban por tan insigne cuesta y hasta recordar me hace cómo mi tía Pepa se peleó años ha con una vecina que queriendo emular los chiringuitos malagueños se puso a espetar sardinas en el patio, dando sahumerios a la colada de mi parienta, la cual regaló a la vecina con grandes recuerdos de sus antepasados.
En fin, que ante tanta animadversión que presentan los paisanos de Morón a los humos varios, no debía de ser menos cuando ese humo provenga de la quemazón de algún difunto conocido o no, por lo que yo de buena gana me solidarizo con ellos en llevar el susodicho quematorio lejos de donde pueda molestar a estos mis paisanos. Y de paso, propongo a quien quiera escuchar, si no estaría mejor ubicado allá por la parte de El Fontanal, junto a un hotel que hay, o al lado de un chalercito que tenemos junto a este, que me supongo que a la gente a la que pertenecen, ya que se han dado tantos humos durante ocho años, un poquito más no le haría el más mínimo daño, o a lo mejor sí.
Atentamente,
El niño Gilena
24 mayo 2011
CRONICA DE UNAS VOTACIONES
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
En la tarde de ayer, en el coso taurino de Morón de la Fromtera, se lidiaron 23.044 votos de la ganadería andaluza de la provincia de Sevilla. Casi tres cuartos de entrada y sol en los tendidos reflejaron las siguientes suertes:
Abría la corrida el novillero Oscar Jurado, "el niño sin papeles", que marcando por la izquierda y con unos naturales vistosos, supo llevarse a su primero de la tarde al terreno que le fue más favorable. Cortó una oreja en el primero y dio la vuelta al ruedo en su segundo.
El segundo de la tarde de nombre "pececito" para el diestro (perdón, torero, que de diestro no tiene nada) Alejandro Alvarez. De rojo sangre y martillo volvió a darle mas sinsabores que alegrías. Flojo con el capote, deslucido con la muleta y con dos estocadas poco certeras salió de los alberos como entró: Con la cabeza gacha y con más pitos que palmas.
En el cuarto llegó el adebacle de la jornada con un toro recio, con buenas hechuras y que hubiese sido una puerta grande si se hubiese sabido torear, Alfonso Angulo, "el niño del seminario", ni supo ni pudo, toreó con una derecha demasiado alta trayéndose el toro cara al sol. Sin acercarse siquiera a los medios escuchó tres avisos, los pitos del público y una lluvia de almohadillas que hizo que saliera escoltado por la benemérita.
Se sabe que no hay quinto malo y, para que la entrada valiera lo que costó, el torero Juan Manuel Rodríguez nos deleitó con una faena de las que hacen época, ante un toro complicado de los que guardan en las puertas del infierno se plantó a portagallola, recibió, templó con el capote, marcó unos naturales lentos con elegancia y saber hacer, mató recibiendo y cortó dos orejas y el rabo, cosa ésta que le valió la salida por la puerta grande. Eso sí, lo sacaron entre cuatro, no por ninguna herida, sino por la hechura del mozo, que es más bien porte de picaor.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
En la tarde de ayer, en el coso taurino de Morón de la Fromtera, se lidiaron 23.044 votos de la ganadería andaluza de la provincia de Sevilla. Casi tres cuartos de entrada y sol en los tendidos reflejaron las siguientes suertes:
Abría la corrida el novillero Oscar Jurado, "el niño sin papeles", que marcando por la izquierda y con unos naturales vistosos, supo llevarse a su primero de la tarde al terreno que le fue más favorable. Cortó una oreja en el primero y dio la vuelta al ruedo en su segundo.
El segundo de la tarde de nombre "pececito" para el diestro (perdón, torero, que de diestro no tiene nada) Alejandro Alvarez. De rojo sangre y martillo volvió a darle mas sinsabores que alegrías. Flojo con el capote, deslucido con la muleta y con dos estocadas poco certeras salió de los alberos como entró: Con la cabeza gacha y con más pitos que palmas.
