05 marzo 2012

PERSONAJES DE MORON (DON ANTONIO CHACON TORRES)

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Te traigo hoy otro personaje para dejarlo impreso en la piedra de la memoria ya que, por sus cualidades o por la falta de las mismas, quedará marcado en el cuadro de esos paisanos que, sin ser ilustres o mereciéndolo, pasan por la historia de tus calles.

Con el nombre de Antonio le echaron las aguas por la mitad del siglo que ya murió, con Chacón por parte de padre y Torres por la que lo parió quedó compuesto para andar en la vida de este rinconcillo blanco de Morón de la frontera.

Por maestro de su temprana afición tuvo saber escuchar e ir mamando de los grandes, quejios, compás y sentimiento. Empapándose del duende y pellizco de ese cante añejo con sabor a yunque y trilla formó parte en los umbrales de Espartero de aquellas míticas fiestas que Phoren organizaba, fue el culpable de que Fosforito se quedara sin uñas en aquel festival donde templando por soleá crispó los pelos de propios y extraños.

Cuánto hubiera dado por escucharlo en el bar España en Alcalá, también se me hubieran escapado mil pesetillas de aquellas que le pusieron por alfombra, mientras tenía por público la llave del cante por soleá.

Desgraciadamente para nosotros el butano catalán se presentó de enemigo de los aficionaos y nos privó de haber tenido los registros de este maestro de LO HONDO POR DERECHO.
Hoy se le puede ver con andar sereno y templao, lo mismo que su cante, porque Antonio (como dice un buen amigo) anda por soleá y suena por bulerías, como las campanas de San Miguel.
Siempre es momento de verlo ante una invitación sin lucro, ya sea para peñas, asociaciones o por el mero hecho de derramar el arte que le corre por dentro.

Por todo ello, solo puedo colocarle a este paisano un solo apelativo: Don Antonio Chacón Torres siempre sera HONDO.

En falda el hundiero
en una venta cabal
para perfumar el día
se escapa una soleá.

Que se paren los relojes
que no suenen las campanas
que el viento no mueva hierbas
ni visillos ni ventanas.

Párense tos los juncales
queense quietos los gitanos
que Don Antonio Chacón
canta hondo y soberano.


Atentamente;

El niño Gilena

No hay comentarios:

Publicar un comentario