04 noviembre 2011

EL CASTILLO DE "IRAS Y NO VOLVERAS"

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien. Yo bien, gracias a Dios.

Releyendo esta mañana una noticia publicada en referencia a la visita de no se qué notables del turismo a este noble rincón para la inclusión del mismo en rutas, paseillos y verbenas vacacionales, discurrí en mi mala sesera el darme un paseito antes de la llegada de la noble comitiva por los lugares que, a mi parecer, pudiesen servir de reclamo para la visita de este rinconcillo cuasi blanco.

En estas me andaba cuando decidí subir las laderas de San Miguel y adentrarme en las terroríficas escombreras que coronan las calles de la villa. No es que me sorprendiera en demasía el abandono de sus murallas y torreones, pues desde que tengo uso de mi poca razón están desvencijadas y ruinosas, ni tampoco esperé encontrarme un vergel de plantas o árboles que no fueran las secas cardancheras que sirven de jardín a la torre gorda, lo que sí me sorprendió fue el asedio de basuras y mierdeces que han conquistado el recinto. Jamás podría yo imaginar que un lugar amparado por la ley de patrimonio histórico, se encontrara en esa situación: Pintadas por doquier, bancos arrancados, contenedores quemados, papeleras abandonadas, alambrados por los suelos...En fin, una imagen más propia del Afganistán más taliban que de un pueblo sevillano.
Me pregunto yo cómo queremos de esta forma promocionar la historia y el turismo de la villa, supongo que no enseñando esta inmensa troje.

En estas cavilacines estaba cuando me dio por pensar cuánto tiempo hace que esto está así y, al darme la vuelta para dejar aquella horrible ensoñación, una imagen en mi retina me sacó de mis dudas: A mis pies, medio rota, había una botella de Mirinda y una Coca-Cola- de cristal de a litro.
Con las mismas y esquivando las mil y una trampas de latas cortantes, cristales rotos y trozos de alambres, decidí volver sobre mis pasos recordando aquel cuento que escuchaba en mi niñez sobre un castillo llamado de "irás y no volverás", o ¿no era un cuento?.

En fin, como dice mi compadre Paco: “Es que somos malos”.

Atentamente;

El Niño Gilena

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