En el cuarto llegó el adebacle de la jornada con un toro recio, con buenas hechuras y que hubiese sido una puerta grande si se hubiese sabido torear, Alfonso Angulo, "el niño del seminario", ni supo ni pudo, toreó con una derecha demasiado alta trayéndose el toro cara al sol. Sin acercarse siquiera a los medios escuchó tres avisos, los pitos del público y una lluvia de almohadillas que hizo que saliera escoltado por la benemérita.
Se sabe que no hay quinto malo y, para que la entrada valiera lo que costó, el torero Juan Manuel Rodríguez nos deleitó con una faena de las que hacen época, ante un toro complicado de los que guardan en las puertas del infierno se plantó a portagallola, recibió, templó con el capote, marcó unos naturales lentos con elegancia y saber hacer, mató recibiendo y cortó dos orejas y el rabo, cosa ésta que le valió la salida por la puerta grande. Eso sí, lo sacaron entre cuatro, no por ninguna herida, sino por la hechura del mozo, que es más bien porte de picaor.
Atentamente;
El niño Gilena
20 mayo 2011
PERSONAJES DE MORON (EL MANTICHI)
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades, o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Al personaje que hoy te miento le fue dada la gracia de Miguel y Romero por parte de padre, que no por la mata que perfuma las dehesas del Parroso. Como ese nombre te dirá poco, te contaré que por herencia de abuelo lleva el apodo o tercer apellido, como a mi me gusta decir, de "Mantichi", cosa ésta que, como cuenta la leyenda, le fue apodado una vez que al abuelo lo largaron de un cortijo y por todo equipaje llevaba una manta al hombro. Sus facetas más conocidas en esta notable villa han sido la de restaurador o tasquero aventajado del Pozo Loco, donde se comían las pechugas empanadas más grandes y sabrosas que he probado en mi vida. Más la fortuna de su infortunio hizo que, buscando algún remedio para una hermana pequeña de la lepra como es la psoriasis, diese con una pócima milagrosa para unos y sacadineros para otros que lo han consagrado con el doctorado moronés en curanderismo santonero y obras varias.
De sus aficiones, pocas cosas que no sepamos, Don Juan de ocio y vicio siempre va acompañado de alguna amiga que, como él cuenta, suele ser de dudosa cuna, buenas cachas y altas ubres. Como deporte predilecto practica el antiguo arte del "Jilei", sí, ese de sota, caballo y rey, con el que reparte parte de las ganancias de lo antes mentado. Más si por algo se caracteriza nuestro notable personaje es por no volver la cara cuando se le pide un cante, templando por fandangos,tangos o bulerías alegra con su sonsonete de arrabal cualquier sarao que se presente y a más y más si se le cede algún balcón donde rezar por saetas a cuantos cristos y vírgenes que por primavera pasean.
En fin, mala cabeza para unos, salvador para otros, milagrero para unos cuantos, y cantaó pa los que quieran perdonar, siempre será recordado sobre todo en las tascas de este pueblo.
CON UN FANDANGO EN LA BOCA
Y SAETAS DE CORAZON,
CON UN FANDANGO EN LA BOCA
LE VA CANTANDO A SU PUEBLO
EL MANTICHI DE MORON.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades, o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
Al personaje que hoy te miento le fue dada la gracia de Miguel y Romero por parte de padre, que no por la mata que perfuma las dehesas del Parroso. Como ese nombre te dirá poco, te contaré que por herencia de abuelo lleva el apodo o tercer apellido, como a mi me gusta decir, de "Mantichi", cosa ésta que, como cuenta la leyenda, le fue apodado una vez que al abuelo lo largaron de un cortijo y por todo equipaje llevaba una manta al hombro. Sus facetas más conocidas en esta notable villa han sido la de restaurador o tasquero aventajado del Pozo Loco, donde se comían las pechugas empanadas más grandes y sabrosas que he probado en mi vida. Más la fortuna de su infortunio hizo que, buscando algún remedio para una hermana pequeña de la lepra como es la psoriasis, diese con una pócima milagrosa para unos y sacadineros para otros que lo han consagrado con el doctorado moronés en curanderismo santonero y obras varias.
