29 enero 2010

Tonto oficial de la villa

Estimado Pueblo:

Espero que al recibir la presente te encuentres bien, yo bien, gracias a Dios.

Hoy te escribo para realizarte una proposición, que aunque algunos y sobre todo algunas la tachen de mal gusto por poco entender, yo creo que debe instaurarse con carácter inminente y con todo el reconocimiento y boato que requiera el mandamiento. Me explico.

Todo pueblo que se precie de serlo, requiere de una serie de cargos oficiales y oficiosos que recojan y distingan a hombres y mujeres de la villa con determinados quehaceres, por ejemplo:
Alcalde, párroco, cronista, juez, secretarios y, no por ultimo menos necesario, tonto de la villa.
A este último me refiero a la hora de mi proposición, pues haberlos hailos y no de esos que ahora se llaman tontos por realizar extravagancias o por comportarse de una u otra forma que a nosotros no nos agrade, sino el tonto rancio y añejo, el tonto mandaero, el tonto que regula el tráfico según su buen parecer, el tonto que detrás de su palio o misterio porta la grácil caña para el levantamiento de cables o por dar de beber al costalero prende el búcaro de agua fresca desde la primera chicotá hasta el ultimo arriamiento, el tonto de mucho andar con las manos en la espalda, el tonto que no bebe y fuma cuando le dan, el tonto que tuvo novia solo en su imaginación, el tonto de muchos años pero que juega con chiquillos, el tonto de talle alto, el tonto que gasta poco, el tonto que en su cartera tiene estampas de "to" los santos, el tonto que sin quererlo no hizo la mili ni primera comunión y al preguntarle por ellas te dirá sin mas pensarlo: en la mili no di la talla y la comunión se me olvido, el tonto para el que su madre solo esta después de Dios.

Estos y otros requisitos pondría yo para que al que postulara por este noble nombramiento cumplimentara sin excepción y que fuera heredero de tontos que por tus calles pasaron, con mas pena que gloria y mas olvido que renombre.

Dedicado a todos esos personajes queridos de burla fácil y buen corazón que por tus lares anduvieron.

Atentamente;

El niño Gilena

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