13 septiembre 2011

NOS VAMOS QUE VIENE LA FERIA

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

No se si te habrás dado cuenta que en llegando el noveno de los meses, donde se asienta la semana grande, los paisanos, movidos por un resorte imaginario, se ponen en busca y captura de todo panfletillo anunciativo de días de sol y playa con un "todo incluido" por apellido.
Y es que mucho ha cambiado la cosa desde aquellos años en los que, desde que se movían los palos para hacer las primeras sardineras, un gusanillo de regusto por farolillos, sevillanas y vino rubio nos subía perneras arriba y nos salía por las orejas el día de los fuegos.
Realmente no se a quién o a qué culpar de la pérdida de esta querencia. Algunos culpan de esto a los precios de las viandas y los caldos con que bajarlas; otros, al precio desorbitado de los guatimas y calesitas; los costumbristas, con decir que la feria ya no es como antes les basta; más yo creo que, como dicen en los mentideros, este año se batirá el récord de no asistencia, principalmente por ser precavido. Me explico, y es que al anunciarse tan a bombo y platillo que el consistorio estaba como una mojama sanluqueña, los más espabilados y previsores del lugar tornaron a decir que ya que no va a haber feria en el pueblo me voy unos diitas de veraneo, pues si ya que el año pasado nos dejaron sin farolillos, sin toros y sin artificio y este año está la cosa peor, a ver si en vez de alumbrado van a colgar unas linternas de los chinos y nos van a tener to la feria con los grandes éxitos de Alfonso Luna en la caseta municipal, con lo que ya estoy apuntao al viajito de la peña bética.
En fin, lo cierto y verdad es que no hay en la tercera semana de septiembre hotel de playa gaditana, onubense o malagueña en el que no se aloje un paisano dispuesto a echar una feria de hamaca en la piscina y bufet de arroz tres delicias con sangría de garrafa, con lo que para años venideros en vez de devanarnos la cabeza para ver dónde colocaremos la feria cuando crezca más bien vamos a tener que ver si nos sobrará espacio cuando nos la llevemos a la plazoleta Meneses.

Atentamente;

El niño Gilena

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