De sus aficiones, pocas cosas que no sepamos, Don Juan de ocio y vicio siempre va acompañado de alguna amiga que, como él cuenta, suele ser de dudosa cuna, buenas cachas y altas ubres. Como deporte predilecto practica el antiguo arte del "Jilei", sí, ese de sota, caballo y rey, con el que reparte parte de las ganancias de lo antes mentado. Más si por algo se caracteriza nuestro notable personaje es por no volver la cara cuando se le pide un cante, templando por fandangos,tangos o bulerías alegra con su sonsonete de arrabal cualquier sarao que se presente y a más y más si se le cede algún balcón donde rezar por saetas a cuantos cristos y vírgenes que por primavera pasean.
En fin, mala cabeza para unos, salvador para otros, milagrero para unos cuantos, y cantaó pa los que quieran perdonar, siempre será recordado sobre todo en las tascas de este pueblo.
CON UN FANDANGO EN LA BOCA
Y SAETAS DE CORAZON,
CON UN FANDANGO EN LA BOCA
LE VA CANTANDO A SU PUEBLO
EL MANTICHI DE MORON.
Atentamente;
El niño Gilena
12 mayo 2011
"TE LO JURO POR MI MARE"
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
¡Qué bonito está todo en esta cuaresma laica de campaña de elecciones!.
Hay que "ve" lo bien que habla mengano, y ¡cómo va a dejar las calles cetano!. "Po anda", que lo que quiere hacer fulano...
Sí señor, en este tiempo que va desde que por paredes, muros y pancartas se cuelgan "las afotitos" de los que sueñan con la vara consistorial hasta el día del papelito en las urnas, a todos los postulantes se les enciende la bombillita de la sesera y empiezan a desparramar fantásticas y fabulosas ideas que convertirán a estas tus calles en el parnaso de la Sierra Sur.
Todas las gargantas de los opositores a corregidor toman prestada la lámpara de Aladino y, ante el "vóteme usted a mí y le serán concedidos tres deseos", recorren entre fiestas por bulerías y coplas de café cantante los barrios de esta villa.
Pero ya sabemos del refrán que dice: prometer, prometer, hasta meter (el papelito en la urna) y una vez metido, se me olvidó lo prometido, o en lenguaje políticamente correcto: me quedé sin presupuesto.
Y digo yo: ¿hacen falta cuatro u ocho años para que algunos se den cuenta de las necesidades y que carencias que tenemos?.
¿Seguirán siendo tan inocentes algunos parroquianos para dar otra vez el voto al que ni quiso ni pudo?.
En fin, que como dicen los calés, al que pregone y no cumpla debería entrarle un dolor que mientras más corriera, más le doliera, y si parara, reventara o, como nos gusta a los costumbristas, nos valdría con que, desde el atril donde se empiezan a pregonar las buenas nuevas que van a traerse, todo acabara con el consabido pacto pueblerino de "TE LO JURO POR MI MARE".
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
¡Qué bonito está todo en esta cuaresma laica de campaña de elecciones!.
Hay que "ve" lo bien que habla mengano, y ¡cómo va a dejar las calles cetano!. "Po anda", que lo que quiere hacer fulano...
Sí señor, en este tiempo que va desde que por paredes, muros y pancartas se cuelgan "las afotitos" de los que sueñan con la vara consistorial hasta el día del papelito en las urnas, a todos los postulantes se les enciende la bombillita de la sesera y empiezan a desparramar fantásticas y fabulosas ideas que convertirán a estas tus calles en el parnaso de la Sierra Sur.
Todas las gargantas de los opositores a corregidor toman prestada la lámpara de Aladino y, ante el "vóteme usted a mí y le serán concedidos tres deseos", recorren entre fiestas por bulerías y coplas de café cantante los barrios de esta villa.
