14 septiembre 2016

CAVILACIONES EN MI AZOTEA. Vuelta al cole.



VUELTA AL COLE
Hace unos días estuve preparando el material escolar para mi hija. Empieza en la escuela y este curso ya va a primero de primaria, lo que en mi época se llamaba primero de E.G.B. El nombre ha cambiado y seguro que la pedagogía también, pero sin embargo hay cosas que siguen igual. No cambia la ilusión de los primeros días, del cambio de ciclo a uno superior en el que aunque con seis añitos, ya se cree mayor. La ilusión por los nuevos materiales, los lápices, las gomas de borrar y el estuche. Un cuaderno a estrenar y muchas ganas de hacer cosas. Habrá nuevos amigos y habrá reencuentro con los ya conocidos. También nueva maestra, que guiará sus pasos durante todo el curso y logrará cambios a veces imperceptibles.

Es curioso y no sé si le ocurre a todo el mundo, pero yo soy capaz de recordar todas las maestras y maestros que tuve en E.G.B, desde primer curso hasta octavo. Y lo mejor es que para mejor o para peor, todos dejaron alguna impronta en mí.
Muchas caras que pasan por mi mente relacionadas con esa época de mi vida, desde la infancia a la adolescencia. Días y momentos que quedan grabados como una fotografía de sentimientos. Colores que para siempre quedarán impresos en la memoria de la vida. Aquellas aulas, aquellos libros y aquellos juegos de la infancia.

Ahora veo a mis pequeños ir a la escuela, con esa felicidad inocente que los mayores fuimos dejando, trozo a trozo, por el camino de la vida. Aquella inocencia infantil que perdimos, pero que teníamos que haber conservado para siempre.

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