Pero ya sabemos del refrán que dice: prometer, prometer, hasta meter (el papelito en la urna) y una vez metido, se me olvidó lo prometido, o en lenguaje políticamente correcto: me quedé sin presupuesto.
Y digo yo: ¿hacen falta cuatro u ocho años para que algunos se den cuenta de las necesidades y que carencias que tenemos?.
¿Seguirán siendo tan inocentes algunos parroquianos para dar otra vez el voto al que ni quiso ni pudo?.
En fin, que como dicen los calés, al que pregone y no cumpla debería entrarle un dolor que mientras más corriera, más le doliera, y si parara, reventara o, como nos gusta a los costumbristas, nos valdría con que, desde el atril donde se empiezan a pregonar las buenas nuevas que van a traerse, todo acabara con el consabido pacto pueblerino de "TE LO JURO POR MI MARE".
Atentamente;
El niño Gilena
03 mayo 2011
DEL POSTILLON ANDALUZ PEDRO SERRANO
Va de héroes compañeros.
Hoy, camaradas, aprovechando estas fechas de primeros de Mayo, vengo a contaros una historia de héroes. La de un joven andaluz llamado Pedro Serrano, tocayo de otro valiente, del cual ya os contaré otro día algo. El de hoy, era un joven de Aandalucía, postillón y correo en aquel año de 1808 y que por las circunstancias de la Historia, le toco vivir una hazaña que protagonizó y que en esta España nuestra, pasó al olvido de la mayoría y a los sueños de unos pocos. Ahí va la corta narración de su proeza y que valga esto como humilde homenaje.
De lo sucedido en Madrid el 2 de Mayo de 1808, de todos es, o debiera ser sabido, así que no haré ninguna referencia a lo sucedido y porque nuestra historia comienza cuando termina la otra.
Ocurrió, que tras las fuertes represiones de las tropas napoleónicas hacia el pueblo de Madrid, muchos intentaron y consiguieron llegar a poblaciones cercanas, con la intención de escapar de represalias y para cobijarse en lugares más seguros que la capital del Reino. De esta forma la noticia llegó hasta la población de Móstoles. Alertada ésta por los acontecimientos, decidieron sus Alcaldes redactar un bando alentando a todos los pueblos de España a ir al socorro de del pueblo de Madrid.
Para llevar dicho correo, se prestó voluntario el postillón Pedro Serrano, considerado uno de los mejores jinetes y que coincidió estar en Móstoles en aquel día.
Pedro salió a las siete de la tarde del 2 de Mayo, con destino a Andalucía através de la carrera real de Extremadura, cubriendo a uña de caballo, la distancia de doscientos kilómetros en menos de veinticuatro horas, llegando exhausto a la población de Casas del Puerto, no sin antes haber extendido la noticia por las poblaciones que pasaba y dejando copias del bando en Navalcarnero y Talavera de la Reina, donde el corregidor Pedro Pérez de la Mula, dictó otro bando para ser diseminado por todos los pueblos cercanos. Así, nuestro joven compatriota andaluz, cumplió con su deber, anteponiéndelo a él mismo.
Para llevar dicho correo, se prestó voluntario el postillón Pedro Serrano, considerado uno de los mejores jinetes y que coincidió estar en Móstoles en aquel día.
Pedro salió a las siete de la tarde del 2 de Mayo, con destino a Andalucía através de la carrera real de Extremadura, cubriendo a uña de caballo, la distancia de doscientos kilómetros en menos de veinticuatro horas, llegando exhausto a la población de Casas del Puerto, no sin antes haber extendido la noticia por las poblaciones que pasaba y dejando copias del bando en Navalcarnero y Talavera de la Reina, donde el corregidor Pedro Pérez de la Mula, dictó otro bando para ser diseminado por todos los pueblos cercanos. Así, nuestro joven compatriota andaluz, cumplió con su deber, anteponiéndelo a él mismo.
Poco más se sabe de Pedro Serrano, sólo que recuperado, siguió camino de Andalucía, donde llegó repartiendo la infame noticia, por la zona norte de Huelva y Sevilla el 5 de Mayo de 1808.
Lo que vino después, ya todos lo sabemos y de como gentes sencillas como Pedro, lucharon juntos por la libertad.
TEXTO COMPLETO DEL BANDO DE MOSTOLES.
"Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este oficio, de mí el Alcalde de Móstoles:
Es notorio que los franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; de manera que en Madrid está corriendo a esta hora mucha sangre; como españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo, después de haberse apoderado de la augusta persona del Rey; procedamos, pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los españoles lo son.
Dios guarde a Vuestras Mercedes muchos años.
Móstoles dos de Mayo de mil ochocientos y ocho.
Andrés Torrejón. Simón Hernández".
PERSONAJES DE MORON (EL CHARRITO)
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria ya que, por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o mereciéndolo, pasean por la historia de tus calles.
Con el nombre de Juan José le fueron echadas las aguas por el convulso año 36 del siglo que ya murió, con lo que se topó de cara con aquellos años de guisos de cardanchos, pan negro y cafela de estraperlo. Empezó a picar en letras en el colegio de El Castillo, más la mengua de perras chicas lo obligó a matricularse en el arte de "el de Tormes". Desde ayundante de presbítero a "mandaero" ocasional, no sin olvidar su corta carrera en la carpintería fina de los hermanos Martínez, fueron pasando sus años de zagalillo.
Pariendo la mocedad, el maestro Quesada le espabiló el ascua del conocimiento azuzándolo a los ballicheres superiores, se diploma en la lengua de los hijos de la Gran Bretaña, con la que pasados los felices años de los Agromanes, decidió emigrar más allá de los mares de pipitas del Torrejón y las dehesas de Arenales, a la ínsula americana de la base moronera y ganarse la soldada con la plática de lo aprendido. Dean durante seis lustros de una librería y cuarenta y una vueltas al sol narrando las crónicas de esta noble villa, han pasado setenta y cinco calendarios hasta que alguna mente cabal, para quedar pagada la deuda de la novena de libros publicados, haya decidido vestir con la gracia de este notable una biblioteca en los confines de canillas.
Hoy podemos verle en su paseo diario, toldo de cabelleras, con el paso del que no tiene prisa y mirar curioso y excrutante, mientras que en su mente se escribe con tinta de Larra, compás de Lope y cachondeo de Garmendia, las mil y una historias que por Arunci hacen parto.
De tertulia de rebotica o charla de barbería, conocedor de la historia como no podía ser de otra forma al formar parte de ella, alopécico de lengua y con espolones de gallo moronero a la hora de criticar, nos riega tres días por semana mordacidad si lo estima, elogios si son los justos o exaltaciones si se merecen con un sonsonete de palabras y compás de bulerías negras.
Solo me queda una duda a la que por vergüenza o falta de conocimientos no he llegado a enterarme y es si su consabido apodo, sí, el de “CHARRITO”, le viene por ser hijo de salmantino, por haber sido ginete en la tierras de Quetzalcoatl o, y lo más comun, por portar como todo moronero ese tercer apellido que no sale en los papeles, pero es la mejor manera de identificar qué rastra traes o de qué hierro vienes.
PD: Quisiera permitirme la licencia de mentar la deuda que con él contraigo desde hace un cuarto de siglo y que ascencía a 495 pesetas de las de Franco por la compra de un libro, que tuvo la voluntad de fiarme y yo la poca vergüenza de no pagarle, ya que mis ansias de lecturas eran más grandes que los cuartos que mi padre me estimaba de salario. Más, como queda dicho y, cruzarmelo, me lo cruzaré, ya ajustaremos cuentas, eso sí, con réditos y alcabalas.
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria ya que, por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o mereciéndolo, pasean por la historia de tus calles.
Con el nombre de Juan José le fueron echadas las aguas por el convulso año 36 del siglo que ya murió, con lo que se topó de cara con aquellos años de guisos de cardanchos, pan negro y cafela de estraperlo. Empezó a picar en letras en el colegio de El Castillo, más la mengua de perras chicas lo obligó a matricularse en el arte de "el de Tormes". Desde ayundante de presbítero a "mandaero" ocasional, no sin olvidar su corta carrera en la carpintería fina de los hermanos Martínez, fueron pasando sus años de zagalillo.
Pariendo la mocedad, el maestro Quesada le espabiló el ascua del conocimiento azuzándolo a los ballicheres superiores, se diploma en la lengua de los hijos de la Gran Bretaña, con la que pasados los felices años de los Agromanes, decidió emigrar más allá de los mares de pipitas del Torrejón y las dehesas de Arenales, a la ínsula americana de la base moronera y ganarse la soldada con la plática de lo aprendido. Dean durante seis lustros de una librería y cuarenta y una vueltas al sol narrando las crónicas de esta noble villa, han pasado setenta y cinco calendarios hasta que alguna mente cabal, para quedar pagada la deuda de la novena de libros publicados, haya decidido vestir con la gracia de este notable una biblioteca en los confines de canillas.
Hoy podemos verle en su paseo diario, toldo de cabelleras, con el paso del que no tiene prisa y mirar curioso y excrutante, mientras que en su mente se escribe con tinta de Larra, compás de Lope y cachondeo de Garmendia, las mil y una historias que por Arunci hacen parto.
De tertulia de rebotica o charla de barbería, conocedor de la historia como no podía ser de otra forma al formar parte de ella, alopécico de lengua y con espolones de gallo moronero a la hora de criticar, nos riega tres días por semana mordacidad si lo estima, elogios si son los justos o exaltaciones si se merecen con un sonsonete de palabras y compás de bulerías negras.
Solo me queda una duda a la que por vergüenza o falta de conocimientos no he llegado a enterarme y es si su consabido apodo, sí, el de “CHARRITO”, le viene por ser hijo de salmantino, por haber sido ginete en la tierras de Quetzalcoatl o, y lo más comun, por portar como todo moronero ese tercer apellido que no sale en los papeles, pero es la mejor manera de identificar qué rastra traes o de qué hierro vienes.
PD: Quisiera permitirme la licencia de mentar la deuda que con él contraigo desde hace un cuarto de siglo y que ascencía a 495 pesetas de las de Franco por la compra de un libro, que tuvo la voluntad de fiarme y yo la poca vergüenza de no pagarle, ya que mis ansias de lecturas eran más grandes que los cuartos que mi padre me estimaba de salario. Más, como queda dicho y, cruzarmelo, me lo cruzaré, ya ajustaremos cuentas, eso sí, con réditos y alcabalas.
Atentamente;
El niño Gilena
28 abril 2011
EL MUELLE DE GUITA
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Hoy quisiera hablarte de un mal cada vez mas endémico por estos lares pero que ha servido para marcar uno de los estereotipos mas dañinos a nuestra cultura y procedencia y no es más que "la flojera" que, aunque neguemos su existencia, es como las meigas: aquí no existen pero haberlas haylas. Me explico:
En estos tiempos donde la falta de ocupación remunerada es el cáncer que corroe a la población y es el más recurrido tema de conversación donde dos bocas se junten, sigue existiendo el rara avis del muelle de guita o en léxico popular "el flojo de turno". Sí, ese que por su genética viene negado a todo esfuerzo, no solo en realizar un trabajo sino también en buscarlo, estas personas las cuales se caracterizan por su gran amor a la cama en horas de maitines y un odio acervado al sonido de despertadores, timbres y varietales, esos que, conscientes de la imposibilidad de que los hagan celador de instituto por real decreto, rezan los padres nuestros que hagan falta para que les caiga una paguita, esos que confunden emancipación con juvilación, esos que dicen que los cartelitos de "el tabaco mata" tenían que traerlos los picos y las espiochas, los mismos que tienen alergia a ocho horas diarias o a cuarenta semanales, esos que hacen oídos sordos, incluso llegan a cabrearse, ante la insinuación de una vacante de algún puesto de trabajo.
Recuerdo la anécdota que me contó mi compadre, Currillo Tagua, de un vecino que al ir un pariente a informarle de una vacante laboral en la base aérea, comentó con sarcasmo:
¿TRABAJO?, ¿TRABAJO?, PERO ¿QUE TABAJO?.
Anda, explicaselo a mi madre que ella ya me lo explicará a mi.
Estos espécimenes de los que te hablo no son tan raros como el lince y desde luego no los pilla un coche, así que mira a tu alrededor y si ves alguno me lo comentas.
Atentamente
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Hoy quisiera hablarte de un mal cada vez mas endémico por estos lares pero que ha servido para marcar uno de los estereotipos mas dañinos a nuestra cultura y procedencia y no es más que "la flojera" que, aunque neguemos su existencia, es como las meigas: aquí no existen pero haberlas haylas. Me explico:
En estos tiempos donde la falta de ocupación remunerada es el cáncer que corroe a la población y es el más recurrido tema de conversación donde dos bocas se junten, sigue existiendo el rara avis del muelle de guita o en léxico popular "el flojo de turno". Sí, ese que por su genética viene negado a todo esfuerzo, no solo en realizar un trabajo sino también en buscarlo, estas personas las cuales se caracterizan por su gran amor a la cama en horas de maitines y un odio acervado al sonido de despertadores, timbres y varietales, esos que, conscientes de la imposibilidad de que los hagan celador de instituto por real decreto, rezan los padres nuestros que hagan falta para que les caiga una paguita, esos que confunden emancipación con juvilación, esos que dicen que los cartelitos de "el tabaco mata" tenían que traerlos los picos y las espiochas, los mismos que tienen alergia a ocho horas diarias o a cuarenta semanales, esos que hacen oídos sordos, incluso llegan a cabrearse, ante la insinuación de una vacante de algún puesto de trabajo.
Recuerdo la anécdota que me contó mi compadre, Currillo Tagua, de un vecino que al ir un pariente a informarle de una vacante laboral en la base aérea, comentó con sarcasmo:
¿TRABAJO?, ¿TRABAJO?, PERO ¿QUE TABAJO?.
Anda, explicaselo a mi madre que ella ya me lo explicará a mi.
Estos espécimenes de los que te hablo no son tan raros como el lince y desde luego no los pilla un coche, así que mira a tu alrededor y si ves alguno me lo comentas.
Atentamente
El niño Gilena
17 abril 2011
TIEMPO DE CUERNOS
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Cuando ese olorcillo, mitad canela mitad limón, perfuma el paseo de La Carrera y, al levantar la vista, te das cuenta del parto de los naranjos amargos, que jalonan la calle y alfombran el suelo, cuando los canarios se encolleran en sus nidos, cuando desde la puerta del bar Alemán se huele a incienso de Cristo de Burgos, cuando el sol empieza a madrugar y la luna se vuelve trasnochadora, cuando revientan los claveles colgantes de los balcones, cuando los abanicos de colores de las malvas nos regalan mil y una banderas y gallardetes, cuando el trigo se bambolea en los cortijos, mecidos por solaneras, cuando los jaramagos reinan en las cunetas, cuando se preparan fajas y costales, cuando las torrijas y pestiños llenan escaparates confiteros, cuando las papas con bacalao reinan en los viernes de la semana, cuando las mocitas acortan faldas y ensanchan escotes, cuando se quitan manchones de cera de túnicas y capirotes, cuando se planchan trajes de comunión, cuando las cigüeñas terminan sus nidos y claquean su cariño desde torres y campanarios, entonces y solo entonces el caviar del jornalero o las cañaillas del pobre inician su reinado en bares, tascas y tabernas, con sabor de cardanchera y caldo de aguamanil, picantes como las palabras de una suegra y calientes como las alpargatas de un calero, son la tarjeta de presentación para el inicio de cualquier reunión, tertulia o compadreo, alrededor de esa terna de cuernos que todo el mundo torea con mas o menos gracia para sacar los pañuelos en las ganaderías, donde el mayoral ha sabido darle el punto a la muñequilla o se pide la vuelta a los corrales de mansos en el picor y cobardes en el asome del burladero de su concha.
Atentamente
El niño Gilena
12 abril 2011
PERSONAJES DE MORON (DON RAUL)
Estimado Pueblo:
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
El personaje que hoy te miento no es de nacimiento moronero aunque, por sus actos y cariño a este rincón, se debería proponer tenerlo aunque fuese de "hijo ilegítimo" o "adoptado" de la villa. No creo que llegue a la cuarentena de años de existencia ni a la quinquena de residir y presidir la Parroquia de la Victoria, pero en este tiempo se ha grangeado la amistad del barrio, de sus contornos y de todos los aficionados al paseo procesional de todo lo que esté bendecido, pues es una de sus más destacadas aficiones, que cualquier día nos sorprende despegando la estatua de la santa que corona la plaza y dándole una vueltecita por la carrera oficial moronera. Según cuentan los que le tienen en estima, es amigo del buen yantar y los que no le tenemos por íntimos podemos intuir su amistad por la buena pringá del puchero de la hechura del amigo. Costumbrista en llevar hábitos lo es, aunque para mi gusto le falta ceñir un traje talar de los de antiguo con su bonete y rosario en mano. Siempre risueño y de buen talante se le ve junto a su casa parroquial, rodeado de mozalvetes adictos, que no adeptos, al noble arte del monaguilleo, o del brazo de alguna beatona aficionada a triduos y quinarios, riendo con esa sonrisa fresca que hace que se le achiquen los ojos. Cuentan las malas lenguas, que como en todos los sitios haylas, que anda sobradito de pluma, que de cuando en cuando se le escapa alguna o las bastantes para rellenar las almohadas de un cuartel de la legión. Pero eso a mi no me importa, con lo que me quedo de este personaje es que desde el púlpito de su vida hace feliz a mucha gente.
Don Raul (el cura de la Victoria)
Atentamente;
El niño Gilena
Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.
Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria, ya que por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o sin merecerlo, pasan por la historia de tus calles.
El personaje que hoy te miento no es de nacimiento moronero aunque, por sus actos y cariño a este rincón, se debería proponer tenerlo aunque fuese de "hijo ilegítimo" o "adoptado" de la villa. No creo que llegue a la cuarentena de años de existencia ni a la quinquena de residir y presidir la Parroquia de la Victoria, pero en este tiempo se ha grangeado la amistad del barrio, de sus contornos y de todos los aficionados al paseo procesional de todo lo que esté bendecido, pues es una de sus más destacadas aficiones, que cualquier día nos sorprende despegando la estatua de la santa que corona la plaza y dándole una vueltecita por la carrera oficial moronera. Según cuentan los que le tienen en estima, es amigo del buen yantar y los que no le tenemos por íntimos podemos intuir su amistad por la buena pringá del puchero de la hechura del amigo. Costumbrista en llevar hábitos lo es, aunque para mi gusto le falta ceñir un traje talar de los de antiguo con su bonete y rosario en mano. Siempre risueño y de buen talante se le ve junto a su casa parroquial, rodeado de mozalvetes adictos, que no adeptos, al noble arte del monaguilleo, o del brazo de alguna beatona aficionada a triduos y quinarios, riendo con esa sonrisa fresca que hace que se le achiquen los ojos. Cuentan las malas lenguas, que como en todos los sitios haylas, que anda sobradito de pluma, que de cuando en cuando se le escapa alguna o las bastantes para rellenar las almohadas de un cuartel de la legión. Pero eso a mi no me importa, con lo que me quedo de este personaje es que desde el púlpito de su vida hace feliz a mucha gente.
Don Raul (el cura de la Victoria)
Atentamente;
El niño Gilena
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